Date: Thu, 20 Apr 2006 17:42:30 +0200
From: "Jesús G. Maestro" <[log in to unmask]>
Subject: RE: De Alicia Parodi:  Coloquio Cervantes
To: "'A. Robert Lauer'" <[log in to unmask]>
Cc: [log in to unmask]

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Gracias

Estimada Alicia:

¿Qué cosa es un crítico? Pues muy fácil: el que hace crítica.

Ahora bien, ¿qué es la crítica literaria, sobre el Quijote o sobre cualquier obra literaria?

Esta es mi respuesta.

La crítica literaria es el ejercicio, la puesta en práctica, de la Teoría de la Literatura. No hay crítica literaria sin teoría o sin literatura, es decir, al margen de un objeto de conocimiento y de un método de interpretación. No resultará ocioso recordar que la palabra crítica aparece en español con un sentido moderno en El criticón de Gracián y en el Teatro crítico universal de Feijoo. Del griego crinein, el materialismo filosófico concibe la crítica literaria como una criba, clasificación, ordenación, valoración o análisis sobre el que construir una interpretación científica y dialéctica de los materiales literarios.

La crítica literaria, al menos la que sigue los postulados del materialismo filosófico, es decir, la que se basa en la realidad de la literatura y de los materiales literarios, ha de ser científica y dialéctica, y no doxográfica, ni ideológica, ni moral. Doxografía, ideología y moral son formas acríticas de conducir y expresar el saber literario, frente a la ciencia y la dialéctica, que son formas esencialmente críticas de expresión, interacción e interpretación de saberes y conocimientos.

Es acrítico todo intento de definir la literatura o sus materiales mediante algún predicado permanente y global, tales como identidad, tolerancia, memoria, cultura, solidaridad, género, negritud, o cualesquiera dioses o ismos (homosexualidad, mestizaje, feminismo, multiculturalismo...), entre tantos ejemplos de palabras mágicas, irreflexivamente bien vistas, y políticamente correctas, porque estos predicados son siempre abstractos, y presuponen ya la ideología o las creencias que se pretende derivar de ellos.

El caso de la palabra género, tan frecuente en los títulos de casi todos los libros que hoy se publican, so capa de teoría literaria, sobre cualquier cosa, es singularmente simpático. Penetra en español por influencia del inglés, donde casi siempre funciona como un eufemismo puritano para evitar la palabra sexo, que quizá puede inquietar a gentes poco avezadas. De ahí que se use en español para hablar de violencia de género , cuando en realidad esta expresión designa un hecho que sólo puede llamarse realmente violencia contra la mujer . En principio, género es una categoría que la filosofía usa para designar un conjunto de elementos que comparten características comunes. Lingüísticamente hablando, el género es, en principio, un categoría gramatical. A nadie se le ocurre hablar, por ejemplo, de la violencia del número , que es también otra categoría gramatical, etc. Del mismo modo que nadie habla habitualmente de la violencia de los fonemas o de los monemas. Un caso más simpático aún, relacionado con el género, es el de la arroba, que se usa con frecuencia para decir Estimad@s amig@s , por ejemplo. Hágase lo que se quiera, está claro que el morfema o designa el género masculino singular, y el morfema a el femenino singular. Si @ fuera otro morfema, o como tal funcionara, sólo se me ocurre suponer que designaría lo hermafrodita singular (sin duda referente extraordinario y único, al que, modestamente, yo no conozco).

Los materiales literarios no son una esencia rígida y lineal, definitivamente dada, sino un contenido que está haciéndose y reelaborándose circularmente, esto es, dialécticamente, en cada experiencia que nos relaciona con ellos, a partir de un núcleo (la obra literaria), a través de un cuerpo (todos materiales literarios que, como tejidos, forman parte del cuerpo de la literatura sistemáticamente organizado: lenguaje, cultura, sociedad, autores, editores, lectores, intérpretes críticos...), y a lo largo de un curso (la historia de los materiales literarios, su creación, difusión, evolución e interpretación) que transmite y transforma incesantemente la forma, el sentido y los materiales de la literatura.

La Teoría de la Literatura, constituida por las diferentes ciencias categoriales que se ocupan de los materiales literarios, proporciona conceptos objetivos. La Crítica de la Literatura interpreta ideas que resultan del contraste dialéctico de tales conceptos. La crítica literaria no es una ciencia, y no necesita serlo para ejercer sus funciones críticas. Como la Filosofía, la Crítica de la literatura es un saber de segundo grado, ya que no tiene un contenido susceptible de ser explotado o descubierto en sí mismo y por sí mismo, al margen de los conceptos que le proporcionan las teorías de la literatura, como ciencias de la literatura.

