Date: Wed, 22 Jun 2005 13:03:40 -0600
From: "K. Sliwa" <[log in to unmask]>
Subject: RE: De Maria Stoopen: Re: Dracula 2: Coloquio Cervantes
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To: [log in to unmask]
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X-OriginalArrivalTime: 22 Jun 2005 19:03:41.0100 (UTC)
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Querida Maria,

has dado en el blanco como siempre. Lo unico que puedo anadir es: pobrecito nuestro espanol Miguelito de Cervantes Saavedra, -y digo espanol, pues empiezo a temer que se encuentre otro de alguna nacion lejana de  mi querida Espana, pues durante mis muchas conversaciones con mi muy querido amigo Jose Maria Casasayas, difunto, me contaba Pepito de una tesis doctoral en Inglaterra que trata de que 'El Don Quijote de la Mancha," es una traduccion del ingles al castellano por una senora cuyo nombre ya no me acuerdo, ni quiero, etc,-que mas haran con la sabidura y la conducta ejemplar del genio de la literatura espanola que nos has dejado; pobrecito y nada mas, un muy fuerte abrazo, Chris.







From: "A. Robert Lauer" <[log in to unmask]>
Reply-To: "A. Robert Lauer" <[log in to unmask]>
To: [log in to unmask]
Subject: De Maria Stoopen: Re: Dracula 2: Coloquio Cervantes
Date: Wed, 22 Jun 2005 13:45:48 -0500


>Date: Wed, 22 Jun 2005 13:42:07 -0500
>From: María Stoopen Galán <[log in to unmask]>
>Subject: RE: De Chris Sliwa: Re: Dracula 2: Coloquio Cervantes
>To: "'A. Robert Lauer'" <[log in to unmask]>, [log in to unmask]
>X-Mailer: Microsoft Office Outlook, Build 11.0.6353
>Thread-index: AcV3V/ZrCZCUNW2ZT92T0XHCTOlJngAAa77g
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>X-Source:
>X-Source-Args:
>X-Source-Dir:
>Original-recipient: rfc822;[log in to unmask]
>
>¿No nos hemos percatado de que esta tercera parte del Quijote es
>escrita por Alonso Fernández, quien, por estrategia oculta su
>segundo apellido? Me alegro que haya sido Avellaneda el
>contemporáneo de M de C, ya que de haber sido este otro, buena la
>hubiera hecho con su curación. MS
>
>
>
>----------
>De: Coloquio Cervantes [mailto:[log in to unmask]] En nombre
>de A. Robert Lauer
>Enviado el: Miércoles, 22 de Junio de 2005 01:15 p.m.
>Para: [log in to unmask]
>Asunto: De Chris Sliwa: Re: Dracula 2: Coloquio Cervantes
>
>
>
>
>
>Date: Wed, 22 Jun 2005 10:55:09 -0600
>From: "K. Sliwa" <[log in to unmask]>
>Subject: FW: =?UNKNOWN?Q?An=E1lisis_psiqui=E1trico_de?= Don Quijote.
>Nuevo
> libro: El Quijote y su laberinto vital
>X-Originating-IP: [65.54.174.201]
>X-Sender: [log in to unmask]
>To: [log in to unmask]
>Bcc:
>X-Originating-Email: [[log in to unmask]]
>Original-recipient: rfc822;[log in to unmask]
>X-OriginalArrivalTime: 22 Jun 2005 16:55:09.0814 (UTC)
> FILETIME=[26438960:01C5774B]
>
>
>
>Querido amigo Roberto,
>
>Otra dracula como sueles decirlo, y que eso sale por un espanol me
>asusta, recibe un muy fuerte abrazo, Chris.
