En el contexto de elecciones, los medios
de comunicación juegan un papel central para garantizar que la sociedad cuente
con información veraz, clara y oportuna. En Honduras no obstante, el contexto
actual es completamente al reverso. Desde el 28 de junio, al menos 127 casos de
violaciones a la libre expresión se han registrado. Las agresiones van desde
cierre temporal de medios de comunicación, atentados, amenazas, cancelación y
censura a programas de radios y televisión, hasta el despedido y detenciones
ilegales de periodistas.
Del 1 al 7 de noviembre de 2009, una
misión para la libertad de prensa y expresión – compuesta por siete
organizaciones internacionales – visitó Honduras para analizar la situación de
los periodistas y medios de comunicación.
En un ambiente de polarización mediática
extrema, visible en otros lugares de Latinoamérica, el golpe de Estado hondureño
reveló como nunca la subordinación del paisaje mediático a una oligarquía que
domina totalmente a la clase política y defiende únicamente sus propios
intereses. En Honduras en 2008 se registraban 691 estaciones radiales, 169
canales de televisón y 142 señales de televisión por
abonados. No obstante esta cantidad de medios, son sólo seís familias las que
controlan los 10 principales, cuyos propietarios pertenecen en su mayoría a un
sólo partido político.
La actividad de los periodistas de cara
a las elecciones y la coyuntura política se ha tornado de alto riesgo, ya que al
menos 31 periodistas han sido lesionados por la autoridad y los manifestantes
durante su cobertura informativa.
La Misión internacional tuvo que
abandonar su idea de reunir a periodistas locales para buscar la reconciliación
y el compromiso de todos con la democracia dado que constataron una gran
polarización entre la prensa y periodistas. A nivel de los medios de
comunicación se produce una realidad dolorosa vinculada a la participación de
las empresas del sector en forma voluntaria al bloqueo informativo impuesto por
el regimen de facto. De cara a las elecciones, los medios opositores al régimen
que preside Micheletti, corren un alto riesgo en esto proceso
electoral.
El desbalance mediático es un dato duro
previo al 28 de junio, que alentó el clima de ingobernabilidad[1]
en Honduras. La censura y autocensura comprometen al sistema de medios en su
conjunto, considerando los tres sectores, privado, público, social-comunitario,
en los soportes escritos, radiales, televisivos y digital.
Las primeras acciones de censura
por parte del gobierno de facto se hicieron a través del cierre y asalto de
medios, amedrentamiento, golpizas y detenciones arbitrarias a periodistas,
expulsión de corresponsales extranjeros, complementado con utilización de
mecanismos de guerra sucia y amenazas.
La censura también opera de manera
indirecta mediante el uso indiscriminado de mecanismos de control sobre Internet
y sobre la distribución de energía eléctrica, aplicación arbitraria del sistema
de concesiones de frecuencias de radio y televisión, cadudación de campañas
públicas a medios no partidarios al golpe.
La autocensura es oblicua y
oculta, opera sobre un clima de miedo, muchas veces de terror. En el primer
período de toma del poder, la estrategia de los grandes medios fue no informar:
dibujos animados, marchas militares y música ambiental en las estaciones de
radio y televisión de la corriente principal.
En entrevista con editores y periodistas
de un diario que sigue buscando un equilibrio editorial, sostienen: “A veces
nos autocensuramos presionados por la publicidad. Quisiéramos decir más de lo
que podemos....producir más información dura y concatenar los hechos, un mayor
desarrollo del género interpretativo. En la editorial damos a conocer nuestra
posición de rechazo al golpe de estado, pero no es suficiente”. A juicio de
estos profesionales el discurso mediático no vincula libertad de prensa, de
expresión y democracia. Las autoridades niegan a este periódico el acceso a
fuentes gubernamentales, no les renuevan credenciales, exacerbando el secretismo
informativo.
Representantes de radios comunitarias
expresaron ante la Misión que “no podemos difundir mensajes que llamen a la
abstención en las elecciones, porque el precio será que el estado nos quita la
frecuencia”.
La libertad de prensa en Honduras, mucho
antes del golpe, se ejerce en un entorno adverso y en condiciones de
inseguridad, pero la actual crisis política ha venido a recrudecer las amenazas
y riesgo que enfrentan quienes ejercen el derecho a la libertad de expresión a
través de los medios de comunicación. Las múltiples presiones provenientes de
las dos partes del conflicto político para influenciar las líneas editoriales,
incluyendo agresiones físicas a trabajadoras y trabajadores, son la
característica distintiva del escenario prevaleciente para la prensa en
Honduras.
La Misión pudo recoger testimonios que
dan cuenta de un cúmulo de situaciones y actos que producen un contexto de
incertidumbre, el cual se traduce en violaciones directas e indirectas de los
derechos humanos de quienes ejercen la libertad de prensa y el derecho a
comunicar.
