Mil gracias , estimada María.
Cordialmente, ARL
Date: Tue,
22 May 2007 10:20:41 -0400
From: "María M. Carrión"
<[log in to unmask]>
Subject: Re: Nota de ARL > Estudios culturales,
un comentario > Coloquio Cervantes
Querido Robert:
Gracias por publicar tus meditaciones sobre este tema. Quería
responder con unos cuantos puntos que creo pueden ser útiles para pensar
un poco más sobre esto y llevar el diálogo a otro nivel.
- La pregunta sobre una lectura sexuada o gendered reading se
centra en algo distinto a la pregunta sobre una escritura sexuada o
gendered writing (entre la que se puede contar la écriture
femenine sobre la que hablan alguna de las críticas francesas
citadas). Se pueden hacer lecturas sexuadas sobre textos de
Cervantes sin abogar por una escritura sexuada por parte del escritor
manco. Lo que sí hay que puntualizar es que colapsar los dos
niveles es carecer del rigor y la precisión científicas invocadas por el
Prof. Juergen Hahn. La bibliografía sobre este tema es vasta; para
empezar, hay que conocer bien las propuestas de Sandra Gilbert y Susan
Gubar, Adrienne Rich, Elaine Showalter, Kate Millet, Anette Kolodny,
Nancy Chodorow, Jessica Benjamin, Kaja Silverman, Jacqueline Rose,
Barbara Johnson, Shoshana Felman, Nancy Miller, Teresa de Lauretis, Marta
Lamas, Judith Butler, Mark Jordan, Diane Fuss, José Quiroga, Licia
Fiol-Matta, Judith Halberstam, José Esteban Muñoz, Virginia Woolf y
Charlotte Perkins Gilman, entre otros muchos, además de las mentadas
Irigaray, Kristeva y Cixous. Nunca es tarde si la dicha es buena, y
entender los géneros sexuales, sus escrituras y lecturas, y sus
relaciones, al menos hasta que pasen veinte siglos más y nos aclaremos un
poco, sí es cosa buena.
- “Lectura sexuada” y “escritura sexuada” suenan raras, claro está
(como raro suena que se traduzca queer por raro, pero que no
decaiga), porque toda esta nomenclatura se ha filtrado de unos estudios
desarrollados sobre todo en inglés y en francés, como muchas otras
teorías. Pero hay mucho de interesante, y hay mucho rigor académico
que se está vertidendo sobre lo raro (y con Johnny Depp como el
queer, raro y archi-inestable Captain Jack Sparrow en los
Pirates of the Caribbean, también sobre lo inestable). Así
que no hay que descartar expresiones porque parezcan raras, o a héroes
épicos, líricos, dramáticos o whatever porque sean raros o
inestables. El que uncanny, gestalt,
bildungsroman, bricoleur y otros téminos no encuentren una
palabra precisa en castellano no significa que los estudios de estética,
géneros literarios, antropología, Modernismo y otros no tengan salida o
que carezcan de precisión y rigor.
- Estas expresiones, cierto, no existían con este nombre y apellido en
la época de Cervantes. Pero leer a Cervantes únicamente con sus
mismas palabras es querer ser Cervantes mismo. Y como bien lo
plantó Borges, esto sólo puede convertirnos en el pobre Pierre Menard,
perdido en las ruinas circulares de su limitado toolbox de lectura, cuyo
destino era agotar al propio Cervantes, no abrirlo a la posteridad.
Si hablar de bildungsroman en Cervantes no es problemático, ¿por
qué lo es hablar de gender en sus textos?
