Date: Fri, 21 Oct 2005 16:47:01
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From: Edition Reichenberger
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Subject: Coloquio Cervantes
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Dear Robert,
Muy interesante, la controversia, whether the Quixote is a funny
book or not.
En esto, me parece de importancia constatar claramente las dimensiones
tan importantes de la discusión vigente. Aparentemente, se opina que
actitudes como burlesca y satírica se excluyen: aquella con efecto cómico
más o menos amable; ésta de tono serio y agresivo. Y que las dos son
incompatibles.
Con
respecto a tales sugerencias me parece de suma importancia aclarar
nuestro punto de vista.
Primero.
Estamos convencidos de que los dos aspectos categoriales lejos de ser
incompatibles, pueden ser mezclados e incluso, ser unidos en una sola
obra, un solo capítulo y, por ende, en una sola frase.
Segundo.
Hay que conceder que existen obras que excluyen el uno y el otro aspecto:
hay obras exclusivamente cómicas y, por otro lado, sermones incendiarios
de frailes fanatizados. Pero ya Horacio señala la posibilidad de una
combinación afortunada con su fórmula del Miscere utile dulci.
Útil es la crítica que condena injusticias y abusos irritantes, y dulce
es el tono burlesco que da a los hechos escandalosos una tinta cómica. En
resumidas cuentas: Sátira y elementos burlescos no son incompatibles,
sino que se pueden combinar en efectos similares. Según el grado de
mezcla resultan sátiras ofensivas y sátiras burlescas; burlas satíricas y
burlas más o menos inocentes.
Tercero.
En el Quijote, Cervantes presenta un panorama, a la vez satírico
como también burlesco de la vida privada, política y social de su tiempo.
Atacar a una nobleza arrogante, clérigos doctrinarios e incluso la
persona del rey era sumamente arriesgado. Por ello, Cervantes se sirve de
dos mañas geniales: respecto a sus invectivas al rey, no recurre al
sentido literal, sino emplea el alegórico, que en caso de apuro, puede
negar aceptando el papel de un necio inocente. Allí, y respecto a los
nobles y personajes del clero, Cervantes se empeña en tratar asuntos
serios y arriesgados entretejidos con elementos burlescos.
En otras palabras, en cada episodio del Quijote hallamos asuntos
satíricos, castigando irritantes abusos, mezclados con elementos
burlescos que provocan la risa. En tiempos pretridentinos, los cristianos
y, con preferencia, los clérigos del Vaticano, se burlaban de las hazañas
increíbles de los santos patronos. Tras la Reforma protestante tales
burlas no son admisibles.
Cervantes, nacido en 1547 o, según Brandariz en 1549, nació y fue criado
en tiempos pretridentinos. No quiere decir que solamente tiene opiniones
pretridentinas; también está abierto a arreglos tridentinos, sobre todo
en lo que toca a la obligación de residencia de los seglares así bien que
los sermones de frailes predicadores, y, por encima no le gustan algunas
novedades postridentinas. Todo esto en una mezcla cazurra y genial del
modo satírico con lo burlesco.
A.R.L.
K.R.