Date: Fri, 14 Oct 2005 16:51:27 +0200
From: Edition Reichenberger <[log in to unmask]>
Subject: Coloquio Cervantes
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La sátira: género literario respetable



En los grandes manuales, por lo general, la sátira es tratada con desprecio. Tal tratamiento nos parece incompetente, por lo menos insuficiente con respecto a las realidades, o sea, para comprender de manera adecuada las obras de Cervantes, sobre todo el Coloquio de los perros, donde el tema de la murmuración tiene un papel muy divertido y, naturalmente, con respecto al Quijote, donde es casi omnipresente. Por ello, vale la pena analizar este complejo detalladamente.

Primero.

La sátira, o mejor dicho, tratar un asunto de modo satírico, es un proceder extremadamente eficaz.

Segundo.

En cuanto a su dimensión moral, este proceder es básicamente indiferente. Su valoración depende del caso particular y de las circunstancias en las que un autor se sirve de procedimientos satíricos: si ataca injusticias, abusos o actos escandalosos, la sátira está ciertamente justificada. Pero no lo es, si un rival político o un individuo lleno de rencores envidiosos la aplica para ennegrecer acciones necesarias e incluso salutíferas al bien común de la república.

            Aplastar a los oponentes de tales injusticias de la forma más vehemente imaginable, o sea, aplicando estilemas satíricos, no es solamente permitido, sino incluso muy apreciable. Una inconsiderada condena en bloc de la sátira no es solamente inadecuada, sino sumamente perjudicial.

Tercero.

Para enunciar un veredicto satírico, un autor puede hablar abiertamente, sin rodeos o alusión alguna. Sin embargo, en situaciones peligrosas, puede también en vez de recurrir a la expresión literal, aplicar una figura alegórica, destinada a ser descifrada por el „discreto lector“. Esto, exactamente, Cervantes lo hace en el Quijote, en los episodios que atacan las manipulaciones financieras del joven Felipe III, que posibilitaban las fiestas de la corte pero arruinaban las fortunas privadas de los ciudadanos. En otras palabras, el título que aparentemente escandalizó a tantos cervantistas: Cervantes, ¿un gran satírico?, no tiene nada de difamación, sino que evoca a un héroe de armas y letras que combate las injusticias de los grandes y poderosos, descuidando los riesgos mortales que corre con sus sátiras más que justificadas.

K.R.

Nota

Con respecto al uso genial del sentido alegórico, compárese el libro excelente de Alicia Parodi, Las Ejemplares: una sola novela. La construcción alegórica de las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires 2002, 234 pp. y la introducción de Juan Diego Vila, en concreto las  observaciones a los cuatro sentidos de ciertos textos: Parodi – como buena filóloga – tiene presente que una narración, un cuadro o un conjunto arquitectónico reputado de alegórico bien puede suscitar un sentido literal y que uno y otro sentido – recordemos el sensus quadruplex de Rábano Mauro y el distico mnemotécnico de Agustín de Dacia:

Littera gesta docet, quid credas allegoría

Moralis quid agas, quo tendas anagogia

pueden convivir en perfecta harmonía (o.c., p. 20).