La cobertura de las protestas a favor o
en contra de la restitución del Presidente Manuel Zelaya presenta un grave
riesgo. Diversas organizaciones y organismos regionales de derechos humanos,
dieron cuenta de las agresiones de las que fueron objeto reporteros y
camarógrafos de medios tanto nacionales como extranjeros durante los meses
inmediatos al golpe de Estado. Sin embargo, la Misión pudo constatar el grado de
vulnerabilidad que enfrentan quienes dan cobertura a la represión de las
protestas por parte de la policía.
Los medios de comunicación, no sólo han sido un reflejo de la
polarización política de la sociedad a partir del 28 de junio, sino que también
se han erigido como promotores o detractores activos de la misma, ocasionando
que la información objetiva sea escasa. Diversos testimonios apuntan hacia la
existencia de “listas negras de periodistas”, elaboradas tanto por supuestos
partidarios a favor de la restitución de Miguel Zelaya como de quienes apoyan el
gobierno encabezado por Roberto Micheletti, las cuales circulan en Internet y
han ido produciendo una sensación de incertidumbre entre el gremio
periodístico.
La Misión pudo constatar que como medida de autoprotección algunos
de los medios identificados con el Gobierno de facto, han decidido
que sus periodistas y vehículos, no porten una identificación visible
durante la cobertura de protestas y eventos públicos. Mientras tanto, los
periodistas y medios de comunicación críticos se ven obligados a arriesgarse a
administrar el riesgo que enfrentan mediante la autocensura, la adopción de
medidas rudimentarias de autoprotección, y evitando trasgredir los límites no
escritos a la crítica y posturas de oposición.
Es claro que la incertidumbre además obstaculiza la labor
periodística, presenta graves amenazas en contra de la integridad física de las
y los periodistas.
Durante la visita de la Misión, los medios de comunicación
informaron el 5 de noviembre sobre la detonación de un artefacto explosivo en
las instalaciones de la radiodifusora HRN. Estos hechos se suman a la
lista de ataques en contra de instalaciones de medios de comunicación: Canal
36 y Radio Globo (23 de agosto); Canal 11
(6 de julio), El Heraldo (15 de agosto). Sin embargo, hay que destacar
que por primera vez hubo una persona lesionada en la explosión en las
instalaciones del HRN. Las más recientes detonaciones de un artefacto
explosivo se dieron en las instalaciones de Canal 10 (24 de noviembre) y
Radio América (27 de noviembre).
A pesar de esta situación, ninguno de las empresas de comunicación
ha ofrecido algún tipo de entrenamiento en seguridad para sus empleados y
empleadas. Esta situación se agrava en el caso de las radios comunitarias,
indígenas y medios de comunicación basados en Internet, ya que su operación se
encuentra de por sí limitada por la falta de recursos económicos y materiales.
La mayoría de las y los periodistas optan por la autocensura al ser la única
medida de protección disponible.
Otro factor que afecta de manera determinante en las condiciones de
seguridad de periodistas y medios de comunicación en Honduras, es la impunidad
generalizada en los casos de agresiones, tanto en aquellos que tuvieron lugar
antes del golpe de Estado como aquellos perpetrados durante los últimos meses.
Esta situación ha promovido un sensación de incertidumbre e indefensión entre el
gremio periodístico y quienes ejercer la libertad de prensa en el
país.
Para los integrantes de la Misión, las condiciones para elecciones
libres y justas claramente no se cumplen tampoco en este momento. La libre y
segura expresión de opiniones políticas disidentes está limitada o es difícil y
el acceso a los medios está basado en la fidelidad política. Estos restringen
severamente la oportunidad de tener candidatos independientes para hacer
campañas y expresar sus ideas. La existencia de una ciudadanía bien informada
simplemente no está presente en este momento en Honduras.
Bajo la actual situación de censura, polarización y parcialidad de
los medios, amenazas endémicas o violencia, las elecciones no se consideran
libres y justas.
La Misión Internacional visitó 4 ciudades, en donde tuvo la
oportunidad de celebrar un total de 22 reuniones con grupos de periodistas y
editores y 4 con organizaciones de libertad de prensa, libertad de expresión y
los derechos humanos. Esto permitió obtener el panorama
general que rodea el ejercicio de la libertad de prensa en el país.
El diagnóstico obtenido por la Misión es grave e inquietante,
aunque fundamental para comprender el fenómeno que se vive en Honduras y mostró
la necesidad de que la Misión regrese al país en el año 2010, como parte de los
trabajos que se han planteado desarrollar.
En Honduras todavía no existe vinculación entre libertad de expresión, libertad de
prensa y democracia. La ciudadanía esta afectada de un fuerte estrés por la
crisis política. Y los medios no han sido capaces de contener este daño
social.
La Misión publicará un informe amplio a corto plazo.
La Misión Internacional de Libertad de Prensa y Libertad de
Expresión en Honduras está compuesta por las siguientes
organizaciones internacionales:
– ARTICULO 19
– Asociación Mundial de Radios
Comunitarias (AMARC)
– Federación Internacional de Periodistas
(FIP)
– Free Voice
– International Media Support (IMS)
– Reporteros sin Fronteras
(RSF)