>Date: Thu, 16 Jun 2005 02:53:23 -0600
>From: "K. Sliwa" <[log in to unmask]>
>Subject: Cervantes-judio
>
>
>«Una respuesta sincera es como un beso en los labios y como el agua es 
>espejo del rostro, el corazón es espejo del hombre».
>
>¡Enhorabuena! querido amigo Roberto con haber dado en el blanco, pues «la 
>verdad ha de andar siempre sobre la mentira como el aceite sobre el agua».
>
>Antes de poner algunas pruebas y repruebas confieso que no he colocado 
>todos los testimonios auténticos, pues éstos enseñé con muchos 
>descubrimientos de nuevos datos y documentos gracias a Dios Todopoderoso y 
>toda la Corte Celestial en mi libro que ya está en prensa, «Vida de Miguel 
>de Cervantes Saavedra», prologado por mi querido amigo Kurt Reichenberger, 
>editado por Edition Reichenberger, 2005.
>    * Los padres de Leonor Fernández de Torreblanca fueron Isabel 
> Fernández, hija de Juana Fernández y del mercader Diego Martínez, y su 
> esposo, el bachiller Juan Díaz de Torreblanca, médico y cirujano, hombre 
> de pocos escrúpulos, según la documentación, e hijo de Rodrigo Díaz de 
> Torreblanca, éste matrimoniado con María Alonso y ésta casada luego en 
> segundas nupcias con el médico maestre Juan Sánchez, quien no fue 
> mencionado por Astrana Marín en la ascendencia de Miguel de Cervantes 
> Saavedra. Se observa que la familia Díaz de Torreblanca ejercía con mucha 
> frecuencia la profesión médica. Acaso eran judíos conversos o es que eran 
> sencillamente cristianos viejos bien acomodados económicamente que 
> profesaban una de las profesiones más respetadas y prestigiosas del 
> mundo. La documentación cervantina lo enmudece, a pesar de que he 
> visitado más de 70 archivos y bibliotecas de mi segunda querida patria 
> España, no encontré ningún disparate referente a los Torreblanca, judíos, 
> conversos, moros, etc. Sí, tuve mucha suerte a esta sazón de descubrir un 
> nuevo documento de Miguel de Cervantes Saavedra [K. Sliwa, «Un documento 
> inédito sobre el cautiverio de Miguel de Cervantes Saavedra», Anales 
> cervantinos 34 (1998), 341–57].
>    * De nuevo, a título de ejemplo, Andrés de Ozaeta, en nombre de 
> Rodrigo de Cervantes, pidió que el licenciado Duarte de Acuña, teniente 
> de corregidor en Madrid, mandase hacer información de testigos, para 
> establecer que Miguel de Cervantes Saavedra, su hijo y de Leonor, era 
> hijo legítimo suyo y de dicha su esposa, y que ni él ni sus padres ni 
> abuelos, ni los de su esposa, habían sido ni eran ellos mismos moros, 
> judíos, conversos ni reconciliados por el Santo Oficio de la Inquisición 
> ni por otra justicia de caso de infamia, antes habían sido y eran muy 
> buenos cristianos viejos. Este día Rodrigo introdujo por testigo al 
> alguacil de Madrid, Alonso Getino de Guzmán, de edad de 36 años, más o 
> menos, quien juró que era verdad todo lo que había afirmado Rodrigo y que 
> conocía a Rodrigo desde hace 8 años, hombre de buena vida, casado con 
> Leonor de Cortinas, habido por buen hidalgo y limpio de toda raíz.
>    * Pirro Boqui compareció de edad de 36 años, más o menos, andante en 
> la corte de Su Majestad, quien juró que era verdad todo lo que había 
> confirmado Rodrigo que estaba casado con Leonor de Cortinas, que sus 
> padres no habían sido de casta de moro ni judíos, ni tuvieron ninguna 
> raza de ellos, y los tuvo por cristianos viejos, limpios desde sus abuelos.
>    * Es muy difícil probar que Catalina de Cabrera, esposa de Ruy Díaz de 
> Cervantes, éstos bisabuelos paternos de Cervantes, perteneciese a la 
> clase noble, ni tampoco que los Díaz de Torreblanca proceden del ilustre 
> linaje.
>    * Contra Astrana Marín cree que los Quijadas de Esquivias eran 
> conversos. Por tanto lo sería la mujer de Cervantes, pariente de ellos, y 
> también de los descendientes de Francisco de Rojas. Este argumento, y el 
> de la profesión médica del padre me parecen de alguna fuerza. En contra, 
> puede alegarse, no la información que obtuvo de limpieza de sangre 
> [K.Sliwa, «La supuesta hidalguía de Rodrigo de Cervantes, padre de Miguel 
> Cervantes Saavedra», Actas del IV Congreso Internacional de Asociación de 
> Cervantistas. Volver a Cervantes. Lepanto, 1–8 de octubre de 2000. Vol. 
