>Date: Thu, 26 May 2005 02:28:02 -0600 >From: "K. Sliwa" <[log in to unmask]> >Subject: RE: Septimo tema de discusion del Coloquio Cervantes > > >«Para componer historias y libros de cualquier suerte que sean, es >menester un gran juicio y un maduro entendimiento; decir gracias y >escribir donaires es de grandes ingenios». > > > >Cervantes tenía muchísimas razones de burlarse de los clérigos de su >tiempo. Sólo, a título de ejemplo, ya que hay muchos datos que prueban que >tenía unos problemas graves con los eclesiásticos excomulgadores, así como >con los demás religiosos. > > > >1. Su familiar Gonzalo de Cortinas, enlazado con Olalla Sánchez de Coco, >cayó en sentencia de excomunión; > >2. El cardenal arzobispo de Toledo Bernardo de Sandoval y Rojas exoneraba >del patronazgo a García de Salcedo y nombraba patrón a Juan de Cortinas, >racionero de la Santa Catedral de Cuenca, hasta amenazarle, que si impedía >la posesión de Juan, con pena de excomunión. > >3. Cervantes sufrió dos excomunicaciones en nombre del «Gran Señor del >suelo Hispano», ya que el deán y el cabildo, con el maestreescuela de la >catedral de Sevilla, alzaron el grito hasta el cielo, por embargarles >bienes de la Iglesia. Pero sabía Cervantes que «no permitía la >cristiandad, de que él se preciaba, de que aquella batalla fuese con tanto >riesgo y peligro de las vidas y que se contentase con que le daba campo >franco en su tierra, puesto que iba contra el Decreto del Santo Concilio, >que prohíbe tales desafíos.» No obstante, como resultado, el provisor del >Arzobispado de Sevilla fulminó excomunión contra Cervantes, y por si fuera >poco, ordenó que el vicario de Écija pusiera en tablillas al excomulgado. >Se le condenó al hereje y sólo por tratar de cumplir órdenes de «der >Friedensfürst», en las que se le mandaba embargar trigo de las personas >que lo tuviesen, tanto eclesiásticas como seglares. Más tarde progresaba >en contra suya el proceso de excomunión que se le seguía en Córdoba por la >prisión del sacristán de Castro del Río. > >Cervantes escribió en el Quijote cuando Sancho le comunicó que «queda >descomulgado, por haber puesto las manos violentamente en cosa sagrada, >‘juxta illud Si quis suadente diablo’». –«No entiendo ese latín–respondió >Don Quijote–, más yo sé bien que no puse las manos, sin este lanzón; >cuanto más, que yo pensé que ofendía a sacerdotes ni a cosas de la >Iglesia, a quien respeto y adoro como católico y fiel cristiano que soy, >sino a fantasmas y vestigios del otro mundo». A buen seguro, la famosa >frase del Don Quijote «con la iglesia hemos dado, Sancho.–Ya lo >veo–respondió Sancho–.Y plega a Dios que no demos con nuestra sepultura», >vendría aquí como anillo al dedo. > >4. Aparte de ello, sólo dos ejemplos, de dos enemigos de Cervantes. > >4.1. El padre maestro fray Gabriel Téllez, «Tirso de Molina», religioso de >Nuestra Señora de la Merced, considera a Cervantes «su opositor y adversario». > >4.2. El doctor Juan Blanco de Paz, cautivo, natural de Montemolín, de >Llerena, fraile de Santo Domingo, profeso en Santisteban en Salamanca, >había descubierto el plan del escape de Cervantes al Rey de Argel, por lo >que recibió un escudo de oro y una jarra de manteca, menos aún que Judas. >Blanco de Paz hizo algunas informaciones para inquirir de su buena vida y >costumbres y estorbar que Su Majestad le hiciese a Cervantes merced por >sus servicios. Además, Juan declaró a Domingo Lopino: «yo le prometo – le >dijo – que quien a mí me picare e hiciere mal, como dicen me han de hacer, >que le tengo de dañar y perjudicar en cuanto pudiere, aunque sea contra mi >padre, porque aquí en Argel hallaré testigos por cada paso». Según >Fernando de Vega, Blanco de Paz, a los tres años de su cautiverio probó >que era «hombre revoltoso, enemistado con todos, que nunca dijo misa en >todo este tiempo, ni le han visto rezar horas canónicas, ni confesar, ni >visitar o consolar enfermos cristianos; antes siendo reprehendido del mal >ejemplo que daba, de dos religiosos, en el baño del Rey, donde el >susodicho habitaba, a el uno de ellos dio bofetón, y a el otro de coces, >por donde dio gran escándalo y le tuvieron en mala reputación». Se quejó >Cervantes de Blanco de Paz con razón porque le había quitado a él la >libertad, pues «de los eclesiásticos se debía esperar antes buenos >consejos que infames vituperios, las reprensiones santas y bien >intencionadas, otras circunstancias requieren y otros puntos piden». > >5. En Sevilla Cervantes prestó declaración de que su amigo el ex >comediante Tomás Gutiérrez seguía ante el provisor y vicario eclesiástico >de Sevilla y juró en el proceso