>
>
>
>
>
>From: [log in to unmask]
>Reply-To: "H-NET List for works, life, and times of Miguel de
>CERVANTES Saavedra" <[log in to unmask]>
>To: [log in to unmask]
>Subject: Análisis psiquiátrico de Don Quijote. Nuevo libro: El
>Quijote y su laberinto vital
>Date: Tue, 21 Jun 2005 12:54:53 -0500
>
>[[Se comienza a aplicar el epíteto El Quijote no sólo al libro, sino
>también
>al protagonista: a un enfermo así no se le trata como si fuera el
>Quijote&
>¿Hay algún personaje más real, epítome de lo español y sinónimo de
>todos
>nosotros que el Quijote? -D.E.]]
>
>El Mundo Magazine. 17 de abril de 2005.
>
>http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2005/290/1113588827.html
>
>No. 290, Domingo, 17 de abril de 2005
>
>[Foto de alguien vestido de DQ, con lanza, tumbado en un sofá.]
>
>
>Análisis psiquiátrico de Don Quijote
>
>Cuadros hipomaníacos dominados por el delirio. Episodios depresivos.
>Brotes
>psicóticos. Alucinaciones... El psiquiatra Francisco Alonso
>Fernández desafía a
>quienes defienden una visión estrictamente poética de la locura del
>hidalgo
>Alonso Quijano, y afirma en un libro que Cervantes retrató con
>realismo un
>complejo trastorno mental.
>
>Por Carmen Machado. Fotografía de Rosa Muñoz
>
>"El Quijote es una novela psicopatológica protagonizada por un
>enfermo mental".
>Así de categórico se muestra el psiquiatra Francisco Alonso
>Fernández cuando se
>refiere a una de las obras literarias más geniales de todos los
>tiempos y en
>torno a la cual gira su libro El Quijote y su laberinto vital, de
>inminente
>publicación. A buen seguro, la obra de este catedrático complutense
>y miembro
>de la Real Academia Nacional de Medicina abrirá la puerta a la
>polémica entre
>quienes defienden la perspectiva puramente literaria y simbólica de
>la locura
>del hidalgo castellano y quienes, como él mismo, creen firmemente
>que Cervantes
>hizo el esfuerzo consciente de describir de forma realista el
>comportamiento de
>alguien con una enfermedad psiquiátrica muy concreta.
>
>La idea es atrevida, cuesta rendirse a ella. Desde nuestra
>perspectiva de
>ciudadanos del siglo XXI, resulta difícil aceptar que el personaje
>literario
>más conocido de toda la Historia de la literatura estuviera tan
>trastornado
>como asegura este psiquiatra. Cuatro siglos de glorificación
>cervantina nos han
>llevado a pensar en Don Quijote como un héroe idealista, libre hasta
>la médula
>y dotado de una imaginación prodigiosa, y no como en un enfermo
>mental al que
>cualquier profesional de la psiquiatría podría hoy en día
>diagnosticar, tratar
>e incluso curar.
>
>Sin embargo, según el doctor Alonso Fernández, Cervantes era
>plenamente
>consciente de lo que estaba describiendo cuando emprendió la
>aventura de
>escribir su obra maestra. "Había conocido a muchos enfermos mentales
>en el
>manicomio de Sevilla y además, él mismo debió ayudar en ocasiones a
>su padre,
>que era un cirujano barbero. También es posible que se inspirara en
>un
>personaje real que vivía en Argamasilla de Alba y que se llamaba
>Domingo
>Pacheco. Lo cierto es que todos los psiquiatras que tenemos cierta
>experiencia
>hemos visto a enfermos mentales muy parecidos al hidalgo Alonso
>Quijano (y digo
>Alonso Quijano porque Don Quijote es un usurpador, puesto que le
>birló el
>estrellato y el protagonismo a Alonso Quijano, y hasta la gloria a
>Cervantes)",
>asegura Alonso.
>
>Con nombre y apellido. Una vez aceptada la idea de que Don Alonso
>Quijano
>padecía una enfermedad mental, llega el momento de preguntarse cuál.
>¿Neurosis?
