Date: Wed, 19 Apr 2006 08:13:34
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Subject: Entrevista: Sergio Pitol, Premio Cervantes 2005
Querido amigo Roberto,
Te pido enviarlo al Coloquio Cervantes, mil gracias y recibe un muy
fuerte abrazo, Chris.
ENTREVISTA: Sergio Pitol Premio Cervantes 2005
"El 'Quijote' es un verdadero festejo de inteligencia y
audacia"
La brillantez y la originalidad de sus textos le llevarán el próximo
viernes a la Universidad de Alcalá de Henarés para recoger el Premio
Cervantes. Sergio Pitol afirma que lo hará emocionado y con un profundo
respeto poruqe nunca soñó que su imaginación fuese tan valorada y que sus
obras fuesen reconocidas entre las más originales de las escritas en
lengua española. El escritor mexicano reconoce que para escribir hay que
sentir e intuir el alma de la lengua.
AURORA INTXAUSTI - Madrid
EL PAÍS - Cultura - 19-04-2006
Sergio Pitol, el lunes en Madrid. (LUIS MAGÁN)
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"Creo que la literatura, la lectura, fue lo que me salvó de la
pérdida de mi familia y de mi larga enfermedad"
"Los intelectuales españoles del exilio me transmitieron sus ideales
de vida y de libertad"Está nervioso por recibir el viernes el Premio
Cervantes, galardón que nunca hubiese imaginado que pudiera llegar a sus
manos, y emocionado porque el pasado viernes, recién llegado a España,
conectó un televisor y vio un documental sobre la II República Española
que le hizo recordar a los hombres y mujeres que vivieron el exilio en
México y le enseñaron "a amar la literatura". "Lloré
cuando aparecieron en mi memoria recuerdos entrañables y al contemplar
cómo hace 75 años en este país se vivió una libertad que se perdió con la
Guerra Civil y la dictadura, y luego se tardó años en conquistar de
nuevo". Sergio Pitol (Puebla, México, 1933) busca en su memoria las
palabras exactas que quiere transmitir en su afán de que las frases que
pronuncia tengan la estructura y el sentido de lo que llega a su mente.
Este inagotable escritor, traductor, investigador de la lengua, que vivió
en ciudades como Belgrado, Varsovia, Roma, Pekín, París, Budapest, Moscú
y Barcelona (entre 1969 y 1972), se convertirá en el tercer mexicano en
recibir el Cervantes, tras los galardones concedidos a Octavio Paz (1981)
y a Carlos Fuentes (1987).
Pregunta. ¿A quién va dirigido el discurso que tiene previsto
pronunciar?
Respuesta. Me ha costado elaborarlo más de lo que en un principio podía
imaginar. He escrito mi discurso en honor y por respeto a mis maestros
del exilio español. Yo y toda mi generación les debemos muchísimo a todos
ellos; es más, soy escritor por las lecciones que me dieron. También
habrá referencias a autores mexicanos como Alfonso Reyes, entre
otros.
P. ¿Quiénes fueron esos maestros?
R. Aquellos que supieron transmitirme sus ideales de vida y de libertad,
como María Zambrano, José Bergamín, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda,
Max Aub, León Felipe. Fueron maestros de lujo. Ellos me dieron
dimensiones universales, me dieron la lección primera de amor a la España
a la que ellos pertenecían. Los escritores mexicanos nos acercamos mucho
a los españoles porque a través de sus tertulias nos metían en un mundo
increíble para nosotros que estábamos empezando a embarcarnos en la
literatura.
P. ¿Qué sentido tiene hoy para usted la palabra?
R. El lenguaje es el principio de toda forma literaria. El lenguaje es
una materia sobre la que modelamos, pero para que un poema o un capítulo
en prosa llegue a ser literatura hay que sentir, intuir el alma de la
lengua, y ese impulso es lo que impide que la palabra se torne mecánica y
se vuelva gris.
P. Ha realizado traducciones de grandes escritores. ¿Qué tiene el español
para resultarle tan atractivo?