A una sistematización racional de estas ideas dediqué mi opúsculo sobre los postulados fundamentales del materialismo filosófico como teoría literaria contemporánea. La Crítica es uno de los cinco postulados, junto con el Racionalismo, la Ciencia, la Dialéctia y la Symploké.

Esto es lo que pienso.

Y no me importa lo que esto parezca , porque los pensamientos racionales no son objeto de apariencia , ni de impresiones personales o sociales, sino de discusión racional. Y la razón, después de la salud (y de las realidades materiales que la acompañan), es lo que más me importa. Por eso no quiero perderla, y por eso mismo me gusta compartirla.

Muy cordialmente,

Jesús G. Maestro

La Academia contra Babel.

Postulados fundamentales del Materialismo Filosófico como Teoría Literaria Contemporánea
 

De: Coloquio Cervantes [mailto:[log in to unmask]] En nombre de A. Robert Lauer
Enviado el: miércoles, 19 de abril de 2006 22:31
Para: [log in to unmask]
Asunto: Fwd: De Alicia Parodi: Coloquio Cervantes

 



Date: Wed, 19 Apr 2006 10:53:50 -0300
From: Alicia Parodi <[log in to unmask]>
Subject: Re: De Jesús G. Maestro a Juergen Hahn:  Coloquio Cervantes
To: "A. Robert Lauer" <[log in to unmask]>

¡Jesús! ¡Qué furor teórico! Lo que no acabo de entender es qué cosa es un "crítico". Por ejemplo qué haría un "crítico" con un texto,- pongamos algo corto, conocido por todos-, como el romance que por mayo era por mayo.

O si quieres, un texto cervantino, para no salirnos del Coloquio: Dadme, Señora, un término que siga, en II, 12 del Quijote. O cualquier otro texto. Aunque la contextualización siempre lo vuelve más complejo que el romance.

 

 

---- Original Message -----

From: A. Robert Lauer

To: [log in to unmask]

Sent: Tuesday, April 18, 2006 4:18 PM

Subject: Fwd: De Jesús G. Maestro a Juergen Hahn: Coloquio Cervantes




Date: Tue, 18 Apr 2006 15:37:40 +0200

From: "Jesús G. Maestro" <[log in to unmask]>

Subject: RE: De Juergen Hahn: Coloquio Cervantes

To: "'A. Robert Lauer'" <[log in to unmask]>

Cc: [log in to unmask]

Estimado Juergen, pues, francamente, ¿qué me parece?, una inconsistencia.

Y te digo por qué.

La crítica literaria que se ejerce al margen de una teoría de la literatura, es decir, al margen de una conceptualización de lo que la literatura es, no es crítica, porque no critica nada. En el mejor de los casos será una suerte de retórica de la interpretación literaria, y en alguna de sus variantes una especie de ideología de la interpretación literaria, pero en todos y cada uno de esos casos será la verbalización de un saber a-crítico. Es muy útil para entretener a la gente, pero no tiene ningún valor científico. Es doxografía.

He dicho ya en un mensaje anterior que si la filología se ha devaluado como método de interpretación literaria se ha debido sobre todo a que muchos filólogos la han convertido en una especie de escolástica de la literatura, eximiéndola de cualquier implicación en el presente de la interpretación literaria. No vivimos en la Italia del siglo XV.

Al margen de la filología, nos queda la crítica impresionista, sobre si tal o cual fulano literario o fulana literaria me gusta o me disgusta, como si el conocimiento de la literatura fuera cuestión de gusto, de disgusto o de opinión (como la honra), como lo puede ser el comerse un queso o un erizo de mar. A unos les gustará Dulcinea, o Maritornes, y a otros el galgo corredor, o un rufián cretino como el Romo, de nombre Nicolás, y jifero, nada agudo por cierto (aunque él no lo sepa), que aparece en El coloquio de los perros, por poner un ejemplo extraquijotesco.

Y también nos queda, al margen de la filología, la ideologización de la literatura. El ideólogo, que se llama a sí mismo crítico, pese a ejercer un saber a-crítico e ideológico, que convierte todo cuanto toca en un recurso desde el que justifica su ideología y la del gremio autista del que forma parte. Pocos gremios resisten el autismo, y entre los ideológicos, efectivamente, ninguno.

