>Date: Tue, 24 May 2005 13:15:43 -0300 >From: Teresa Herraiz de Tresca <[log in to unmask]> >Subject: ..."el codo en el bufete y la mano en la mejilla"... > >Así, pensando cada vez más preocupada por "lo que decir", y aún más, >sobre si algo decir, me ha dejado la cruzada artillería de "erudición y >doctrina" que atraviesa mi casilla de e-mail. A la luz del Prólogo de 1605 >me atrevo, sin embargo, con las cautelas y disculpas del caso. >No seré ya quien discuta a priori el valor de una lectura trascendente o >llegado el caso, teológica, de un texto, y menos del Siglo de Oro. Para un >Auto Sacramental, o para S. Juan de la Cruz, me parece obvio al menos >explorarlas. Siempre después de un honesto y modesto estudio filológico, >que ajuste bien los sentidos que el autor y su ámbito de recepción >inmediata atribuían a ese texto, su vocabulario, alusiones etc., sin >contar con lo que los fenoménólogos llaman "horizonte de expectativas", lo >esperable o impensable en cada época. En eso también yo, coincidiendo con >Emilia Deffis, rindo homenaje a nuestra recordada Celina Sabor de Cortazar. >Sólo que el mismo Prólogo me pide andar en las interpretaciones con pies >de plomo:"ni tiene por qué predicar a ninguno, mezclando lo humano con lo >divino, que es un género de mezcla de quien no se ha de vestir ningún >cristiano entendimiento", es una de las razones que el autor dice: "tuve >por buenas" y de las que hace su prólogo. >Esto no implica excluir toda imagen trascendente del conjunto del Quijote. >Quizá, sí, andarse con cuidado en los fragmentos: podría ser que el gran >símbolo, respuesta a una pregunta no menos magna, esté en el conjunto de >la trayectoria de ese hidalgo Alonso de apellido dudoso, que se >autodenomina Don Quijote y que en su lecho de muerte redescubre ser >"Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre de bueno". >Me pregunto si alguno de nosotros podría decir algo mejor de sí mismo en >tan trance. >No se trata de un encogimiento de los valores del hidalgo. Sino de un >"desengaño" en el sentido de lucidez, equivalente al anterior de Sancho al >salir de su "ínsula". Descubrimiento de que su auténtico valor estaba en >su corazón, y era mucho más que los de las librescas caballerías que como >Don Quijote quisiera encarnar. >Y aquí sí me atrevería a ver, no una alegoría, sino una encarnación de un >breve texto que atraviesa el Persiles de punta a punta, en respuesta al >enigma constantemente formulado de la inestabilidad del humano vivir, y el >papel en él de la Providencia: el "inquietum cor nostri, donec manebit in >te" agustiniano, allí constantemente citado y recitado. >No es mi fin rebatir argumento alguno de los muchos ricos, sugerentes y >contradictorios que se intercambian en este foro. Sino, a lo más, dar qué >pensar. >Aprovecho para felicitar yo también a los organizadores de tan grata >oportunidad de intercambio > > > > > Teresa Herraiz de Tresca > > U.C.A. - Buenos Aires