- En el caso de los Estudios de Género Sexual o Gender Studies
o, como se han empezado a llamar, Estudios de la Sexualidad o
Sexuality Studies (cuya deuda con la lucha política y cultural de
los estudios de la mujer o Women’s Studies es monumental), se
puede hablar de un hombre, una mujer, o de hombres solamente o de mujeres
solamente. La Prof. Lisa Vollendorf habló sobre las mujeres en el
Quijote más bien desde un ángulo de Women’s Studies, el cual ella
conoce muy bien y ha cultivado por muchos años con gran
productividad. Ahora bien, su charla, como las de las Profesoras
Sherry Velasco, Mercedes Alcalá Galán y otros que estuvimos en Pomona,
tomaban en cuenta las relaciones de estas mujeres con institutciones de
poder (la lengua, el derecho, la economía, el matrimonio, etc.) y, como
tal, ella sí hablaba de género, no sólo de mujeres. Creo que con su
silencio la Prof. Vollendorf simplemente le expresó de manera elegante y
cortés al senado su descrédito ante la pregunta del Prof. Hahn. Yo
yo creo que fuimos muchos los que nos quedamos speechless, porque era
como pedirle a alguien que le explicara la diferencia entre metáfora y
alegoría para entender el discurso novelístico de Cervantes. Pero
no pongo palabras en boca de nadie, sólo digo que así lo interpreté yo en
ese momento. Tienes razón, Robert, que cuando se habla de mujeres
se habla también de hombres, pues somos animales políticos. Pero a
veces, como pasó en Pomona, se menciona en una charla sólo a una mujer, o
a las mujeres, para hacer una lectura sexuada o hablar de una escritura
sexuada. Esto, que no es capricho, sino práctica crítica, se hace
con el fin político y cultural de recuperar a la mujer de esa patética
fábula de que ella es mera costilla, ayudante o sirvienta de Adán, o como
la llamara el gran humanista Alberti en su Economicus, un pedazo
de roba o cosa que tanto irrita (porque los interpela) a sujetos e
instituciones masculinistas cuando sale a pasear en espacios públicos.
- El llamar a Dorotea transexual es proponer una lectura sexuada, y si
se reclama ésta como la única lectura posible, se la encierra, y con
ella, a Cervantes, en un ghetto. En aras de un debate “científico”
sugiero que no se la encaje ni en un cubículo ni en otro; y a propósito
del término “científico”, tan vetado en la época cervantina, me sonrío,
con Donna Haraway, porque éste puede ser tamaña caja lapidaria, féretro
de tantos sujetos como nosotos, cajistas críticos en plena faena
interpretativa. La persona de Dorotea como ella/él se traviste y
luego se descubre, tras haberla descubierto su pie como le pasara a
Ulises en los textos tanto de Homero como de Auerbach. En una
lectura masculinista Dorotea, mujer de siete pares de suelas a pesar de
tener su pie desnudo, es mera estatua nívea que no se mueve, no piensa y
no diseña su metaficción, sino que meramente le sirve a aquellos que
quieren verla reducida a una esencia mujeril estática e inmóvil.
Ante esta reducción a una sustancia que la enajena a ella, como enajena a
otras muchas mujeres y hombres dentro y fuera de los textos de Cervantes,
se alza la elástica escena de su pelo liberándose de la prisión
sombreril, digna de una Cameron Diaz en Charlie’s Angels; o un pie
fermosamente barbado, como el de una hobbit, quién sabe. Un pie es
un pie; pero como dijo Foucault, cuando se finge en el arte, esa pipa de
Magrite “c’est ne pas un pipe.” El gesto de sacudir su melena
(bellísimamente autoreferencial, y paródico tanto del masculinismo como
del feminismo) la representa como una mujer varonil más allá de las
convenciones dramáticas del momento, pero con una bizarría que ha
seducido a millones de hombres y mujeres con distintas ideas de lo que
constituye un momento erótico, político y cultural. Esa lectura,
que se centra en la mujer, toma en cuenta la bizarría, código de la época
para representar una participación de mujeres y hombres en la
masculinidad.
- Sí hay escritura masculinista, así como hay sujetos e instituciones
masculinistas. Sobre este tema tan urgente se puede empezar por el
delicioso ensayo de la Prof. Emilia Navarro sobre “Manual Control” en la
revista Cervantes.