El crítico literario puede ser un detective, sí: y un botánico, y un jardinero, y un médico, y un enfermo mental, y un jugador de tenis o de naipes, y un cura, y un trujamán también. Pero como no tenga inteligencia para pensar y voluntad para trabajar no hará crítica de nada, y entonces ya podrá ser muy hábil como bufón o como ideólogo, porque a la gente no se la entretiene fácilmente de cualquier manera al margen del chiste o de las creencias morales, ideológicas o religiosas. El crítico literario tiene que ser ante todo crítico, es decir, disponer de inteligencia y hacer uso de ella desde criterios racionales, científicos y dialécticos. La crítica literaria no es cosa de espías, ni de policías, ni de adivinos o chamanes (esto ya lo explicamos); y no lo es tampoco de retóricos, ni de curas, ni de ideólogos. Es cosa de críticos, y quien no tenga valor para ejercer la crítica, contra todo dogma y frente a toda ideología, que se arrope en el dogma y se deje fecundar por la ideología (que ella sabrá hacerlo por la parte que mejor le convenga) y por supuesto que deje la crítica en manos de los valientes. ¿Alguien dijo una vez que la ley era refugio de cobardes? La literatura no es un altar para alabar a los dioses, ni la pira en la que han de arder las injusticias de la historia con frecuencia más justificadas en las ordenanzas de los estados de lo que lo están en los programas académicos los discursos ideológicos que protestan contra ellas con quinientos doce años de retraso . Hoy se interpreta la historia entre la memoria y el olvido (aunque a éste último siempre lo olvidan incluso los más memoriosos).

El conocimiento literario no puede estar limitado por creencias irracionales, ideológicas o personales, entre las cuales se incluyen contemporáneamente las religiosas y las políticamente correctas.

Si Galileo hubiera sido políticamente correcto, y no crítico y por tanto científicamente correcto, que es lo que hay que ser, la Tierra todavía estaría a estas horas inmóvil en el centro del Universo, y el Sol seguiría, tal vez a toda pastilla, girando a nuestro alrededor aún en estos momentos. Y no me cabe duda de que para muchos así es todavía, como lo fue en 1633 para el políticamente correcto cardenal Bellarmino. Es bonito vivir en un mundo en el cual la gente cree todavía, con tanta simpatía, en las apariencias. Bonito para los ingenuos. En Filosofía, a las apariencias se las llama fenómenos, y se las identifica sólo para evitarlas, no para residir en ellas. A quienes residían en ellas Platón los llamó cavernícolas. Los hablantes del español peninsular, más terrestres que Platón pero algo menos telúricos, dicen que es como vivir en Babia, cuyo lexema es el mismo que el de Babel[1]. Por algo será.

Muy cordialmente,

Jesús G. Maestro

La Academia contra Babel.

Postulados fundamentales del Materialismo Filosófico como Teoría Literaria Contemporánea

 

De: Coloquio Cervantes [mailto:[log in to unmask]] En nombre de A. Robert Lauer

Enviado el: martes, 18 de abril de 2006 0:18

Para: [log in to unmask]

Asunto: Fwd: De Juergen Hahn: Coloquio Cervantes

Date: Mon, 17 Apr 2006 13:44:49 -0700 (PDT)

From: Juergen Hahn <[log in to unmask]>

Subject: Re: Fwd: De Jesús G. Maestro: No todo es ideología: Coloquio Cervantes

Colegas, en este particular debate me inclino definitivamente hacia la posicion tomada por Alicia.

Alicia, tu vision del critico literario como detective siguiendo una traza con paciencia, me parece una perfecta representacion del filologo de indole clasica, llevada al lenguaje del siglo XXI, y ojala mas duradera que la del teorico  tendencioso.

La figura mas representativa en el campo del cervantismo que se me ocurre aqui es la del recien fallecido Geoffrey Stagg, y por dos razones: Primero, por haber sido detective en realidad, como parte del equipo de Servicio Secreto britanico durante la segunda guerra mundial. Y segundo, porque cada una de sus articulos es una impresionante inteleccion de asombrosa exactitud sobre un tema particular pasado por alto por otros. Francamente, su intuicion de los capitulos de DQ rearreglados por Cervantes en el proceso de su creacion, es la mas impactante, a mi modo de ver, del siglo XX. Y todo eso sin recurso a teorias, y solo a base de observacion empirica paciente! Que les parece?

Juergen

[1] En inglés, si no me equivoco, suele usarle la expresión to have your head in the clouds , que no es, ni de lejos ni de cerca, lo mismo que la Babia que se ve desde la lengua española.

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