> 1. Palma de Mallorca, Universitat de les Illes Balears, 2001, 131–38], 
> pues ya sabemos como se obtenía, sino el tono despreciativo en que habla 
> de los judíos. A título de ejemplo: « ... y cuando otra cosa no tuviera 
> sino el creer, como siempre creo, firme y verdaderamente en Dios y en 
> todo aquello que tiene y cree la Santa Iglesia Católica Romana, y el ser 
> enemigo mortal, como lo soy, de los judíos, debían los historiadores 
> tener misericordia de mí y tratarme bien en sus escritos».
>6.       Diego García de Salazar, bisabuelo materno de la esposa de Miguel 
>de Cervantes, Saavedra recomendó a sus hijos que no se emparentasen con 
>los Quijadas. El mismo año Alonso Capoche proclamó desde la torre de la 
>Iglesia, por los Quijadas, parentesco con María de Salazar, hermana del 
>bisabuelo materno de la esposa de Miguel de Cervantes Saavedra que 
>7.       Gaspar Frías de Miranda, con máscara y hacha, buscó «judío por 
>quemar». Dijo a Juan Quijada, esposo de María de Salazar «perdone vuesa 
>merced, señor Juan Quijada, que no le había visto».
>
>8.       A más de eso, Pedro Urreta de Salazar declaró que los labradores 
>de Esquivias habían llamado «judío» a Gabriel Quijada.
>
>9.       Todos sus testigos de Argel, lo han visto unánimes vivir como 
>buen cristiano, temeroso de la honra de Dios, confesarse y comulgarse en 
>tiempos en que los cristianos lo acostumbraban, y si algunas veces ha 
>tenido pláticas con moros o renegados, ha defendido siempre la santa fe 
>católica y ha confrontado y animado a muchos porque no se hicieran moros y 
>renegados. Y cuando Sancho le declaró que «queda descomulgado, por haber 
>puesto las manos violentamente en cosa sagrada», Don Quijote replicó que 
>«más yo sé bien que no puse las manos, sin este lanzón; cuanto más, que yo 
>pensé que ofendía a sacerdotes ni a cosas de la Iglesia, a quien respeto y 
>adoro como católico y fiel cristiano que soy, sino a fantasmas y vestigios 
>del otro mundo».
>
>10.   Encima de ello y a ciencia cierta el comisario de «dem 
>Friedensfürst» leía la Biblia, la conocía irreprochablemente y aludía a 
>sus citas a lo largo de sus obras. Cité más de 10 páginas de ellas en mi 
>«Vida» que tendrán la oportunidad de averiguarlo, y quizás llegar a ser 
>otra vez cristianos viejos, así como muchas otras cosas que dejo sin 
>revelar aquí para que tengan el mejor disfrute de la lectura al repasar 
>sus páginas.
>
>11.   Regresando a los momentos duros Cervantes nunca olvidó a rezar, a 
>título de ejemplo:
>
>
>
>«¡Virgen bendita y bella,
>
>remediadora del linaje humano!
>
>Sed Vos aquí la estrella
>
>que en este mar insano
>
>mi pobre barca guíe
>
>y de tantos peligros me desvíe.
>
>¡Virgen de Monserrate,
>
>que esas ásperas sierras hacéis cielo!
>
>Enviadme rescate,
>
>sacadme de este duelo,
>
>pues es hazaña vuestra
>
>al mísero caído dar la diestra.
>
>Entre estas matas quiero
>
>esconderme, porque es entrado el día;
>
>aquí morir espero;
>
>Santísima María,
>
>en este trance amargo,
>
>el cuerpo y alma dejo a vuestro cargo...»
>
>
>
>«¡Nunca con menos afán
>
>he caminado camino,
>
>
>
>y, a lo que yo imagino,
>
>no está muy lejos de Orán.
>
>¡Gracias te doy, Rey divino!
>
>¡Virgen pura, a Vos alabo!
>
>Yo ruego llevéis al cabo
>
>tan extraña caridad;
>
>que, si me dais libertad,
>
>prometo seros esclavo».