R. Es una de las lenguas más formidables que existen desde las primeras
palabras que se conocen. Se puede decir que casi desde su nacimiento
tiene una personalidad, un ritmo, una penetración en el conjunto que
resulta impresionante. El medievo en España es ya magistral -Cantar del
Mío Cid; Coplas a la muerte de mi padre, de Jorge Manrique; La
Celestina-. Esas obras son ya joyas que no se habían dado en otras
lenguas. Y años más tarde llega Cervantes con su Quijote, y eso es ya un
verdadero festejo de inteligencia y de audacia y de una presencia
humanística sin parangón. Es imposible que en la literatura se dé un caso
igual. El Quijote es todavía hoy, como construcción, una obra
contemporánea. Cervantes se sirve de las novelas de caballería, pastoril
y picaresca, utiliza todos esos géneros para cohesionarlos y darles un
dinamismo que nunca había tenido la novela en ningún país. Esos tres
géneros están en el sustrato de la lengua y de la trama, pero también ha
creado otras formas diferentes porque es una novela en la que los
personajes principales son casi locos. El Quijote, de repente, discurre
por temas literarios, académicos, filosóficos y morales, y la estructura
de la novela es un monumento a la innovación, a la imaginación, porque
dentro de ésta hay 10 o 12 pequeñas novelas que, en algunos casos, no
tienen ningún punto de encuentro o cercanía con la trama principal.
P. Vivió una niñez triste, la pérdida de sus padres y la enfermedad que
le tuvo postrado durante cinco años en la cama. ¿Su refugió fueron los
libros?
R. Con el paso del tiempo pienso y creo que la literatura, la lectura fue
lo que me salvó. Conocer entre mis libros mundos diferentes, llenos de
aventuras, sobre todo, me hacía tener la concepción de que lo que
narraban los libros era el mundo real y que cuando yo estuviera sano iba
a tener la posibilidad de conocer esas vidas y participar con los
personajes en las historias que veía escritas.
P. Parece que parte de esas aventuras sí las llegó a conocer, si se tiene
en cuenta que 28 años de su vida los pasó viajando.
R. Todo lo que he vivido en los distintos países por los que he ido
recalando ha resultado emocionante, y de todos los lugares por los que
pasé, desde China a Moscú, saqué experiencias apasionantes. En junio
vuelvo a China, donde se acaban de publicar dos de mis libros, El arte de
la fuga y Vals de Mefisto. No sé qué tal resultará la aventura, porque
los libros que escribo son diferentes y un poco difíciles, y muy
distintos a lo que estaban acostumbrados a leer los chinos. Tengo
curiosidad por ver qué pasa. Hace una semana vi una noticia en la que se
veía en Shanghai una cola impresionante de jóvenes que estaban a las
puertas de una librería esperando a que subiesen la persiana porque ese
día salía a la venta Lolita, de Vladímir Nabokov. En la China que yo
visité eso era impensable.
P. Ha escrito en prácticamente todos los géneros literarios y ahora está
embarcado en la aventura de una nueva novela.
R. Me gusta cambiar para no aburrirme. Estoy en el proceso de tomar notas
para escribir una historia que se desarrolla en México, en la segunda
mitad del siglo XIX. Tengo muchas notas que voy tomando a mano y creo que
puede resultar bastante graciosa, pero todavía no la tengo montada.
Cuando yo escribo, no sé por qué, tiendo a hacer trilogías. Y ahí está lo
que los editores llaman Tríptico de Carnaval, formado por las novelas El
desfile del amor, Domar a la divina garza y La vida conyugal, cuando
deseo seguir en esa misma línea siento que me estoy autocopiando, que el
ritmo, la palabra acuden a mí de forma mecánica; entonces tengo que pasar
a otro género. En mis ratos de ocio durante este año he ido imaginando el
discurso que tengo que pronunciar el viernes y he tenido que repasar
todas las épocas de mi vida.
P. ¿Qué momentos han acudido con mayor intensidad a su memoria?
R. Sobre todo los vividos durante la niñez. He recordado los libros que
leí en esa etapa de mi existencia y siento que la literatura ha dado
unidad a todos mis trabajos y a las circunstancias de mi vida. He
recibido muchos premios a lo largo de mi carrera, los mayores de México,
pero para mí el Cervantes es algo inmenso, es como el Nobel.
P. ¿Por qué sintió la necesidad de traducir algunas de las obras que iba
leyendo?
R. Cuando tienes la posibilidad de leer un libro muy bueno, fascinante,
extraordinario, y descubres cómo está hecho, tienes la necesidad de
transmitirlo a la lengua que es tuya. Cuando decido traducir obras de
James o Conrad ves cómo ellos construyeron la casa y al traducirla
contemplas las distintas piezas de albañilería que cada uno
utilizó.
P. Con el dinero de uno de los últimos premios que logró se instaló una
pantalla de cine en su casa por la gran afición que siente por el séptimo
arte. ¿Ha pensado qué va a hacer con los 90.180 euros del
Cervantes?
R. Algo ya se me ha ocurrido. Pertenezco a una asociación de protección
de la naturaleza en Xalapa (México), el pueblo en que vivo desde 1993, y
una cantidad la destinaré para ellos. El resto, todavía no lo sé.