>¿Esquizofrenia? ¿Ideas obsesivas en torno al tema de la necesidad de
>administrar justicia y ayudar a los pobres y a los débiles? El
>trastorno
>bipolar lo que antes se llamaba trastorno maníaco-depresivo es la
>opción por
>la que se inclina Francisco Alonso Fernández.
>
>Este mal que padece el 2% de los españoles, unas 800.000 personas,
>según la
>Asociación de Bipolares de Cataluña consiste en cambios muy notables
>en el
>estado de ánimo que hacen que una persona se sienta extremadamente
>feliz y con
>el paso de los días sufra de depresión. Es decir, oscila entre dos
>polos
>opuestos: la manía o el sentimiento exagerado de bienestar y la
>depresión.
>
>Según Alonso, el delirio de grandeza que sufre el hidalgo manchego
>creer que
>es el mejor caballero andante del mundo le conduce a una
>metamorfosis que
>transforma su personalidad. El hidalgo Alonso Quijano se convierte
>en el
>caballero Don Quijote y cambia de rasgos psíquicos, sociales e
>incluso físicos,
>porque el protagonista se siente más fuerte, más poderoso, más noble
>y más
>importante a raíz de la misma. Por otra parte, el Don Quijote que
>acaba de
>nacer sufre delirios que no sólo le transforman a él, sino también
>al mundo que
>lo rodea. El ventero se convierte en alcaide de un castillo, los
>molinos en
>gigantes, la bacía de barbero en un yelmo finísimo...
>
>"Entonces surge un cuadro hipomaníaco dominado por el delirio",
>explica Alonso.
>Pero, además, añade, "estos cuadros generalmente van asociados a
>fases
>depresivas. Es entonces cuando podemos hablar de trastorno bipolar.
>Los rasgos
>depresivos y melancólicos de Don Quijote se ven, por ejemplo, cuando
>va a hacer
>penitencia a Sierra Morena o durante la ensoñación que experimenta
>en la cueva
>de Montesinos. En el primer caso, canta y da volteretas, pero
>también llora,
>reza compulsivamente, tiene muchos sentimientos de culpa y se somete
>a
>mortificaciones físicas. En la cueva de Montesinos la situación no
>puede ser
>más tétrica: hay cortejos de muertos que desfilan y aparece un
>difunto
>desprovisto de corazón. Sin embargo, Don Quijote sufre un
>sorprendente cambio
>en su conducta cuando sale de allí. Le han dicho que él es el único
>capaz de
>deshacer el encantamiento que hay en la cueva, pero al abandonarla
>se olvida de
>todo y no se propone volver a ese lugar. ¿Qué ocurre? Pues que
>cuando sale
>fuera del mundo depresivo de la cueva de Montesinos se siente
>apático,
>descorazonado y confuso. En resumen, se encuentra mucho más cerca de
>la
>depresión que de la hipomanía. Esa alternancia es típica del
>trastorno
>bipolar", afirma Alonso.
>
>El tópico de que los libros de caballerías fueron la causa de la
>locura del
>Quijote no es compartido por los expertos en psiquiatría, quienes
>opinan que,
>por regla general, nadie enferma por leer de forma compulsiva. En
>todo caso, el
>hecho de obsesionarse por la lectura podría ser un aviso de que algo
>va
>mal. "La ofuscación de Don Quijote con los libros más bien puede
>tomarse como
>un síntoma, ya que, para poder afrontar la adquisición de más y más
>novelas de
>caballerías, vende muchas de sus tierras. En la hipomanía hay
>tendencia a
>desprenderse de propiedades y a realizar grandes gastos".
