Date: Fri, 10 Feb 2006 17:42:12 +0100
From: Sebastian Neumeister <[log in to unmask]>
Subject: Don Quijote pertenece a Babel, no a la Academia (varios mensajes 
de Jesús G. Maestro)
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Cc: María Brotons <[log in to unmask]>

Querido Jesús, estimados colegas:

No quiero continuar indebidamente una discusión metodológica que me parece, 
a veces, más ideológica que racional. Merecería un libro,
muchos. Pero quisiera, sí, aclarar unos puntos de nuestro debate (es 
vanidad, lo sé, pero quizás sirve para algo). Me refiero en especial a tu 
mensaje del 30 enero, pero también a los dirigidos a la profesora Sánchez 
Morillas, a Alberto Marroquín Morales y otros).

1. Claro, no estoy hablando de materias irracionales, incomprensibles, si 
hablo de los enigmas, de los misterios de un texto, del Don Quijote, p. ej. 
Hablo como tú de la ambigüedad de los textos, no más. Y es por esto que no 
te entiendo cuando escribes:

Sí tenemos conocimientos suficientes para interpretar a Homer y Cervantes 
(...); lo que no tenemos, ni tendremos nunca, son conocimientos 
definitivos, cerrados, clausurados, porque no es posible clausurar la 
historia del saber humano.

Pues, ¿tenemos "conocimientos suficientes",es decir, definitivos, o no? Y 
si los tenemos (no hablo de hechos históricos verificables), ¿cómo se 
definen? Cómo puedes hablar de un "conocimiento verdadero"? A no ser que tu 
tengas un concepto de racionalidad muy restringido dirigido exclusivamente 
contra los irracionalismos chamanísticos.Y todos te aclamamos. No te 
preocupas suficientemente, en cambio, del escándalo de la ambigüedad. 
Porque la ambigüedad debe ser un escándalo para tí, "un lugar no habitable 
para un racionalista". ¿Cómo puedes soportar que hay visiones divergentes 
de un texto, versiones divergentes de su contenido? ¡Que no alegues aquí el 
progreso de los conocimientos, por favor! El progreso sería una respuesta 
sólo si las interpretaciones, las explicaciones acabarían en tu 
"conocimiento verdadero". Pero no es así, no hay "geometría" aquí. La 
ambigüedad sigue reinando, porque siempre habrá nuevos lectores, siempre se 
enriquece el texto por ellos (Hans-Georg Gadamer). "No es posible clausurar 
la historia del saber." Otra vez estoy de acuerdo contigo.

2. ¿Qué podemos deducir de esta situación? Tenemos que ser realistas: 
seguimos habitando Babel, el Babel de las lenguas y de las lenguas 
interpretativas divergentes, según puntos de vista diferentes (y en esto 
estoy de acuerdo con el profesor Carlos M. Gutiérrez): personas, 
nacionalidades, intereses, metodologías, ideologías. No estaré de acuerdo 
con todas, quizás con ninguna, pero me enseñan cosas, me abren los ojos 
para detalles que no ví desde mi punto de vista (particular, como todos).

3. "Babel no es un lugar habitable para un racionalista, es la antítesis de 
la Academia, es el lugar en el que residen los que no saben geometría, es 
decir, los que no saben cómo se razona." Pero no se trata de geometría, lo 
repito, se trata de textos. Y textos geométricos no hay. Si razonar 
significa esto para tí, eres "un idealista racionalista" para el que "todo 
lo que predica sólo puede tener lugar en la comodidad de un mundo ideal, 
metafísico, imaginativo." Son tus palabras para describir la filosofía de 
Jürgen Habermas (y otra vez estoy de acuerdo contigo). Pero tú, ¿no eres 
otro Habermas? La Academia que concibes es una utopía, es "teología 
fantástica", una quimera o una automentira: promete al final (¿a finales de 
cuantos siglos?) "conocimientos verdaderos", es decir soluciones 
suficientes en vez de las ambigüedades. Y esto no puede ser en el mundo 
real del pensamiento (digo: real, no ideal). Atención, por lo tanto, que tu 
modo de practicar la crítica literaria no desemboque en una "desvinculación 
de la realidad material" (cito de tu mensaje a la profesora Sánchez Morillas).

4. Hay algo más: me alegro que existen las ambigüedades, es decir, tantas 
lenguas diferentes (¡qué placer viajar en Europa pasando de una cultura a 
otra!). Lo que tu postulas, en cambio, parece ser un esperanto 
interpretativo artificial. Y en esto pareces otra vez a Habermas: pensando 
como él que sería posible un diálogo aclarador definitivo. Si lo piensas, 
vives, en tu Academia, "al margen del mundo real", como Habermas. Lo que 
encanta a mí, en cambio, es la traducción (y la crítica no es más que una 
traducción). Una traducción que se esfuerza de ser fiel y que sabe al mismo 
tiempo que no puede serlo nunca (¡"traduttore traditore"!). No puede 
desembocar en un "conocimiento verdadero'”, sino es un labor de Sísifo que 
nunca acaba. Pero, como dijo Albert Camus: "Il faut imaginer Sisyphe heureux."

Un abrazo.

Sebastian Neumeister
Freie Universität Berlín