>Date: Sun, 15 May 2005 11:56:11 -0300
>From: Alicia Parodi <[log in to unmask]>
>Subject: Re: Los odres manchegos y los pelos de calavera (de Alberto 
>Montaner) [nota de Alicia Parodi]
>To: "A. Robert Lauer" <[log in to unmask]>
>
>Estoy de acuerdo con Alberto Montaner, pero es que existen alegorías 
>estructurantes que explican la articulación del texto. Prueben, por 
>ejemplo,  con el intertexto "María Magdalena" para la Primera Parte, 
>apartir de Magdalena=torre (Torralba). Marta y María, son, que yo sepa 
>desde Petrarca, signos de la existencia de alegoría (supongo que el par de 
>hermanas, corteza y meollo, respectivamente repiten el par Sara y Agar 
>consagrado como "alegoría" por San Pablo). Verán cuán productivo es 
>alegorizar para explicar la obra. Claro que hay fanáticos, pero es que 
>¿acaso toda lectura no supone una decodificación de un sentido no literal?
>>----- Original Message -----
>>From: <mailto:[log in to unmask]>A. Robert Lauer
>>To: <mailto:[log in to unmask]>[log in to unmask]
>>Sent: Tuesday, May 17, 2005 3:41 PM
>>Subject: Los odres manchegos y los pelos de calavera (de Alberto 
>>Montaner) [nota de Alicia Parodi]
>>>Date: Sat, 14 May 2005 10:56:45 -0300
>>>From: Alicia Parodi 
>>><<mailto:[log in to unmask]>[log in to unmask]>
>>>Subject: Re: Los odres manchegos y los pelos de calavera (de 
>>>Alberto  Montaner)
>>>
>>>Me reconfortan esas voces cautas que, cual canónigo y cura, contienen y 
>>>enderezan los excesos de nuestro desaforado alegorismo. Pero. ¿De qué 
>>>otra manera podríamos reaccionar cuando desde el texto se nos envía una 
>>>titilante luz de estrella que nos invita a seguir su camino, como 
>>>Zoraida que quiere llamarse María, o como los odres que en la historia 
>>>de Micomicona son gigantes y que son vencidos cuando Anselmo es vencido? 
>>>¿Cómo refrenar tan obvias semejanzas, cómo desechar la alegoría a la 
>>>hora de identificar la poética del Quijote? Nosotros, los alegorómanos, 
>>>también  estamos pensando en la literatura y no en la teología. Y un 
>>>cariño, Emilia, no sabía que estabas tan cerca, que alegría.
>>