Estimado Preeti y estimados colegas,

Me ha encantado el planteamiento gastronómico que nos brinda el colega Preeti Pant, el cual lo encuentro bastante suculento.  Inspirado en tal, acabo de inventar una alegoría que acaso nos lleve por algún camino crítico (si no, no es necesario digerirlo).

En efecto el cocinero puede ser un genio y tener una vida privada fascinante, pero que yo recuerde, jamás he ido a un restaurante para tratar de entender mejor a, pongamos como ejemplo, Chef Bouffe.  Voy al restaurante donde ejerce sus talentos por el famoso faisán que sé que prepara.  Su vida privada me importaría un comino; hasta cierto punto me sentiría incómodo saber más de lo necesario.  Sí, que hubiera estudiado cocina en Lyons puede ser un detalle interesante que acaso me explique algo de su cocina, pero en efecto, sería acaso un detalle incidental.  Que Chef Bouffe sea católico o cripto-hugonote también sería un detalle curioso que explicaría acaso por qué cierra su negocio cada 24 de agosto, pero no creo que me ayude a digerir mejor el faisán (en efecto, saber a ciencia cierta por qué cierra cada 24 de agosto me daría indigestión).  Ahora, Chef Bouffe, si se atreviera, acaso podría hablarme de lo maravilloso de su cocina, pero creo que sólo de mí depende si el plato es bueno o no.  Obviamente, si sólo como hamburguesas o frankfurters acaso no pueda apreciar el maravilloso faisán de Chef Bouffe como debiera.  Pero si mi vida consiste en comer cosas exquisitas, acaso yo más que Chef Bouffe pueda apreciar su platillo mejor que otro cliente o acaso él mismo.  Si conozco a su rival, Chef Grande Bouffe, acaso yo y no ellos pueda indicar cuál de los faisanes que preparen sería mejor.  Otrosí, sería imperdonable que un Chef, después de cocinar su platillo y después de estar disfrutándolo el cliente, viniese a quitármelo de la boca porque se le olvidara ponerle un sabor, o porque pensara que pudiera cocinarlo mejor.  Ese faisán de Chef Bouffe (o de Chef Grande Bouffe) deja de ser de él en el momento en que llegue a mi mesa (piensen en lo macabro que sería pensar que el faisán preparado para otro todavía fuera de Chef Bouffe o Chef Grande Bouffe; ése es el problema sicológico del joyero asesino Cardillac en la ópera de Paul Hindemith del mismo nombre).  Chef Bouffe tendría conmigo un duelo a cuchara limpia si me hiciera una jugada como Cardillac o como hizo el doctor Pedro Recio de Agüero de Tirtefuera con Sancho Panza (¿por qué no se defendió el gordito?).  Lo mismo ocurre con un autor, una obra y un lector y/o crítico.  Lo maravilloso de tener varios lectores y críticos (clientes todos, en fin) es que sus comentarios (culinarios o críticos) pueden influir en otros clientes, otros lectores e incluso en los subsiguientes faisanes de Chef Bouffe y Chef Grande Bouffe.  A la vez, el valor del faisán como objeto ontológico o de intercambio mercantil depende, en resumidas cuentas, de mí.  Pensar lo opuesto sería creer que el faisán existe como forma ideal en la mente de Dios (Platón) o como objeto que sólo podría ser apreciado por su creador (Cardillac o Cervantes). 


Sería ésta mi humilde intervención.  Provecho y saludos de Roberto.


acaso la relacion entre el autor, su creacion y los criticos no es como el cocinero la comida y los invitados?
el estudio, la formacion y la inspiracion en una medida singular y original resultan en creacion. Luego depende de la recepcion, es decir, a su vez, el estudio, la formacion y la inspiracion de los invitados que determina la originalidad de la recepcion.
la creacion y la recepcion tienen una relacion muy bonita pero si es de carater filial o no es un tema muy interesante para los criticos. diria que no, que mas bien es como la amistad.
la recepcion tambien es creacion. y si el critico no toma la libertad de seguir con la pluralidad del hilo de inspiracion captado por el autor, nunca resultara en tanta creacion y tanta pluralidad de percepcion.
la recepcion tiene el deber de ser distinto y plural. el autor no debe influir esta experiencia de modo obvio e intencional.
Prof. Lauer llevo casi un ano gozando de la sabiduria y la sed intelectual de los tertulianos de este forum. me atrevo a expresar mis ideas sobre lo que acaba de decir la Sr. Sofia. escribo a veces y se que mis amigos ven cosas e influencias en mis creaciones de que no estoy conciente y eso me parece enriquecedor.
gracias
preeti pant
(India)




Prof. A. Robert Lauer
The University of Oklahoma
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