>
>
>
>En resumidas cuentas, es hora de afrontar la verdad, pues a pesar de tener:
>
>
>
>A.              1.661 documentos cervantinos [K. Sliwa,  Documentos 
>cervantinos: Nueva recopilación; lista e índices. New York, Peter Lang, 2000],
>
>B.               548 documentos de Miguel de Cervantes Saavedra [K. Sliwa, 
>Documentos de Miguel de Cervantes Saavedra. Prólogo de mi querido amigo 
>Jean Canavaggio, Ancien Directeur de la Casa de Velázquez, Madrid, N.° 31. 
>Pamplona, Universidad de Navarra, Anejos de Rilce, 1999],
>
>C.               288 documentos legales del licenciado Juan de Cervantes, 
>abuelo paterno de Miguel de Cervantes Saavedra [K. Sliwa, El licenciado 
>Juan de Cervantes. Efemérides del licenciado Juan de Cervantes. Documentos 
>y datos para una biografía del abuelo paterno del autor del Quijote. 
>Prólogo de mi querido amigo D.              más de 1.737 documentos 
>cervantinos examinados detalladamente en [K. Sliwa, Vida de Miguel de 
>Cervantes Saavedra. Prólogo de mi querido amigo Kurt Reichenberger, 
>Edition Reichenberger, Kassel, 2005],
>
>E.               cerca de 900 páginas con más de 1.737 documentos 
>cervantinos analizados y presentados en [K. Sliwa, «Efemérides 
>cervantinas», La Gran Enciclopedia Cervantina, dirigida por mi querido 
>amigo Carlos Alvar, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2005],
>
>F.                descubrí y coloqué más de 400 parientes nuevos en [K. 
>Sliwa, Árbol genealógico de Miguel de Cervantes Saavedra, prologado por mi 
>querido amigo A. Robert Lauer, Edition Reichenberger, Kassel, esperando su 
>pronta salida por mi querido amigo Kurt Reichenberger],
>
>G.               y por fin tuve mucha suerte de leer todas las biografías 
>de Miguel de Cervantes Saavedra, es decir, las biografías serias o 
>eruditas y las novelescas o de divulgación [K. Sliwa, «Historia de las 
>biografías de Miguel de Cervantes Saavedra», Tesis Doctoral, Florida State 
>University, 1997] donde investigué detalladamente
>
>en ningún trabajo mencionado de una investigación estricta y de muchos 
>otros [Ver: cerca de 500 obras en la bibliografía «Vida»] encontré que 
>Cervantes era judío, converso, moro, divorciado, o como algunos «le buscan 
>novios», etc. Por lo tanto, pido no seguir fantasías o apasionarse por su 
>propio interés, sino tratar de acomodar y ajustar milimétricamente los 
>hechos documentados en la línea biográfica definitiva; tarea, en algunos 
>momentos de la vida de Cervantes, ardua, peligrosa y casi imposible, por 
>la escasez de datos genuinos.
>
>Ahora bien, ¿tenía Cervantes un probable origen judío? ¿Era cristiano 
>viejo o nuevo? ¿A qué casta pertenecía? De este asunto se han compuesto 
>sinnúmero de fantasías y locuras o se ha tomado una posición neutral, sin 
>patentizar ni un documento fehaciente.
>
>Los que piensan que Cervantes era judío o tuvo una ascendencia judía, 
>opino que están muy equivocados, y a la vez muy ricos en la fantasía, por 
>decir algo nuevo, por si acaso.
>
>De alguna manera no quieren fijarse en sus obras ni documentos, y si lo 
>hacen es sólo cuando les conviene, ya que el mismo Cervantes por boca de 
>Sancho manifestó cristalinamente que: «cuando otra cosa no tuviera sino el 
>creer, como siempre creo, firme y verdaderamente en Dios y en todo aquello 
>que tiene y cree la Santa Iglesia Católica Romana, y el ser enemigo 
>mortal, como lo soy, de los judíos, debían los historiadores tener 
>misericordia de mí y tratarme bien en sus escritos».
>
>En mi juicio basado en la documentación cervantina y en las obras del 
>héroe de Lepanto, el autor del Don Quijote provino de la clase media, no 
>pertenecía a la alta nobleza, ni era judío, ni tampoco tenía ganada una 
>modesta ejecutoria, aunque por hidalga se la reconociese, puesto que 
>aseveró «ser hijo y nieto de personas que han sido familiares del Santo 
>Oficio de Córdoba».
>
>Por lo que se refiere al dilema de que Cervantes era judío, converso, 
>moro, divorciado, o como algunos «le buscan novios», etc., estos trabajos 
>representan la atrocidad y crueldad, pues «los historiadores que de 
>mentiras se valen habían de ser quemados, como los que hacen moneda falsa».
>
>Aparte de ello, al escribir el libro [K. Sliwa, Bibliografía de Vida 
>ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra, de Luis Astrana Marín. 