- Por último, concuerdo con tu punto de que el que una mujer lea no la
hace feminista, y el que un hombre lea no lo hace masculinista. Hay
mujeres tremendamente masculinistas y hombres deliciosamente
feministas. Mujer y hombre son categorías consideradas “naturales”
desde hace siglos, pero tanto hoy como en la época de Cervantes y en
todas las épocas de la historia hay y continúa habiendo excepciones a las
taxonomías. De hecho, cada ser humano es una excepción a las
taxonomías, y de ahí la sinfonía de cuerpos, tallas, orientaciones,
géneros y demás que tanto irritan a sujetos e instituciones represores
y/o reprimidos. Femenino, masculino, feminidad, femeneidad (sí, hay
dos, pues a la mujer no se la podía controlar sólo con el discurso médico
o sólo con el discurso legal, así que se parieron dos palabras), y demás
constructos sociales, culturales, políticos, litearios, etc. responden al
malestar de una cultura binarista donde la gran humanidad no cabe (y aquí
sí vienen a cuento el universalismo y el humanismo, pero no tanto con
Alberti avant la lettre). Si no, véase cómo hoy las
instituciones taxonómicas (censos, solicitudes de trabajo, admisión
escolar, etc.) se las están viendo apretadas, pues las dos cajitas de
“hombre” y “mujer” (male/female) que se ponían antaño se están dejando en
blanco por muchos, ya que no se identifican con ninguna de ellas,
fenómeno que se observa también para con los signos (o cajitas)
raciales.
Espero esto aclare algo sobre el asunto. Gracias por darme la
oportunidad de hablar.
Salve, Marimer.
Prof. María M. Carrión
Director of Graduate Studies
Department of Spanish and Portuguese
515S Callaway Center
Emory University
Atlanta, GA 30322
Phone (404) 727-2297
Fax (404) 727-4072
On 5/21/07 11:50 PM, "A. Robert Lauer" <[log in to unmask]>
wrote:
- He estado pensando sobre los respectivos
comentarios de Jürgen Hahn y Kurt Reichenberger (favor de ver abajo) para
el Coloquio Cervantes sobre “gendered readings” y el feminismo
cervantino. He aquí mi contribución.
-
- Primero, el término “gender” es ambiguo en inglés (género literario /
género gramatical [masculino, femenino, neutro] / clase o especie / sexo
[masculino, femenino]), razón acaso por qué tú Jürgen escribió la frase
en inglés. La traducción al español de la frase susodicha no podría
ser «lecturas [o interpretaciones] genéricas» sino «lecturas [o
interpretaciones] sexuales», lo cual me suena raro. Por lo tanto,
la pregunta de Jürgen a la colega Liza Vollendorf (quien no es parte del
Coloquio Cervantes, aunque alguien acaso pudiera invitarla a formar parte
de él [yo no tengo su dirección]) si una “gendered reading”
(«interpretación sexual») tendría que incluir a ambos sexos tendría que
ser afirmativa, a pesar de su «silencio hermético», según nos cuenta
Jürgen. De no ser así, sería necesario precisar, acaso proponiendo
una «interpretación de mujer [¿femenina? / ¿feminista?]» o una
«interpretación de hombre [¿masculina? / ‹¿masculinista?›]». Esta
precisión me lleva a otro problema, sugerido en efecto por Kurt, quien
nos habla de Cervantes como «un gran feminista». O sea, cuando Kurt
usa la palabra feminista, creo que todos sabemos a lo que se refiere en
el contexto literario cervantino. Cervantes se esmera en la
presentación de personajes femeninos excelentemente desarrollados (los
citados por él: la Gitanilla, Maritornes, Dorotea, etc.). A la vez,
estoy totalmente de acuerdo que los personajes cervantinos masculinos
mencionados por Kurt (el cura, el barbero, acaso también don Fernando) no
están tan bien desarrollados como las mujeres. Por lo tanto,
parecería en efecto que Cervantes simpatiza más con, o conoce mejor a, o
prefiere desarrollar más detalladamente a las mujeres que a los hombres
de sus novelas.
