COMUNICADO DE PRENSA 01

El comunicador y poeta asesinado, un crimen de Estado

  La emisora comunitaria del Libano, CAFÉ 93.5 F.M., informa a los

medios de comunicación y a la ciudadanía en general, que a las 2 de la

mañana de hoy viernes 10 de marzo, falleció en la clínica de Los Fundadores

de Bogotá, el hijo, hermano, compañero, amigo OSCAR LEONARDO SALAS

ÁNGEL, comunicador social y estudiante de lingüística de la Universidad

Distrital Francisco José de Caldas, de esta capital.



  OSCAR LEONARDO, de tan solo 20 años, había sido herido el miércoles

al mediodía en una refriega con el Escuadrón Móvil Antidisturbios,

ESMAD.



  Los estudiantes protestaban contra el Tratado de Libre Comercio, a la

vez que conmemoraban el Día de la Mujer.



  El lamentable fallecimiento de nuestro hermano y compañero, OSCAR

LEONARDO, es otro acto criminal que se comete contra un comunicador

social y un estudiante universitario. El crimen de OSCAR LEONARDO, se suma

al de los comunicadores sociales del Tolima, Pablo Emilio Parra, en

Planadas, Arquímedes Arias Henao, en Fresno y de su coterráneo, Carlos

Restrepo, en San Luis.



  OSCAR LEONARDO, hacía parte de un grupo de jóvenes libanenses que se

han propuesto complementar sus estudios secundarios construyendo la

radio comunitaria de nuestro municipio, antes de continuar sus estudios

universitarios. En esta labor OSCAR LEONARDO, descolló por sus dotes de

teatrero, mimo, zanquero, músico, poeta y loco. También, se destacó como

líder estudiantil siendo elegido a principios de 2004, representante al

Consejo Municipal de la Juventud del Líbano.



  En sus cuatro años de vinculación a la emisora comunitaria CAFÉ 93.5

F.M., en OSCAR LEONARDO sobresalieron todas sus dotes de comunicador

social estimuladas en las largas jornadas de capacitación que

  solidariamente orientó el equipo destinado por la emisora de la

universidad Nacional, UNradio 98.5 f.m., en el año 2002. Su inteligencia y

formación intelectual lo llevaron a dominar en poco tiempo todos los

aspectos

  relacionados con la producción radial.



  OSCAR LEONARDO, hijo de la pobreza y miseria del país, había nacido

en un humilde hogar de nuestro municipio. Por su carisma e inteligencia,

y gracias a libanenses de espíritu solidario que lo acogieron junto a

  otros compañeros, estaba estudiando en la Universidad Distrital.



  El municipio de Líbano envió a la capital a un joven cargado de

sueños para que se formara como el gran profesional que prometía ser. Y hoy,

dos años después, la ciudad de Bogotá nos entrega un cuerpo despojado

de sus sueños.



  Debido a que las exequias fúnebres de OSCAR LEONARDO se realizarán en

Bogotá, la emisora comunitaria CAFÉ 93.5 F.M., la Alcaldía del Líbano,

los estudiantes de su colegio, el ISIDRO PARRA, y toda la comunidad

libanense, efectuaremos un HOMENAJE PÓSTUMO en su memoria el día miércoles

  15 de marzo de 2006, desde las 10:00 de la mañana en la plaza

principal de esta ciudad.



  Por tal motivo, invitamos a sus compañeros de colegio y universidad

para que nos acompañen ese día en el Líbano, ya que la Alcaldía de

Bogotá junto a las autoridades universitarias de la Nacional y la Distrital,

  en un vergonzoso acto de desprecio por la solidaridad humana, optaron

por cerrar las respectivos claustros, en vano intento por impedir el

último adiós a OSCAR LEONARDO.



  Con permiso o sin él, incluso en vísperas de elecciones, consideradas

paradójicamente expresión máxima de democracia para cualquier nación,

los estudiantes universitarios colombianos completan tres días continuos

  de protestas callejeras. En el ojo del huracán quedan la fuerza bruta

del ESMAD y el gobierno de la “seguridad democrática”.



  Cabe aclarar, que no esperamos nada de la “investigación exhaustiva”

encomendada por la Alcaldía de Bogotá, a la Policía metropolitana, solo

deseamos que los jóvenes puedan protestar sin que para ello tengan que

perder sus vidas.



  Desde la madrugada del 10 de marzo los comunicadores alternativos y

comunitarios, al igual que los poetas, teatreros, soñadores y locos

cuentan con un ángel que alienta nuestro accionar desde la utopía misma. El

  sueño trunco del loquillo de mirar azul profundo y tierno que nos

arrancaron abrupta y prontamente.