>
>El estilo de vida de Alonso Quijano podría considerarse, asimismo,
>un caldo de
>cultivo ideal para la gestación de su especial locura. "Vivía una
>existencia
>aletargada, casi vegetante, frustrante, podríamos decir que sufría
>de un enorme
>vacío existencial. Entonces se produce la hipomanía, la exaltación
>de la
>fantasía, y se transforma en caballero, justo lo que él había soñado
>toda su
>vida", indica Alonso. Para colmo, su entorno humano más cercano no
>colabora,
>precisamente, a que mantenga la cabeza en su sitio. Temiendo por la
>cordura de
>Alonso Quijano, el cura y el barbero queman los libros del hidalgo,
>tapian el
>aposento donde se guardaban y le dicen que un encantador lo ha hecho
>desaparecer todo. Pero, según el especialista, con esta
>bienintencionada
>maniobra no hacen sino reforzar su delirio .
>
>Alonso Fernández también ha puesto su atención en las famosas
>alucinaciones del
>personaje. "La distorsión de la realidad que aparece en Don Quijote
>puede
>obedecer a un trastorno de la vista o del oído, a una enfermedad
>cerebral o a
>un trastorno propiamente mental. Se confunden molinos con gigantes
>cuando el
>delirio interno se proyecta hacia el exterior y produce un puñado de
>alucinaciones visuales y auditivas. Pero, a continuación, el brote
>psicótico
>que ha provocado tal distorsión de la realidad remite y Don Quijote
>ve los
>molinos tal como son (aunque siga pensando que él tenía razón y que
>eran
>gigantes)".
>
>Grave psicosis. Don Quijote también confunde personas, como cuando
>vence al
>Caballero de los Espejos, que es en realidad el bachiller Sansón
>Carrasco.
>Estos son, según Alonso Fernández, "delirios de falsa identidad, muy
>estudiados
>en psiquiatría desde hace más de 100 años". Además de la confusión
>entre
>molinos de viento y gigantes, el episodio más conocido de la obra,
>hay muchos
>pasajes que expresan con claridad la locura del Quijote, aunque, de
>entre todos
>ellos, tal vez sea el de las figuras del retablo de Maese Pedro el
>que resulte
>más revelador. Se trata de unos muñecos que un titiritero ambulante
>lleva de
>pueblo en pueblo y que representan la historia de Gaiferos y
>Melisendra. Don
>Quijote los toma por personajes reales, lo que le empuja a destrozar
>el
>teatrillo del pobre cómico. Si en el episodio de los molinos o en el
>de los
>batanes la imaginación del hidalgo podría pasar por pura
>extravagancia, en el
>caso patético de las figurillas del retablo se produce ya una
>distorsión total
>de la realidad, y ése es uno de los elementos reveladores de una
>grave
>enfermedad mental psicótica, según el análisis del doctor Alonso.
>
>Hasta el final de la obra continúan las demostraciones de locura de
>Don
>Quijote, quien sólo recobra la lucidez y la paz durante el breve
>periodo que
>precede a su muerte. Para Alonso Fernández, éste es uno de los
>rasgos más
>esclarecedores de la novela. "Es un detalle muy importante que nos
>revela el
>grado de conocimiento que tenía Cervantes acerca de las enfermedades
>mentales.
>Don Quijote recobra su identidad cuando sufre una afección febril
>grave". En
>círculos médicos era sabido, explica el experto, que había
>trastornos mentales
>que se recuperaban cuando sobrevenía una afección corporal de cierta
>gravedad,
>sobre todo un proceso febril. "Tanto es así que hasta bien avanzado
>el siglo
>pasado se provocaba la fiebre para combatir cuadros de tipo
>hipomaníaco. Era un
>método que se llamaba piretoterapia terapia por la fiebre , y es
>evidente que
>se trata de algo bien conocido por Cervantes", añade. Lo cierto es
>que en
>medicina muchas veces se conocen los hechos, pero no los mecanismos
>que los
>originan. "Se sabe que con la fiebre se normaliza el funcionamiento
>cerebral y
>que la personalidad del paciente experimenta vivencias de
>preocupación por su
>estado físico que le apartan de su delirio. Hay dos factores que
>motivan la
>recuperación de la salud: la preocupación por algo real, es decir,
>por la
>enfermedad física, y el factor biológico consistente en que la
>fiebre modifica
>el funcionamiento cerebral y puede llevarlo a un cauce de
>normalidad. Realmente
>es algo asombroso, y el gran acierto de Cervantes es la descripción
>que hace en
>el caso de Don Quijote. Seguramente el autor no sabía cuál era la
>razón de que
>tras la fiebre se produjera la recuperación de la salud mental,
>pero, en cuanto
>a la terapia, acertó de pleno", explica Alonso.