-
- Aunque lo anterior me satisface, me doy cuenta de ciertos
problemas. Primero, a estas alturas, hablar de “gendered readings”
o “interpretaciones sexuales” me parece raro. Si los términos
hubieran sido “Protestant [Reformed] readings” o «interpretaciones
protestantes [reformadas]», acaso no tendría ningún problema. Podría
pensar acaso en el supuesto erasmismo de Cervantes y leer ciertos pasajes
literarios en forma, acaso, «luterana» o «calvinista», si fuera
posible. Pero ¿qué es una interpretación sexual? Lo digo sin
ironía. En este momento histórico (en EEUU), el momento en que ya
no usamos ni siquiera términos como «transexual» o «transvestita» sino,
en inglés, “trangender” (para incorporar los términos ya nombrados
anteriormente [no puedo imaginarme la traducción al español, ya que
“gender” en el sentido usado aquí sería «sexo» en español, aunque el
término en inglés se usa no en un sentido biológico sino cultural]), la
idea de una interpretación sexual (“gendered”) me parece arcaica (y
rara). Obviamente, no deseo aparentar ser ingenuo. Los
términos usados aquí no pueden ser términos biológicos. Después de
Lacan, hablamos de «hablantes», no de sexos. Aun en Freud (y en el
discurso médico vigente de este siglo XXI), hablar de «sexos» (en
el sentido biológico) es algo raro, ya que antes de nacer, los embriones
tienen ambas posibilidades sexuales; genéticamente predomina después un
sexo. A la vez, con la edad perdemos los rasgos «masculinos» o
«femeninos» (hormónicamente hablando). Somos en efecto seres
biológicos sexualmente algo inconstantes, aunque no tanto como esos peces
que por necesidad ambiental cambian de sexo. Volviendo a Lacan, si
somos entes hablantes en una lucha constante en lo real entre lo
cognitivamente imaginario y simbólico, hablar de sexo (en el fluctuante
sentido biológico) a estas alturas me parece ya una broma pesada.
-
- Pero obviamente no estamos hablando de sexo en un sentido biológico
sino cultural (y acaso político). No obstante, mi problema sigue
siendo gramatical. Vivo consultando diccionarios, buscando las
palabras más nimias, que son las que más problemas me causan. Tanto
en español como en inglés podemos usar el término “feminist”
(«feminista»). Pensadoras téoricas del Feminismo francés
(pensemos en Cixous, Irigaray, Kristeva) aceptan como feministas a
hombres (biológicamente hablando) como Jean Genet, por ejemplo, por ser
más «vaginales» (término de Irigaray) en su escritura (más fluidos) que
escritores «falocéntricos». Mi problema es que puedo entender de
qué están hablando Cixous, Irigaray y Kristeva; puedo también entender
por qué Jean Genet (autor que a mí me encanta) formaría parte de su
campo. Lo que no puedo captar es lo que sería lo opuesto a un autor
feminista como Genet. O sea, gramaticalmente hablando, no hay
autores «masculinistas» (“masculinist”) ni en español ni en inglés. A la
vez, si tratara de imaginarme a un autor o a un personaje literario
«masculinista», no creo que pudiera encontrarlo, salvo acaso en algún
mito cultural como el del »Ur-Vater« propuesto por Freud en Der Mann
Moses und die monoteistische
Religion
. A la vez,
cualquier individuo o personaje que se acercara al mito del prístino
progenitor probablemente sería asesinado para salvaguardarse por un tipo
de »Ur-Horde«.