  Miguel Marín

  Director



  EQUIPO EMISORA COMUNITARIA CAFÉ 93.5 F.M.





  Líbano, 10 de marzo de 2006





  Bogotá D.C. Marzo 10 de 2.006





  Para: La Emisora Comunitaría CAFÉ 93.5 FM  y las redes



  De: La Red Colombiana de Radio Comunitaría Recorra





  Con profundo dolor y sentimientos de pesar registramos la muerte del

comunicador radial comunitario de la emisora Café 93.5 FM, del Líbano,

fundador de la Red Pijao de Radios Comunitarias del Tolima – OSCAR

LEONARDO SALAS ANGEL, quién se caracterizó por ser un brillante e inquieto

radialista comunitario, en los diversos ámbitos que estuvo presente, se

había trasladado de su ciudad natal el Líbano, a la ciudad capital con

el fin de estudiar Lingüística en la Universidad Distrital, pero

continuaba ligado a su emisora.



  Los hechos ocurridos el 8 de marzo en la Universidad Nacional de

Colombia, son objeto de investigación, y atribuyen que su muerte fue

ocasionada por un proyectil extraño que penetró por uno de sus ojos y se

depositó en el cerebro, esto lo tuvo en estado de coma durante dos días.

Las protestas estudiantiles se realizaban con motivo del día

internacional de la mujer y contra el TLC recientemente firmado con los Estados

Unidos y el gobierno de Colombia, protesta que fue reprimida por el

escuadrón antidisturbios ESMAD de la policía Nacional de Colombia.



  Este es un atentado más contra la libertad de expresión y contra el

derecho legítimo a la protesta social, consagrados constitucionalmente,

por tal motivo rechazamos estas medidas como una forma de censura

oficial a las manifestaciones populares y nos solidarizamos con la familia

del compañero Oscar Leonardo y sus compañeros de la Emisora Café 93.5 FM

del Líbano.



  Esperamos que las investigaciones por este hecho, no pasen a engrosar

los crímenes impunes característicos de esta sociedad.



  Para la radio comunitaría debe ser motivo de reflexión este momento,

ya que seguimos aportando la cuota de sacrificio y evidencia los

riesgos de trabajar con la palabra, debido al largo conflicto social,

político, cultural y ambiental con expresión armada que caracteriza la

sociedad colombiana y evidencia la necesidad de establecer canales de

comunicación y diálogo con la insurgencia para lograr la tan anhelada paz.



  Las enseñanzas que nos dejó este joven comunicador, nos deben

impulsar para continuar por los caminos que más trasegó, hacer de la

comunicación un derecho y hacer de la producción radial un arte de gran calidad

especialmente para los sectores sociales populares.



  Esperamos de las radios comunitarias y las redes a que pertenecen

manifiesten su sentimiento de solidaridad con los compañeros de la red

Pijao y la emisora comunitaría del Líbano.







  Atentamente,









  JORGE ALBERTO LONDOÑO LUGO

  Presidente



  HERNÁN CASTELLANOS RAMIREZ

  Secretario





  CESÁREO GÁLVEZ PERDOMO

  Tesorero



  CARLOS ACERO RINCON

  Colectivo Voces Nuestras







  HERNANDO URRUTIA

  Emisora Vientos Stéreo









  Réquiem por el joven poeta comunicador, y militante del PDA.



  La esperanza de menos

  Los comunicadores comunitarios están de luto. También los

estudiantes. Y los poetas y teatreros y zanqueros. Las fuerzas antimotines del

Esmad se echan una nueva víctima sobre sus hombros, la cuarta en menos de

un año. Óscar Eduardo Salas sólo tenía 20 años, estudiaba lingüística

en la Universidad Distrital, y lo único que tenía eran sueños e

ilusiones. Los estudiantes protagonizaron una protesta contra el TLC y los

encendieron a plomo



  Por Pabloé.







  Sólo querían manifestar su descontento por la firma del Tratado de

Libre Comercio con Estados Unidos que amenaza con arrasar, entre otras,

con lo que queda de universidad pública (y privada) colombiana y el

saber ancestral de nuestras comunidades. Y la legítima protesta de un

puñado de estudiantes que se extendió por espacio de 35 minutos del pasado 8

de marzo, terminó cuando uno de ellos cayó herido de muerte. Apenas

tenía 20 años y prometía esta vida y la otra.