>
>Más locos. Don Quijote no es el único loco dibujado por la pluma de
>Cervantes.
>El Licenciado Vidriera, uno de los protagonistas de las Novelas
>ejemplares,
>creía que su cuerpo estaba hecho de cristales que se romperían si
>alguien lo
>tocaba. El desdichado caminaba por el centro de las calles y miraba
>a los
>tejados con pavor, temiendo que le cayera una teja encima y le
>matase. En una
>ocasión tuvo que trasladarse a Valladolid y fue llevado con todo
>cuidado dentro
>de un cesto lleno de paja, no fuera a ser que sus carnes se
>quebraran con
>cualquier pequeño roce. Además de este singular hombre de cristal
>cervantino,
>otros lunáticos aparecen en las historias intercaladas en el
>Quijote. Es el
>caso del loco sevillano, un licenciado recluido en el Hospital de
>los Inocentes
>(el manicomio de Sevilla). En su locura, llega a pensar que en
>realidad está
>cuerdo, hasta tal extremo que casi convence de ello al capellán del
>centro,
>quien está a punto de liberarlo.
>
>Pero no es Cervantes el primero en tratar el tema de la enfermedad
>mental en
>sus obras. Antes de su Quijote habían visto la luz el Elogio de la
>locura, de
>Erasmo, el Orlando furioso, de Ariosto, y el anónimo Amadís de
>Gaula, obras
>que, probablemente, le sirvieran de inspiración.
>
>Alonso Fernández cree que no es casual que Don Quijote de la Mancha
>se
>publicara en 1605. "En esos momentos había un contexto psiquiátrico
>verdaderamente excepcional debido a varias razones. En primer lugar,
>existía
>una red de ocho hospitales psiquiátricos distribuidos por toda
>España, lo que
>constituye algo único en su época. De hecho, el primer centro
>psiquiátrico del
>mundo se creó en 1409 en Valencia y luego, entre el siglo XV y el
>XVI, se
>hicieron siete más en otras ciudades. Además, y esto es lo más
>importante,
>España era el único país donde se pensaba que el trastorno mental
>era una
>auténtica enfermedad, hasta cierto punto, un proceso del cerebro.
>Para ilustrar
>el momento, yo suelo poner como ejemplo lo que sucedió a principios
>del siglo
>XV cuando se celebró el Compromiso de Caspe. La corona de Aragón no
>tenía
>sucesor y se convocó a los parlamentarios de Aragón, Cataluña y
>Valencia para
>que eligieran un nuevo rey. El representante valenciano sufrió una
>afección
>vasculocerebral y se abrió un expediente para ver si se trataba de
>una
>simulación o de una auténtica enfermedad. Lo significativo es que no
>se habló
>de hechizos ni de posesiones, en un momento en que en Centroeuropa
>se estaban
>quemando todavía a muchas mujeres acusadas de brujería". Asimismo,
>en el
>Quijote no aparece ninguna referencia a que el trastorno del
>protagonista pueda
>deberse a hechizos o a que pueda ser sanado mediante exorcismo.
>
>Para el autor de El Quijote y su laberinto vital, durante los siglos
>XV y XVI
>España vive una especie de Edad de Oro de la psiquiatría, ya que en
>dicho
>periodo se mantiene una concepción naturalista de la enfermedad
>mental. Sin
>embargo, explica, "más adelante se produciría un claro retroceso. Lo
>prueba un
>hecho como que a Carlos II, que era un auténtico enfermo mental, se
>le tuviera
>por hechizado".