-
- O sea, hay hombres y mujeres (aunque estas categorías son inestables,
tanto cultural como biológicamente hablando). Hay mujeres
feministas (aunque no toda mujer es feminista). Hay también hombres
feministas (Jean Genet [a veces se coloca a Nietzsche en este campo
<no por ningún aspecto de su vida personal sino por su forma de
estilo, tan diferente del estilo filosófico de su época>]). Pero
no hay hombres masculinistas, salvo en mitos (el »Ur-Vater« por
excelencia sería Saturno devorando a sus hijos). Pensemos en
personajes literarios (o históricos) que consideramos «masculinos» y
encontraremos lo que yo ahora (no Irigaray, aunque el término es de ella)
llamaría personajes o individuos «vaginales» o «fluidos» (necesariamente
inestables). Un Rodrigo Díaz de Vivar (en la epopeya) es un hombre
fuerte, varonil, legalista, a veces impetuoso y rebelde (en el
Romancero). Pero es también un hombre que llora al salir de Burgos,
que llora al abrazar a sus hijas, que ama a sus soldados, que es capaz de
caridad en actos de guerra. Aun los héroes clásicos, tan
supuestamente rígidos e inflexibles, tienen sus dudas y son capaces de
cambiar de parecer, aunque sin éxito (pensemos en el Creonte de
Antígona); pueden ser víctimas de burlas y de grandes sufrimientos
(Ajax); pueden ser perseguidos inexorablemente y darse por vencidos ante
un dios que tiene que bajar del cielo para salvarlos (Orestes). Nuestros
héroes bíblicos pueden ser grandes guerreros y, simultáneamente, cometer
fallos tácticos de índole sentimental (mandar a la muerte a Urías,
perdonar a Amón, tratar de salvar a Absalón, mandar matar a Joab) que les
cuesta el trono y casi la vida (David); aun el Salvador se siente solo y
abandonado en sus últimos momentos. Acabo de ver la película
Million Dollar Baby, película con personajes y actores tan varoniles
como Clint Eastwood y Morgan Freeman. Una jovencita (Hilary Swank)
los puede enternecer y convertir en llorones dispuestos a hacer lo que
sea simplemente por «sentimientos» que ni siquiera ellos logran entender
totalmente. Acabo de ver otra gran película, acaso la mejor
película de tema de guerra que haya visto en mi vida, Zwartboek
(Holanda, 2006) de Paul Verhoeven: ¡qué personajes más inestables, qué
personajes más humanos! Pero volvamos a lo nuestro, el
Barroco. Siempre he pensado que la crítica se ha equivocado
terriblemente en ver a personajes barrocos como Gutierre o Mencía (de El
médico de su honra de Calderón) como personajes estables (malo el
primero; inocente la segunda). No lo son. Son totalmente
inestables, fluidos, «vaginales»: Gutierre es tan firme como voluble,
hasta el punto de enloquecer. Mencía nunca logra sobreponerse a sí
misma. Aun el rey, tan «eficaz» en su audiencia real, es incapaz de
remediar una situación que lo afecta a él personalmente. Ni cruel
ni justiciero: don Pedro es simplemente humano: a veces haciendo
justicia, a veces volviéndose histérico (por así decir) y convirtiéndose
en rex inutilis. En fin.
-
- Volvamos a Cervantes. Cuando hablamos de personajes como
Dorotea o Maritornes, lo que tenemos es un par de personajes bien
desarrollados, o para mejor decir, personajes del Barroco: puta y deforme
(hasta un punto de caricatura) la primera, pero capaz de caridad
cristiana ante el manoteado Sancho (por lo tanto humana, o «humanizada»);
mancebo, dama, villana y princesa la segunda, capaz de perderlo todo en
cualquier instante, triunfante finalmente en sus logros, aunque casi por
accidente. No podría ser de otra forma. Cervantes es un gran
escritor por su capacidad artística de ver tantas dimensiones humanas y
estéticas, hasta el punto de darnos acaso una definitiva lectura
transexual (en el caso dorotesco). Es «feminista» porque es humano
(podríamos llamarlo «humanista», pero el término es tan obtuso como el de
«feminista»; digámoslo claramente: es buen escritor). No es
«masculinista» porque la categoría no existe ni puede existir, ni en la
vida real ni en la ficción estética (aunque se vean atisbos de esto en
mitos <cuya función sería religiosa, antropológica o sicológica>;
en literatura de tesis o de propaganda política, social, o religiosa
<cuya función no es estética sino ideológica>; en pornografía, en
caricaturas y en literatura infantil <cuya función es meta-estética:
filosófica en la primera, pedagógica en la segunda y
tercera>]).
