Date: Tue, 18 Apr 2006 15:37:40
+0200
From: "Jesús G. Maestro"
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Subject: RE: De Juergen Hahn: Coloquio Cervantes
To: "'A. Robert Lauer'" <[log in to unmask]>
Cc: [log in to unmask]
Estimado Juergen, pues, francamente,
¿qué me parece?, una inconsistencia.
Y te digo por qué.
La crítica literaria que se ejerce al margen de una teoría de la
literatura, es decir, al margen de una conceptualización de lo que
la literatura es, no es crítica, porque no critica nada. En el
mejor de los casos será una suerte de retórica de la interpretación
literaria, y en alguna de sus variantes una especie de ideología de la
interpretación literaria, pero en todos y cada uno de esos casos será la
verbalización de un saber a-crítico. Es muy útil para entretener a
la gente, pero no tiene ningún valor científico. Es doxografía.
He dicho ya en un mensaje anterior que si la filología se ha devaluado
como método de interpretación literaria se ha debido sobre todo a que
muchos filólogos la han convertido en una especie de escolástica de la
literatura, eximiéndola de cualquier implicación en el presente de la
interpretación literaria. No vivimos en la Italia del siglo XV.
Al margen de la filología, nos queda la crítica impresionista, sobre si
tal o cual fulano literario o fulana literaria me gusta o me disgusta,
como si el conocimiento de la literatura fuera cuestión de gusto, de
disgusto o de opinión (como la honra), como lo puede ser el comerse un
queso o un erizo de mar. A unos les gustará Dulcinea, o Maritornes, y a
otros el galgo corredor, o un rufián cretino como el Romo, de nombre
Nicolás, y jifero, nada agudo por cierto (aunque él no lo sepa), que
aparece en El coloquio de los perros, por poner un ejemplo
extraquijotesco.
Y también nos queda, al margen de la filología, la ideologización de la
literatura. El ideólogo, que se llama a sí mismo crítico, pese a ejercer
un saber a-crítico e ideológico, que convierte todo cuanto toca en un
recurso desde el que justifica su ideología y la del gremio autista del
que forma parte. Pocos gremios resisten el autismo, y entre los
ideológicos, efectivamente, ninguno.
El crítico literario puede ser un detective, sí: y un botánico, y un
jardinero, y un médico, y un enfermo mental, y un jugador de tenis o de
naipes, y un cura, y un trujamán también. Pero como no tenga inteligencia
para pensar y voluntad para trabajar no hará crítica de nada, y entonces
ya podrá ser muy hábil como bufón o como ideólogo, porque a la gente no
se la entretiene fácilmente de cualquier manera al margen del chiste o de
las creencias morales, ideológicas o religiosas. El crítico literario
tiene que ser ante todo crítico, es decir, disponer de inteligencia y
hacer uso de ella desde criterios racionales, científicos y dialécticos.
La crítica literaria no es cosa de espías, ni de policías, ni de adivinos
o chamanes (esto ya lo explicamos); y no lo es tampoco de retóricos, ni
de curas, ni de ideólogos. Es cosa de críticos, y quien no tenga valor
para ejercer la crítica, contra todo dogma y frente a toda ideología, que
se arrope en el dogma y se deje fecundar por la ideología (que ella sabrá
hacerlo por la parte que mejor le convenga) y por supuesto que deje la
crítica en manos de los valientes. ¿Alguien dijo una vez que la ley era
refugio de cobardes? La literatura no es un altar para alabar a los
dioses, ni la pira en la que han de arder las injusticias de la historia
con frecuencia más justificadas en las ordenanzas de los estados de lo
que lo están en los programas académicos los discursos ideológicos que
protestan contra ellas con quinientos doce años de retraso . Hoy se
interpreta la historia entre la memoria y el olvido (aunque a éste último
siempre lo olvidan incluso los más memoriosos).
El conocimiento literario no puede estar limitado por creencias
irracionales, ideológicas o personales, entre las cuales se incluyen
contemporáneamente las religiosas y las políticamente correctas.
Si Galileo hubiera sido políticamente correcto, y no crítico y por tanto
científicamente correcto, que es lo que hay que ser, la Tierra
todavía estaría a estas horas inmóvil en el centro del Universo, y el Sol
seguiría, tal vez a toda pastilla, girando a nuestro alrededor aún en
estos momentos. Y no me cabe duda de que para muchos así es todavía, como
lo fue en 1633 para el políticamente correcto cardenal Bellarmino. Es
bonito vivir en un mundo en el cual la gente cree todavía, con tanta
simpatía, en las apariencias. Bonito para los ingenuos. En Filosofía, a
las apariencias se las llama fenómenos, y se las identifica sólo para
evitarlas, no para residir en ellas. A quienes residían en ellas Platón
los llamó cavernícolas. Los hablantes del español peninsular, más
terrestres que Platón pero algo menos telúricos, dicen que es como vivir
en Babia, cuyo lexema es el mismo que el de
Babel[1].
Por algo será.
Muy cordialmente,
Jesús G. Maestro
La
Academia contra Babel.
Postulados
fundamentales del Materialismo Filosófico como Teoría Literaria
Contemporánea
De: Coloquio Cervantes
[mailto:[log in to unmask]]
En nombre de A. Robert Lauer
Enviado el: martes, 18 de abril de 2006 0:18
Para: [log in to unmask]
Asunto: Fwd: De Juergen Hahn: Coloquio Cervantes
Date: Mon, 17 Apr 2006
13:44:49 -0700 (PDT)
From: Juergen Hahn <[log in to unmask]>
Subject: Re: Fwd: De Jesús G. Maestro: No todo es ideología: Coloquio
Cervantes
Colegas, en este particular debate me inclino definitivamente hacia la
posicion tomada por Alicia.
Alicia, tu vision del critico literario como detective siguiendo una
traza con paciencia, me parece una perfecta representacion del filologo
de indole clasica, llevada al lenguaje del siglo XXI, y ojala mas
duradera que la del teorico tendencioso.
La figura mas representativa en el campo del cervantismo que se me ocurre
aqui es la del recien fallecido Geoffrey Stagg, y por dos razones:
Primero, por haber sido detective en realidad, como parte del equipo de
Servicio Secreto britanico durante la segunda guerra mundial. Y segundo,
porque cada una de sus articulos es una impresionante inteleccion de
asombrosa exactitud sobre un tema particular pasado por alto por otros.
Francamente, su intuicion de los capitulos de DQ rearreglados por
Cervantes en el proceso de su creacion, es la mas impactante, a mi modo
de ver, del siglo XX. Y todo eso sin recurso a teorias, y solo a base de
observacion empirica paciente! Que les parece?
Juergen
[1]
En inglés, si no me equivoco, suele usarle la expresión to have your head in the clouds , que no es, ni de lejos ni de cerca, lo mismo que la Babia que se ve desde la lengua española.