>
>Curiosamente, y a pesar de lo conocido y concreto que es su caso, la
>famosa
>locura de Alonso Quijano no parece haber tenido demasiados
>seguidores entre los
>locos que se creen personajes históricos, cuyo modelo con mayor
>repercusión
>sigue siendo Napoleón. A pesar de todo, Alonso Fernández asegura
>haberse
>encontrado con muchos pacientes psicomaníacos parecidos a Don
>Quijote. "Incluso
>me he encontrado con un enfermo de La Mancha que tenía
>transformación de la
>personalidad y se presentaba a sí mismo como si él fuera Don Quijote
>de la
>Mancha. Sin embargo, a un enfermo así no se le trata como si fuera
>el Quijote.
>Si un paciente llamado Pedro Pérez se cree Napoleón, nosotros
>tratamos a Pedro
>Pérez, no a Napoleón". En el caso del Quijote, explica el experto,
>lo curioso
>es que Cervantes parece transmitir a los lectores, en una suerte de
>juego, la
>mismísima alucinación de Alonso Quijano. Porque, vamos a ver: ¿Hay
>algún
>personaje más real, epítome de lo español y sinónimo de todos
>nosotros que el
>Quijote?
>
>"El Quijote y su laberinto vital" (Ed. Antropos), Francisco Alonso
>Fernández.
>Sale a la venta el próximo mes de junio.
>
>
>
>
>
>
>Así le tratarían en el siglo XXI
>
>
>Según el Dr. Alonso Fernández, mediante una serie de medicamentos
>llamados
>psicorreguladores o psicoestabilizadores, de los cuales el más
>conocido es el
>carbonato de litio, aunque hay otros que también se pueden utilizar,
>como la
>carbamazepina, el valproato, la gabapetina o el topiramato.
>Generalmente, se
>emplean uno o dos, dependiendo del cuadro clínico. En el caso del
>Quijote, dada
>su avanzada edad y teniendo en cuenta que presentaba un cuadro
>hipomaníaco,
>seguramente se elegiría el valproato, medicamento que contribuye a
>estabilizar
>al enfermo en un estado de equilibrio (las personas con trastorno
>bipolar
>parecen moverse en tres direcciones distintas: la línea de la
>exaltación, que
>es la franja hipomaníaca, la línea normal y la línea baja o
>depresiva). El
>empleo de psicofármacos llevaría asociada una terapia psicológica.
>Habría que
>establecer unos lazos de comprensión con Don Quijote. Lo que estaría
>contraindicado, como en todos los delirios, sería apoyar su visión
>distorsionada de la realidad, es decir, darle la razón. No
>deberíamos intentar
>calmarle apoyando su idea de que es un caballero andante como hizo
>Sansón
>Carrasco , ya que si a un paciente como Don Quijote le diéramos la
>razón, el
>delirio se afianzaría aún más. Alonso Fernández insiste en que el
>terapeuta
>intentaría comprenderle y llevar la conversación a los momentos
>anteriores a la
>locura, con el fin de hacerle comprender la transformación que se ha
>operado en
>él, pero sin enfrentarse abiertamente con el delirio, porque los
>delirantes
>son como los fanáticos: dividen el mundo en dos partes, los que le
>llevan la
>corriente, que son sus amigos, y los que se oponen, que son sus
>enemigos .
>Respecto a la posibilidad de que Don Quijote siguiera su tratamiento
>en La
>Mancha, donde al fin y al cabo tenía una buena red de apoyo social
>gracias al
>cura, al barbero o al bachiller, sería posible siempre que se
>organizara el
>entorno y se intentara que tanto el ama y la sobrina, como sus
>vecinos y amigos
>lo comprendieran y no recurrieran a disfraces ni engaños. En cambio,
>en el
>Quijote apócrifo de Avellaneda, al hidalgo lo ingresan en el
>hospital
>psiquiátrico de Toledo, conocido como la Casa del Nuncio, pero lo
>hacen
>mediante engaños, lo cual no resultaría, hoy por hoy, una terapia
>nada
>recomendable.
