>Date: Wed, 01 Feb 2006 19:15:53 +0100 >From: "Jesús G. Maestro" <[log in to unmask]> >Subject: Don Quijote pertenece a la Academia, no a Babel > >Estimados y estimadas colegas: > >En su último mensaje enviado al foro, Carlos Gutiérrez ha situado el >debate en el ámbito de la metodología de la interpretación literaria >contemporánea. > >Sobre ese punto, y en relación con don Quijote ante los lectores del siglo >XXI, quiero hacer constar lo siguiente. > > >1. Mitos de la teoría literaria contemporánea. Las principales >deficiencias que pueden imputarse a la crítica y a la teoría literarias >contemporáneas afectan, entre otros aspectos, a tres falacias o mitos >apenas discutidos críticamente. Y por completo inaceptables. Se dice que >la teoría literaria contemporánea es ecléctica. Falso. Es desvertebrada, >porque las ideas que maneja con frecuencia están desarticuladas entre sí. >Se dice que es plural. Falso. Porque las ideas con que trabaja se >interpretan por relación a un referente o fundamento exclusivo, una mónada >única, fuera de la cual se sitúa a todo lo divergente, bajo el signo de la >heterodoxia, el error o incluso la blasfemia. Se dice que es crítica. >Falso. Es confusa, porque no define de modo lógico, racional ni >consecuente, sus propios principios y fines, de decir, su Núcleo, su >Cuerpo y su Curso metodológicos. > > La teoría literaria contemporánea es, en la mayor parte de las > ocasiones, una Desvertebración confusa y monista, es decir, irracional, > idealista y dogmática, de la interpretación de las obras literarias, > concretamente, de los materiales literarios (que comprende mucho más que > la obra literaria). > >2. Dialéctica. Se ha hablado en el foro de leer a Platón, a Wittgenstein, >a tal o cual autor. Eso no es lo más importante. Lo más importante es >saber desde qué criterios leemos, y con arreglo a qué coordenadas >interpretamos lo que leemos. Leer a Wittgenstein, por ejemplo, sí, pero no >para encontrarnos inermes con el teólogo, con el Tomás de Aquino, que >lleva dentro. La dialéctica siempre ha sido más nutritiva que la comunión. >(Y más digestiva). Porque pensar e interpretar es pensar e interpretar >contra Alguien desde la Razón (y no con Alguien contra la Razón). Por eso >la dialéctica no es objeto de comedia, sino de método de conocimiento, >porque limpia las ideas de la suciedad que vierte sobre ellas la cloaca de >las ideologías, donde habita el sofista, es decir, el que convence y >triunfa con argumentos falsos, los cuales, precisamente por ser (tan) >sofisticados pasan por verdaderos. Sofística es todo aquello que >contribuye a imposibilitar o confundir el conocimiento verdadero. Fe, >creencia, mito, magia, chamanismo, superstición, publicidad, ideologías >posmodernas que pasan por teorías literarias..., son pura sofística, y >como tal sofística sobreviven retóricamente, imponiéndose de forma >dogmática, adialógicamente, contra la razón científica y filosófica. > >3. Babel y la Academia. No se puede interpretar científicamente la >literatura sin definirse metodológicamente, es decir, sin definir >gnoseológicamente la teoría del conocimiento que justifica el método en >que se basa nuestra interpretación. ¿Desde cuándo la teoría literaria es >una rapsodia dodecafónica de autores, citas, lecturas, obras, nombres, >hortalizas y otros berenjenales que andan por ahí? Babel no es el cosmos, >es el caos. No es un lugar habitable para un racionalista. Es la antítesis >de la Academia, es el lugar en el que residen los que no saben geometría, >es decir, los que no saben cómo se razona. Babel es para un racionalista >lo más parecido a lo que el Infierno es para un creyente. Vayan a Babel >cuantos rehúsen de la razón como bien supremo, y allá disfruten del río >revuelto para dar ganancia a los pescadores de todos los mares. Al fin y >al cabo, el hombre y la mujer son los animales domésticos más fáciles de >cazar. No hable para la Academia quien resida en Babelia. > >4. Materialismo filosófico. Nadie debe hablar tampoco sin definir el >método desde el que habla. Yo hablo desde el materialismo filosófico como >Teoría de la Literatura, que se define así: El materialismo filosófico, >como método de interpretación literaria, es una Teoría de la Literatura >que se basa en los principios generales de una gnoseología materialista, >como teoría del conocimiento organizada desde la oposición materia / >forma, cuyo campo de investigación es el conjunto de saberes contenidos en >las obras literarias y con ellas relacionados, y cuyo objeto de >interpretación son los materiales de la literatura, más precisamente, los >materiales literarios. > >Adviértase que las ciencias no están delimitadas por su objeto de >investigación, sino por su campo de investigación. > >5. Ahora bien, desde el materialismo filosófico como Teoría de la >Literatura, ¿qué significa don Quijote para el lector del siglo XXI? Lo >siguiente. > >Ontológicamente, don Quijote es un material literario creado por Cervantes >en 1605-1615, en la novela que lleva su nombre. Los materiales literarios >de que está formado hacen de él un personaje literario, interpretable >desde los ejes sintáctico, semántico y pragmático del espacio semiológico. > >Hasta aquí, lo evidente. > >Una etapa de la interpretación trascendente comienza cuando se advierte >que don Quijote, como material literario, se convierte en una estructura >que desborda su génesis, es decir, se advierte cómo históricamente >desarrolla un cuerpo muy superior a su núcleo. Tal es su potencia como >personaje novelesco y como material literario. > >Así, nacido de los materiales literarios creados por Cervantes en >1605-1615, don Quijote se ha convertido en un material pictórico, >escultórico, folclórico, histórico y geográfico, etc., e incluso médico >(las autopsias psicoanalíticas que han hecho, o más bien tratado de hacer, >algunos médicos con don Quijote son memorables...) > >Hasta aquí, la física. > >Metafísicamente, las interpretaciones de don Quijote renacen en nuestros >días. Cuando esta estructura, don Quijote como material literario, que ha >desbordado a lo largo de 400 años su génesis cervantina, se interpreta >desligándose del núcleo, es decir, cuando se interpreta al margen de su >material literario genético, primigenio, entonces sucede que se >desvertebra de su cuerpo, sale de su cuerpo material y... (claro está) >sube a los cielos: se hace metafísica, se hipostasía, se >transubstancializa, y acaba por interpretarse desde un limbo. En lugar de >hacerse forma o materia, lo que ya es, se hace mito, tótem, fetiche. (Ahí >tenemos el disparate de un hígado que metaboliza proteínas al margen del >aparato digestivo, desposeído de toda realidad material). > >Don Quijote se convierte así en el dios de una teología literaria, o ni >siquiera literaria, que puede ser de signo marxista, católico, >protestante, posmoderno, feminista, culturalista..., porque cualquier >fundamento sirve con tal que sea Monista. El resultado es todo menos >interpretación literaria, científica, crítica o dialéctica, todo menos >racionalismo. Son los atributos negativos que definen a las Nuevas >Teologías de la posmodernidad, cuyos dioses no son cosmogónicos, sino >nihilistas. Porque lo que importa no es el Dios (el autor), ni la Religión >(la literatura), ni siquiera la Ley (la poética o preceptiva), sino el >Sacerdocio (el crítico de la literatura, en tanto que sofista de las ideas). > >Muy cordialmente, > ><http://mirabeleditorial.com/es_pac00.html>Jesús G. Maestro > ><http://mirabeleditorial.com/critica.html>Crítica heterodoxa de la >literatura académica