>Prólogo de mi querido amigo Donald P. McCrory, espero que tenga suerte de 
>encontrar a un mecenas que me ayude a sacarlo a la luz, puesto que no 
>tengo dineros, ya que «yo no soy bueno para palacio porque tengo vergüenza 
>y no sé lisonjear», y doy gracias a Dios, pues «!venturoso aquel a quien 
>el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecerlo 
>a otro que al mismo cielo!»] he identificado y leído 3.397 entradas –al 
>vivir en Madrid–  artículos, reseñas, y libros, muchos de ellos jamás 
>mencionados por los biógrafos anteriores ni posteriores hasta nuestros 
>días, relacionados estrictamente con la vida de Miguel de Cervantes 
>Saavedra, así como con sus familiares, y no he dado en ellos con un dato 
>fidedigno que pruebe que Cervantes era judío, converso, moro, divorciado, 
>o como algunos «le buscan novios». Es obvio que algunos aficionados han 
>estipulado sin una documentación original sobre estas anormalidades. Absurdo!!!
>
>A consecuencia, en este punto cada cual puede manchar el lienzo pintado 
>con lo que mejor cuadre a su fantasía, y sus necesidades para así 
>defenderse. No obstante, para mí, eso no será historiar, sino relatar lo 
>imaginado, soñado y vislumbrado, y de esto, me alejo tan lejos como sea 
>posible. Ya que «uno es escribir como poeta y otro como historiador, el 
>poeta puede contar o cantar las cosas, no como fueron, sino como debían 
>ser y el historiador las ha de escribir, no como debían ser, sino como 
>fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna, ‘pues la 
>historia–madre de la verdad–es émula del tiempo, depósito de las acciones, 
>testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo 
>por venir’––, que tendrá necesidad de comento para entenderla».
>
>Yo recomiendo sudar en sangre día tras día, –puesto que «el que lee mucho 
>y anda mucho, ve mucho y sabe mucho», porque «las lecciones de los libros, 
>muchas veces hacen más cierta experiencia de las cosas, que no la tienen 
>los mismos que las han visto, a causa de que el que lee con atención 
>repara una y muchas veces en lo que va leyendo, y el que mira sin ella, no 
>repara en nada, y con esto excede la lección a la vista»,– leyendo los 
>documentos de Díaz, Cervantes, Cortinas, Salcedo, Quijada, Torreblanca, 
>Vozmediano, etc., y después escribir los acontecimientos del autor del 
>Quijote con «ejemplos palpables, fáciles, inteligibles, demonstrativos, 
>indubitables, con demostraciones matemáticas que no se pueden negar», y 
>con criterio estrictamente científico basado en el examen directo de todos 
>los documentos cervantinos, siguiendo un orden cronológico.
>
>En suma os deseo de todo corazón y Dios es mi testigo que os llegue a 
>tanto vuestra curiosidad y desatino como a mí y a Cervantes cuando «pasaba 
>las noches leyendo de claro en claro y los días de turbio en turbio... más 
>de trescientos libros... que fueron el regalo de su alma y el 
>entretenimiento de su vida». Pues «tuviere o no tuviere se ha de emplear 
>vuestro servicio, hasta perder la vida», por ser cervantistas y 
>aficionados del autor de La Numancia, pues los trabajos sobre Cervantes 
>deberían ser «tan claros, que no hay cosa que dificultar en ellos, los 
>niños los manosean, los mozos los leen, los hombres los entienden y los 
>viejos los celebran».
>
>Y antes de componer alguna obra sobre el «amado discípulo» de Juan López 
>de Hoyos –espero que ayude esta recomendación– pido que imiten al otro 
>genio de la literatura española Francisco Gómez de Quevedo y Villegas 
>(1580–1645), quien sostuvo en su «Carta moral e instructiva, escrita desde 
>San Marcos de León a su amigo, Adán de la Parra, pintándole por horas su 
>prisión y la vida que en ella hacía», que «desde las diez a las once rezo 
>algunas devociones, y desde esta hora a la de las doce leo en buenos y 
>malos autores; ... de unos y de otros procuro aprovecharme de los malos 
>para no seguirlos, y de los buenos para procurar imitarlos».