  Se trataba de Óscar Leonardo Salas Ángel, quien desde hacía dos años

había regresado a Bogotá, donde había vivido de niño, con el propósito

de cursar una carrera, haciendo un par de semestres en la Universidad

Nacional para trasladarse posteriormente a la Distrital. Una decisión un

tanto difícil dadas las precarias condiciones económicas de su familia,

pero no imposible para quien a pesar de su corta edad se había

granjeado un liderazgo indiscutible en Café 98.5 F.M., la emisora comunitaria

de Líbano, Tolima, su pueblo natal, donde consiguió las ayudas mínimas

necesarias para medio subsistir en la capital.



  A punta de gritos y boletines intentaban contrarrestar la

ensordecedora campaña publicitaria del gobierno de Uribe en pro del TLC, después

que cerraron negociaciones en Washington diez días antes, sin darle

oportunidad a la gente de participar. Buscando hacer sentir su voz,

pretendieron ganar la carrera 30 sobre la calle 45 del centro de Bogotá,

posiblemente con la intención de interrumpir el tráfico automotor y generar

arengas públicas, prohibidas por estos días a propósito de las justas

electorales que tendrían lugar cuatro días después. Caricatura de juego

democrático.



  Entonces fueron repelidos por la fuerza pública, como es costumbre.

Pero en medio del ya clásico intercambio de piedras entre los grupos

estudiantiles y las hordas antimotines que suelen reforzarse con bolillos

y balas lacrimógenas, cayó al suelo Oscar Leonardo dentro del campus

universitario, siendo rescatado por sus compañeros. Al parecer, una

especie de perdigón o balín interesó su ojo izquierdo de azul profundo,

depositándosele en el cerebro. No sin antes producir derramamiento de masa

encefálica de alguna consideración.



  Desconocemos si el joven Salas Ángel participaba de la protesta

estudiantil o si, por el contrario, recogía información para alguno de los

medios comunitarios y alternativos con los cuales colaboraba desde

Bogotá. Pero bajo ninguna circunstancia se puede aceptar un crimen como el

perpetrado contra su humanidad.



  El Escuadrón de la muerte

  Al parecer, un arma no convencional, presumiblemente accionada desde

el bando del Escuadrón Móvil Anti Disturbios, Esmad, fue la causante de

la muerte de Óscar Leonardo Salas, la segunda víctima fatal por parte

de dichas unidades en Bogotá en menos de un año (Nicolás Neira, de 15

años y estudiante de décimo grado, murió a manos ellos el 1º de mayo de

2005), la cuarta si incluimos al estudiante de biología de la

Universidad del Valle, Yonny Silva, muerto en Cali el 22 de septiembre del año

pasado, y a Marcos Soto, indígena chamí muerto el 10 de ese mes en el

sitio Remolino, municipio de La Virginia, Risaralda, en desarrollo de la

Minga Embera contra el TLC, precisamente.



  Coincidencia o no, en Bogotá, la maestra de Ciudad Bolívar y

trabajadora cultural, María Luisa Niño, fue privada de su libertad hace

exactamente un año, también en vísperas del Primero de Mayo, víctima  de un

burdo montaje urdido mientras participaba en un foro contra el Tratado de

Libre Comercio, TLC.



  Hace una década exactamente, mayo de 1996, otro visitante de Líbano,

norte del Tolima, distante a 180 kilómetros de Bogotá, fue abatido por

las fuerzas antimotines frente a Colsulsubsidio de la 26, a diez

cuadras del sitio donde cayó Salas Ángel. Fernando Lombana se ganaba la vida

arañando la tierra y arengaba una marcha campesina sobre la capital del

país cuando recibió un impacto de bala (no oficial) entre ceja y ceja,

literalmente hablando. Disparada desde la tanqueta número 45 de los

grupos antidisturbios de entonces. Y desde entonces, tampoco se conocen

los resultados de las “exhaustivas” investigaciones que suelen prometer

los funcionarios oficiales y militares.



  Cuando se produjo la muerte de Nicolás Neira, los integrantes del

Esmad sólo se identificaban mediante los R H de cada quien en sus cascos.

A raíz de las denuncias, dichos códigos sufrieron alguna

transformación. Ahora se repite una serie de números en cascos y caparazones

toráxicas, de riguroso color negro, según las normas impuestas desde el norte.

Lo que no significa que se identifiquen por sus nombres de pila,

huellas decadactilares o remoquetes siquiera. Sin rostro, porque llevan

pasamontañas. Es la forma de “proteger”a los emisarios del orden y la ley,

hasta de sus propios desmanes.



