Date: Fri, 24 Jun 2005 00:50:01 -0600
From: "K. Sliwa" <[log in to unmask]>
Subject: Tartamudez de Cervantes

«La sabiduría vale más que las joyas y nada valioso se le puede comparar».

Querida María,

Por lo que se refiere a la supuesta tartamudez de Cervantes, pues muchos quieren ver a Cervantes también tartamudo, etc., lo niego por entero, pero admito que hay que tomar en cuenta que parece que padeció de tartamudez, como muchos niños, ya que la torpeza en la pronunciación del famoso alcalaíno se demostró en la «Epístola a Mateo Vázquez»: «mi lengua balbuciente y casi muda, pienso mover en la real presencia»; en las «Novelas ejemplares»: «será forzoso valerme por mi pico, que, aunque tartamudo, no lo será para decir verdades»; en «Los tratos de Argel»: «mi lengua balbuciente y casi muda», y en «El Viaje del Parnaso»: «muéstrase balbuciente y casi muda si le alaba la lengua más experta, de adulación y de mentir desnuda».
Cabe hacer hincapié que su padre Rodrigo era sordo. ¿Fue entonces la tartamudez de Miguel una enfermedad breve o de vez en cuando, a consecuencia de la sordura de su padre, o simplemente una deficiencia temporal como la de muchos niños a esta edad? A título de ejemplo, solo tres razones, claro que hay más.
Primero, Cervantes durante la batalla de Lepanto «solicitó que le destinasen al puesto más peligroso y el capitán le ordenó tomar el mando de 12 hombres en un esquife, en la izquierda de la flota cristiana donde recibió tres heridas de arcabuzazos  dos en el pecho y una en la mano izquierda, de resultas de la cual este miembro le quedó, de por vida, estropeado». ¿Cómo puede asignarse a un soldado tartamudo a dirigir a otros 12 compañeros, y además de eso, en el lugar más peligroso que es un esquife? El soldado que toma el mando es responsable por sus camaradas, por el resultado de la batalla, y sobre todo, por la vida de ellos, así como la suya. También se responsabiliza por dirigirlos, disponer con su formación, llamarlos, defenderlos, donde hay unos ataques constantes e inesperadosy todo se hace durante la batalla a gritos hasta los cielos y no en voz baja o estar calladito como un muerto. No me imagino a un tartamudo dirigiendo a 12 soldados, pues sería lo mismo como un ciego guiando al otro ciego y el fin de la historia ya conocen todos.
Ahora bien, Juan Bautista Villanueva informa que en la «Marquesa» mataron los turcos más de 40 hombres y él fue herido de un flechazo en la espalda. Otro testigo afirma que en el cuerno izquierdo, por la parte de tierra, se trabó la batalla y pelea muy fuerte y cerrada, «y donde es cierto que la gente y soldados de las galeras no estaban ociosos, sino que todos meneaban las manos, y se cumplía así porque los enemigos eran muchos y diestros en pelea naval», y revela que «solo tres caballeros quedaron vivos en ella, y éstos mal heridos», pues «aquel día de la batalla de Lepanto, que fue para la Cristiandad tan dichoso, porque en él se desengañó el mundo y todas las naciones del error en que estaban creyendo que los turcos eran invencibles por mar, en aquel día donde quedó el orgullo y soberbia otomana quebrantada». ¿Quiénes eran estos tres soldados? ¿Estuvo su hermano Rodrigo entre ellos?
Segundo, Cervantes era espía de Felipe II, enviado en la misión secreta a Orán. Dudo que se mande a Cervantes, tartamudo, para hablar con el alcalde de Mostagán. Se explica que por la tartamudez de Cervantes no conocemos el tenor de las conversaciones secretas. Palabras hueras.
Tercero, conocemos la amistad y enemistad de Cervantes con Lope de Vega, quien muchas veces no tenía la misma delicadeza y dulzura de expresarse que Miguel. A título de ejemplo, dice Lope: «yo leí unos versos con antojos de Cervantes que parecían huevos estrellados mal echos». ¿Por qué no dijo nada de su tartamudez?
Por lo que se refiere a no saber las cosas, querida María, confieso que sigo aprendiendo gracias a muchos maestros y amigos míos, y que tengo mucha deuda con ellos y jamás la pagaré, pues «la sabiduría es más preciosa que las perlas, ninguna joya se le puede comparar, en su mano derecha hay larga vida, en su izquierda, riqueza y gloria, sus caminos son una delicia, todas sus sendas son pacíficas, es árbol de vida para los que se afierran a ella, felices son los que la retienen», Chris, «Laus in Excelsis Deo».