>
>Ahora bien, regresando al tema, en vez de agradecer a España y su genio el 
>mejor libro del mundo anunciado por Helsinki, y dar las gracias por 
>patriota de España y de Europa cristiana, un genio, de los tres o cuatro 
>que ha tenido la Humanidad, se ha convertido la caza de conversos para 
>algunos investigadores en un deporte obsesivo. Y como se habían cobrado 
>algunas piezas mayores se les ha despertado el deseo de cazar la mayor de 
>todas, Miguel de Cervantes Saavedra, rompiendo las relaciones con nuestros 
>queridos amigos españoles, ofendiendo e insultando, y produciendo muchas 
>extravagancias en los últimos años contra el genio de la literatura 
>española. En breve, sin darse cuenta originando el deterioro a la 
>historia, la cultura y a los corazones españoles. Dejando los sentimientos 
>y el corazón heridos profundamente. ¿Con qué objeto y hasta cuándo?
>
>Repito que hasta ahora no se conservó la menor prueba documental que nos 
>indique que Cervantes era judío, converso, moro, divorciado, o como 
>algunos «le buscan novios», etc., y ruego humildemente que dejen esta 
>barbaridad, que dejen de forjarse ilusiones, quimeras, y excentricidades 
>apoyadas en muy insuficiente estudio, rigurosamente histórico y 
>documental, sin – ni mencionar – un análisis culto e ilustrado, sin ansia 
>de encontrar la verdad infalible y autenticidad de la conformidad entre 
>las palabras, de solidez y firmeza, y obviamente no reflejado en la 
>presente documentación cervantina.
>
>Afirmo que hay que estudiar la documentación cervantina con mucho detalle 
>a cambio de buscar ficciones, tratar de identificar su propia vida con el 
>rumbo de Cervantes, apoyar la fantasía o articular algo nuevo sin verificación.
>
>Asimismo suplico de todo corazón a los que desprecian a Cervantes en sus 
>trabajos – que gracias a él hoy en día tienen el trabajo bien pagado en 
>las universidades y colegios [donde disfrutan de «su medio queso, su pan, 
>algún pernil de tocino y algunas varas de lienzo crudo»] – que dejen de 
>«desmontar al autor del elevado pedestal de su estatua», pues si tanto 
>aman a Cervantes, hablan de sí mismos como cervantistas, aficionados y 
>amantes del Regocijo de las Musas y de España, hechos y derechos y de 
>sangre y huesos, conocen sus obras de memoria y aprecian su cultura, pido 
>que no se contradigan más y espero que también sepan de golpe que él mismo 
>Cervantes solicitó a todos no despreciarle del siguiente modo: «pide no se 
>desprecie su trabajo y se le den las alabanzas, no por lo que escribe, 
>sino por lo que ha dejado de escribir», puesto que el escritor «pinta los 
>pensamientos, descubre las imaginaciones, responde a las tácticas, aclara 
>las dudas, resuelve los argumentos; finalmente, los átomos del más curioso 
>deseo manifiesta», pues «se pretende en los escritos enseñar y deleitar 
>juntamente». Recomiendo que mediten un poquito estas palabras de oro antes 
>de componer muchos disparates!!!
>
>Antes de terminar, explico que no coloqué en mi último trabajo ni en éste 
>las notas y no por ser las anécdotas como algunos se creían, sino que 
>esperaba y espero –y tampoco lo haré en el futuro, pues sudar en sangre 
>ayuda a mantener muy buena salud– que todos conocieran y conozcan la vida 
>de Cervantes de memoria por ser grandes cervantistas y amantes del 
>novelista impar.
>
>No obstante, salió a la luz sin imaginarme y de mucha sorpresa para mí lo 
>contrario, es decir, quién de veras conocía la documentación cervantina, 
>su vida y sus obras. Obviamente y sin rodeos algunos metieron la pata como 
>nunca sin yo desearlo ni esperarlo. Lo único que puedo declarar es que hay 
>que conocer «la verdad que es hija de Dios», y termino aquí citando las 
>palabras del Manco de Lepanto, quien seguramente hubiera dado con la 
>siguiente defensa suya: «es mi intención limpiar esta ínsula de todo 
>género de inmundicia y de gente vagamunda, holgazana y mal entretenida; 
>porque quiero que sepáis, amigos, que la gente baldía y perezosa es en la 
>república lo mismo que los zánganos en las colmenas, que se comen la miel 
>que las trabajadoras abejas hacen. Pienso favorecer a los labradores».
>
>Finalmente, en verdad y en mi conciencia, confieso y hago hincapié como 
>cristiano viejo por amor de Dios que no torcí el camino de la averiguada 
>verdad y llaneza – pues «lo que rebosa el corazón habla su boca» – e hice 
>todo lo posible, para que este trabajo sea sin trazos mentirosos y tal 
>como Dios manda, porque «mis calabazadas han de ser verdaderas, firmes y 
>valederas, sin que lleven nada del sofistico ni del fantástico», Chris.
>
>«Laus in Excelsis Deo».
>