>Date: Mon, 18 Apr 2005 23:26:39 -0700
>From: Bruce Swansey <[log in to unmask]>
>Subject: Coloquio Cervantes
>X-Sender: [log in to unmask] (Unverified)
>To: [log in to unmask]
>X-Mailer: QUALCOMM Windows Eudora Version 4.3
>Original-recipient: rfc822;[log in to unmask]
>
>Estimados colegas:
>Las respuestas que se han obtenido hasta el 18 de abril suscitan 
>posiciones diversas en cuanto al "feminismo" de Cervantes. Coincido con 
>quienes dudan de utilizar tal término puesto que a todas luces resulta 
>anacrónico.
>Coincido con Alberto Rodríguez y con María José Rodilla porque destacan la 
>actitud de Cervantes como un hombre tolerante y respetuoso de las diferencias.
>Mi intervención se limita a señalar otro tópico: el de la doncella vestida 
>de zagal. Pero en manos de Cervantes un tópico deja de serlo y así lo 
>demuestra en Don Quijote a propósito de Dorotea, quien aparece ante "el 
>cura y los que con él estaban" como "un mozo vestido como labrador." 
>Cervantes es impecable en cuanto al manejo del suspenso, y guía a los 
>lectores como si (perdón por introducir otra anacronía) tuviese a su 
>disposición una cámara cinematográfica. Dorotea aparece como un joven, 
>pero Cervantes lo presenta mediante focalizaciones. No contamos en esta 
>descripción más que con fragmentos; el cuerpo del mozo es sus pies, "que 
>eran tales, que no parecían sino dos pedazos de blanco cristal". En lugar 
>de mostrárnoslo, Cervantes opta por el fetichismo centrado en una parte 
>inferior, en miembros corporales que así adquieren un enorme erotismo. Y 
>en esto Cervantes es también original: en lugar de ceder a las metáforas 
>pospetrarquistas de dominio popular que enaltecen la belleza, nuestro 
>autor opta por aquello que está en contacto con la tierra. Tales pies 
>introducen una ambigüedad perturbadora que "suspende" a los espectadores 
>porque no pertenecen a un labrador. Pero hay más: este mozo lleva "muy 
>ceñido al cuerpo" el capotillo pardo, por lo que podemos inferir el cuerpo 
>al que tal capotillo abraza apretadamente, acentuando su talle esbelto. 
>Asistimos, acompañando a los "voyeur" originales, a un "strip-tease" cuyos 
>polos visuales se enmarcan en una suerte de oscilación vertical entre los 
>pies y la cintura y entre ésta y la pierna, que parecía "de blanco 
>alabastro". Incluso cuando el mozo se despoja de la montera y descubre su 
>rostro, "de una hermosura incomparable", no logramos despejar su 
>ambigüedad. Corresponde a Cardenio (por cierto, otro demente) romper 
>relativamente el principio de incertidumbre asociando tal rostro al de 
>Luscinda, asignándole género, pero afirmando que se trata de una hermosura 
>"divina", es decir, inhumana, libre por ello de las fronteras que enmarcan 
>el sexo de un ser humano.
>Para tranquilidad de algunos de sus lectores, Cervantes define a Dorotea 
>como mujer y eso a través de otro fragmento profundamente erotizado que se 
>refiere a su abundosa, bíblica cabellera que sacude, y que de acuerdo con 
>otro tópico de la época, debe darle envidia al sol. Quevedo glosó tal 
>tópico asociándolo con naufragios.
>Cervantes gozaba con tales ambiguedades. Recuerdo otra en El viejo celoso 
>que es auténticamente un "strip-tease" masculino: el que Loaysa realiza 
>ante el esclavo negro en el blasfemo "torno" que demarca la calle del 
>interior de la casa, sobornándolo con música y con el regalo de su cuerpo 
>que desviste y viste para ese otro espectador (que nos incluye como 
>lectores), un marginal entre marginales. Si aceptáramos el anacronismo que 
>nos convoca, tendríamos que ampliarlo a otras lecturas.