- Cordialmente,
- ARL
- Date: Thu, 10 May 2007 16:34:47 +0200
- From: Edition Reichenberger
<[log in to unmask]>
- Subject:
- To: [log in to unmask]
- Dear Robert,
- otra vez, ¡mis felicitaciones! El tema propuesto por Jürgen es
óptimo. Y merece gran atención por parte de los y las cervantistas. Por
la simple verdad de que, aparentemente, Cervantes, es un gran
feminista.
-
¿pruebas? Existen. Por regla general, sus protagonistas femeninas son
personas que merecen nuestra simpatía:
- La Gitanilla, la Ilustre Fregona y, en el Quijote, las dos mozas en
la venta del andaluz. Son fulanitas, pero dan a comer al hambriento
caballero como a un nene. Pues Maritornes. Es ligera de cascos y muy
alegre en la cama, pero unta al apaleado Sancho y le da que beber al
pobre manteado, prueba convincente que es un ánima cándida con el corazón
amable y generoso.
- La
joven Dorotea, hija de labradores ricos, adora a sus padres y, enérgica e
inteligente, es sumamente simpática. ¿Y los hombres? En vivo contraste,
Don Quijote, el protagonista, tiene conceptos nobles, pero es inepto para
realizarlas. El cura del lugar es un hipócrita. Ha leído todos los libros
de caballerías, considerado fatales y execrados por sus superiores. El
barbero Maese Nicolás es un estúpido presuntuoso, el noble don Fernando
es esposo infiel y bastante brutal. El único hombre completamente
simpático es Pedro Alonso, vecino socorrido y gracioso.
- Cordiales saludos
- Kurt
- Edition Reichenberger
-
www.siglo-de-oro.eu
<
http://www.siglo-de-oro.eu
>
-
www.reichenberger.de
- <
http://www.reichenberger.de/>
- Date: Tue, 08 May 2007 08:53:20 -0700 (PDT)
- From: Juergen Hahn <[log in to unmask]>
- Subject: Pomona 2007: Estudios culturales, un comentario
- Querido Roberto, estimados colegas,
- Habiendo presenciado, y con gusto, otro simposio
- cervantino, esta vez el de Pomona, California 2007, se
- me ocurrió lo útil y gustoso que sería tener
- observaciones o impresiones de parte de quienes
- asistan a tales convenios, para que todo lo dicho no
- quede
- completamente aislado. La verdad es que no todos
- podemos asistir a todas las conferencias, por
- diferentes razones. Y aunque puedan resultar
- publicaciones, éstas suelen tomar tiempo. Por otro
- lado, el internet nos ofrece la oportunidad de brindar
- algunas opiniones personales, las que no necesitarían
- ser reportajes completos, pero que sí podrían
- comunicar un poco de la tonalidad de lo transcurrido.
- En el caso de Pomona el tema general era el de
- Cervantes y los estudios culturales, una temática de
- gran envergadura y de gran promesa. Eso lo afirmo yo a
- pesar de que a veces se me achaque de excesivo
- escepticismo hacia la temática. Es todo lo contrario,
- creo firmemente en su valor, sólo insisto en que sean
- científicos y no ideológicos. Y en Pomona se vieron
- los dos tipos. La presentación más ejemplar me parecía
- ser la de Steven Hutchinson, con su vasto panorama del
- contexto mediterráneo de la "Historia del cautivo".
- Espero ver el texto escrito para poder verificar mi
- impresión. Si es tan exacta como otra de la misma
- temática, la de Montaner Frutos en "Anales
- Cervantinos" 2005, me alegraré. Porque los dos dirigen
- sus observaciones culturales en la dirección en que se
- espera: la de Cervantes mismo.