de Gutiérrez contra la Cofradía y >Hermandad del Santísimo Sacramento del Sagrario de la Santa Iglesia Mayor >de Sevilla. > >6. Unas palabras del Coloquio de los Perros: «¿qué modo tenías, pregunta >Cipión a Berganza, para entrar con amo? Porque, según lo que se usa, con >gran dificultad el día de hoy se halla un hombre de bien señor a quien >servir. Muy diferentes son los señores de la tierra del Señor del Cielo >aquéllos, para recibir un criado, primero le espulgan el linaje, examinan >la habilidad, le marcan la apostura, y aun quieren saber los vestidos que >tiene...». En el Persiles reseñó al cardenal de Giulio Acquaviva y Aragón >así: «un monseñor clérigo de la Cámara, curioso y rico, tenía un museo, el >más extraordinario que había en el mundo, porque no tenía figuras de >personas que efectivamente hubiesen sido ni entonces lo fuesen, sino unas >tablas preparadas para pintarse en ella los personajes ilustres que >estaban por venir, especialmente los que habían de ser en los venideros >siglos poetas famosos». En El Licenciado Vidriera se pone de manifiesto, >por qué Cervantes se alzó en el ejercito: «yo no soy bueno para palacio >porque tengo vergüenza y no sé lisonjear», y en el Don Quijote narró: >«!venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede >obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!». No obstante, de >confiar las palabras del paje que encuentra Don Quijote, tal vez esperó >que su paso por la mansión del cardenal Giulio fuera para él el mejor de >los trampolines «que paso tiene el servir a los buenos que del tíñelo >suelen salir a ser alférez o capitanes». Sin embargo, se ignora las >circunstancias en que decidió llegar a ser soldado, y es obvio que ya no >quería seguir en casa del cardenal, puesto que «más vale migaja de rey que >merced de señor». > > > >Ahora bien, las burlas pueden revelarnos muchas iluminadoras veras; pueden >enseñar y reformar moral, política y socialmente la sociedad a través de >su narración humorística, sincera y religiosa, puesto que «la pluma es >lengua del alma». Como escritor Cervantes tenía que callarse por no decir >las cosas prohibidas por la Santa Inquisición, empero, declaró que «contra >el callar no hay castigo ni respuesta. Vivir quiero en paz los días que me >quedan de vida», pues tuvo «experiencia de los casos pasados y tanta >noticia de los presentes», que bien pudo «juzgar de los por venir», y >«pidió no se despreciase su trabajo y se le diesen las alabanzas, no por >lo que escribió, sino por lo que ha dejado de escribir», ya que «a mil >mudas bendiciones abre el silencio la boca», pues «no sólo me maravillo de >lo que hablo, pero espantóme lo que dejo de hablar». Y «si a los oídos de >los príncipes llegase la verdad desnuda, sin los vestidos de la lisonja, >otros siglos correrían». > >Huelga completar, a título de ejemplo, que a las cosas que tienen >imposibles siempre su pluma se ha mostrado esquiva, puesto que el oficio >de escritor son «las letras humanas, que es su fin poner en su punto la >justicia distributiva y dar a cada uno lo que es suyo, entender y hacer >que las buenas leyes se guarden», y quien pretende en los escritos enseñar >y deleitar juntamente. > >En resumidas cuentas, a través de muchas burlas «la verdad ha de andar >siempre sobre la mentira como el aceite sobre el agua», porque el oficio >del escritor es proteger a los que no tienen nada, pues «encierra una >virtud grande amparar y defender de los poderosos y soberbios los humildes >y los que poco pueden», y «nunca voló la pluma humilde mía por la región >satírica, bajeza que a infames premios y desgracias guía». Pero también la >burla, una vez armada, suele cobrar vida propia y volverse contra sus >creadores. Así ocurre con Altisidora «Altisidora, mostrando enojarse y >alterarse, le dijo: Vive el Señor, don bacallao... que no soy yo mujer que >por semejantes camellos había de dejar que me doliese un negro de la uña». >No obstante, «no son burlas las que duelen, ni hay passatiempos que valgan >si son con daño de tercero». Así sucede con la aventura de Clavileño: «sin >daño de barras». > > El arte nuevo de hacer burlas, de Cervantes, sobre la intención > didáctica de la burla es hacer las burlas más risueñas que dañosas y > pesadas, sin hacer locuras de daño de nadie, y eso no quiere decir que > todas las burlas tengan que ser verdaderas, sino que deben ser > verosímiles, es decir, creíbles, pues «para componer historias y libros > de cualquier suerte que sean, es menester un gran juicio y un maduro > entendimiento; decir gracias y escribir donaires es de grandes ingenios». > Un muy fuerte abrazo, Chris. > >