>
>
>Sus otros analistas
>
>Sigmund Freud. El padre del psicoanálisis admiraba tanto a Cervantes
>que
>estudió español sólo para leer el Quijote en su idioma original.
>Otra de las
>novelas cervantinas que le fascinaban era El coloquio de los perros
>, una de
>las obras incluidas en las Novelas ejemplares . En ella, dos canes
>que han
>recibido repentinamente el don del habla se intercambian
>experiencias y
>reflexiones y comentan los recuerdos que guardan en el fondo de la
>memoria y
>que sólo de tarde en tarde salen a la luz. Freud comentó
>posteriormente que
>muchos de los conceptos desarrollados en su teoría del psicoanálisis
>los debía
>a sus lecturas de las obras cervantinas y reconoció abiertamente que
>las ideas
>del escritor español ejercieron gran influencia sobre él. Carlos
>Castilla del
>Pino. Acaba de publicar su último libro, Cordura y locura en
>Cervantes (Ed.
>Península), donde analiza al Quijote desde el punto de vista de la
>psiquiatría.
>Castilla del Pino asegura que la palabra locura aparece 182 veces en
>toda la
>obra cervantina. En su opinión, lo único que pretendió Cervantes fue
>reflejar
>los intentos de su personaje por llevar a la práctica lo que deseaba
>en su
>fantasía. Su perspectiva es diametralmente opuesta a la de Alonso
>Fernández: El novelista hace lo que le da la gana con sus personajes
>de
>ficción y no podemos atribuirles una categoría diagnóstica .
>
>
>Hoy no llamaría tanto la atención
>
>La edad del Quijote. El hecho de que un viejo de 50 años (la edad de
>Alonso
>Quijano cuando pierde el juicio) acometa las aventuras que se narran
>en la
>novela constituía un motivo de asombro para los lectores de la
>época. Tengamos
>en cuenta que, en esa época, la esperanza media de vida se situaba
>en los 30
>años y sólo el 10% de la población llegaba a los 60. Hoy, sin
>embargo, se
>considera que un hombre de 50 años está en el ecuador de su vida.
>Su novelomanía . Que Alonso Quijano dilapide su patrimonio comprando
>novelas
>de caballería no llamaría demasiado la atención de sus vecinos en un
>mundo, el
>actual, donde la adicción al consumo es norma. Uno de cada tres
>europeos es
>adicto a las compras. Si viviera hoy, el hidalgo siempre podría
>pedir ayuda a
>los spender-menders , colectivos de autoayuda similares a los
>Alcohólicos
>Anónimos. Su sed de fama. Desde su nacimiento , Don Quijote aspira a
>la
>gloria, a convertirse en personaje literario. Pese a carecer de tan
>buenos
>propósitos como el hidalgo manchego (hacer el bien, impartir
>justicia), las
>encuestas revelan que un 20% de los jóvenes españoles está decidido
>a ser
>famoso, y hoy por hoy nadie se espanta de ver a ciudadanos que no
>tienen nada
>en especial que contar convertirse en estrellas de reality shows .
>Así que lo
>de Don Quijote no asustaría a nadie... La extravagancia. En la vida
>actual, en
>el mundo de la política o de las finanzas, hay gente que se comporta
>de una
>forma muy rara y sin embargo nadie les tiene por locos , sale en
>defensa del
>Quijote el escritor Luis Goytisolo, quien no cree en la locura del
>hidalgo: Aunque al principio se le presenta como un loco al que se
>intenta
>curar, según va avanzando en la novela el lector empieza a dudar de
>que se
>trate de un loco, pues actúa con una cordura extraordinaria. Más
>bien diríamos
>que se va convirtiendo en una persona extravagante .