  La jornadas nacional del 23

  El crimen contra Óscar Leonardo fue rechazado por la

Multiestamentamentaria Universitaria, espacio de coordinación que viene liderando las

más recientes movilizaciones en defensa de la universidad pública en el

país.



  La Federación de Profesores Universitarios, así como el sindicato de

trabajadores, ratificaron la convocatoria a la Marcha Nacional

Universitaria que tendrá lugar entre los días 21 y 24 de marzo, la cual incluye

la realización de una caminata entre Cartagena y Barranquilla, contra

el cierre de la Universidad del Atlántico. Para jueves 23 también ha

sido convocada la jornada de protesta contra el TLC y contra la guerra en

Irak.



  Por su parte, la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios,

ACEU, se reafirmó en su campaña antimilitarista por el desmonte del

Esmad, a la vez que exigió el esclarecimiento de los hechos que rodearon

la muerte de Óscar Leonardo.



  Rompiendo las prohibiciones impuestas en vísperas electorales, los

días 9 y 10 fueron de multitudinarias manifestaciones callejeras en

Bogotá. En las noches, portaban velas, clamaban justicia y le cantaban a la

vida y al amor, agasajando al poeta que se les iba. Oscar Leonardo dejó

de respirar durante la madrugada del viernes 10, después de 36 horas de

agonía. Por decisión de su familia, fueron donados todos sus órganos,

incluidos sus ojos.



  Los estudiantes taponaron el centro, bloquearon las troncales de

transmilenio, pintaron la alcaldía, rompieron listados de votación en la

Plaza de Bolívar, y entonces, solo entonces, las fuerzas militares se

mostraron permisibles y hasta cómplices. El silencio y la pasividad del

culpable, no sabemos si por órdenes de Uribe o Garzón, el mandatario de

los bogotanos.



  Lamentablemente, las autoridades distritales continúan

caracterizándose por la indolencia frente sus conciudadanos en circunstancias como

estas. No muestran interés por diferenciarse frente a los desmanes de la

fuerza pública, como estarían llamados a hacerlo en su condición de

gobierno alternativo.



  Y eso que Óscar Leonardo, quien en algún momento integró las filas de

las Juventudes Comunistas, era un convencido militante del Polo

Democrático Alternativo, PDA. Luchista, para mayores señas, y tristezas. A los

altísimos funcionarios de la administración sus familiares, amigos,

compañeros y camaradas no les vieron el rostro para nada. Ni al secretario

de seguridad, Andrés Restrepo, tampoco al secretario general de la

alcaldía, Enrique Borda, a quienes más directamente correspondería. A lo

sumo, respondieron una que otra pregunta, eso sí, a través de los

“grandes” medios.











  Recordando a Nicolás Neira

  OJO:  RECUADRO



  Si ésta vez el nombre de Óscar Leonardo gana el rango de mártir

juvenil justo durante las celebraciones del Día Internacional de la Mujer,

el anterior Primero de Mayo, Día Internacional de la Clase Obrera, le

correspondió el turno a Nicolás Neira, de 15 escasos años. Las paradojas

tristes de nuestras celebraciones.



  Entonces los del Esmad se abstuvieron de utilizar armas de fuego

(convencionales o no convencionales) para cegar la vida de Nicolás:

falleció producto de la golpiza que le propinaron tres cuadras antes de la

Plaza de Bolívar, de Bogotá, en plena carrera séptima.



  Desde entonces la vida para los padres de Nicolás, hijo único para

peor desgracia, se convirtió en un verdadero calvario. Yuri Neira, el

papá, denuncia haber sido objeto de tres atentados contra su vida, además

de un intento de secuestro, en vano empeño por impedir que siguiera

adelante en su proceso contra el Esmad y el Estado.



  El asedio y hostigamiento por parte de los sabuesos del Estado ha

sido permanente desde el mismo momento en que Nicolás era trasladado aún

con vida a un centro asistencial, al punto que Yuri Neira debió recurrir

a los medios para denunciar semejante estado de cosas, en un derroche

de valentía, dolor e impotencia inigualables.



  No obstante, las presiones incluso cobraron forma económica: un mes

después del crimen contra su hijo, le robaron un taxi con el que se

ayudaba para los gastos de la casa; dos meses después su madre y su esposa

fueron asaltadas entrando a un supermercado por varios sujetos de civil

a quienes les importó un pepino el efectivo de las cajas: iban tras los

dos milloncitos de pesos con los cuales las señoras saldarían cuentas;

y, de repeso, Yuri, el padre adolorido fue despedido de Cars, una

compañía de seguros que consideró incómodas sus gestiones clamando justicia.

En memoria de Nicolás.







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