- Sin embargo, éste no era el caso en las ponencias en
- donde la cultura en cuestión no era la Cervantes sino
- la de los ponentes. Y cuando ésta resulta ser impuesta
- sobre Cervantes (y esto con tan poco fundamento
- empírico) el efecto es más que cuestionable.
- Por ejemplo, en otra ponencia se insistió mucho en que
- los numerosos disfraces hombre/mujer representan
- afirmaciones de una ideología de travestismo sexual.
- Lo siento, pero a mi modo de ver, ¡sólo el
- freudianismo-lacanianismo moderno con su sexualidad
- histérica, muy descreditado ya por ser
- pseudo-científico, podría llevar a tal conclusión!
- Porque tal interpretación desvalida todo el infinito
- placer estético que sacaban los lectores de entonces
- de este "engaño a los ojos", los disfraces de todo
- tipo, entre los cuales el componente hombre/mujer era
- sólo uno entre otros, cosa que los estudios
- psicologistas recientes generalmente dejan sin
- mencionar. Para recibir una visión equilibrada del
- asunto, habría que remontarse a las interpretaciones
- de Vossler y Spitzer al respecto, quienes mejor que
- nadie apreciaron este juego a la vez poético y
- trascendental.
- Lo mismo sucede con el feminismo. Claro que puede
- decirnos cosas válidas, pero ¿a qué precio? Cuando le
- pregunté a una de las presentadoras, Liza Vollendorf,
- si la "gendered reading", piedra de toque de su
- programa de enseñanza, podría o debería incluir a los
- dos "genders", y no sólo el femenino, ella me contestó
- con un silencio hermético.
- Este hermetismo, este mutismo guetoizante, a mí como
- humanista, me parece trágico. No sólo porque va en
- contra del lema del "multiculturalismo" tan en voga
- hoy, sino también en contra de lo que representa la
- obra de Cervantes. Cervantes como Shakespeare y como
- pocos otros autores es un genio universal, y tarde o
- temprano cualquier interpretación que no desemboque en
- este mar universalista cervantino pecará de
- falsificación. Porque sin este empuje universalista,
- ¿qué nos queda fuera de unos estrechos cultos
- ideológicos, sectarios, aislantes y (repito)
- guetoizantes? Más aún, si no insistimos en una visión
- universal vis-a-vis nuestros estudiantes, no los
- estamos traicionando a ellos tanto como a Cervantes?
- Nadie quiere quitar al individuo el derecho de escoger
- su propia interpretación privada. Tenemos libertad de
- conciencia. Pero cuando es cuestión de transmitir una
- visión integral de Cervantes a los jóvenes, ¿no
- tenemos un deber absoluto de ofrecer la visión
- completa, confirmada ya por cuatro siglos de historia?
- Y no me refiero sólo al feminismo, sino a todos los
- consabidos "-ismos" sectarios que se esconden bajo la
- rúbrica de "estudios culturales".
- Ésta, pues, era la impresión más penetrante que se me
- quedó en Pomona. Entiéndase que no me estoy quejando
- del evento mismo. Todo lo contrario: Por este lado
- todo estuvo magnífico: Participantes con buen
- espíritu, un anfitrión amable y generoso. Pero eso no
- quita que algunos problemas críticos se quedaron en la
- mesa, "problemas como puños", para decirlo así,
- inmitigables por una sola conferencia.
- Saludos a todos,
- Juergen Hahn
- CCSF
- ____
- Bored stiff? Loosen up...
- Download and play hundreds of games for free on Yahoo! Games.
-
http://games.yahoo.com/games/front
Prof. A. Robert Lauer
The University of Oklahoma
Dept. of Modern Langs., Lits., & Ling.
780 Van Vleet Oval, Kaufman Hall, Room 206
Norman, Oklahoma 73019-2032, USA
Tel.: 405-325-5845 (office); 405/325-6181 (OU dept.); Fax: 1-866-602-2679
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