Estimados colegas,
Me complace minireseñar el siguiente libro del amable colega Juan Carlos Garrot Zambrana <[log in to unmask]>:
Garrot Zambrana, Juan Carlos. Judíos y conversos en el Corpus Christi: La dramaturgia calderoniana. Turnhout, Belgium: Brepols Publishers, 2013. Publicación. Études Renaissantes. 490 páginas. Tapa blanda. ISBN: 978-2-503-54814-2. 80,- € + VAT. Enlace directo: <http://www.brepols.net/Pages/ShowProduct.aspx?prod_id=IS-9782503548142-1>.
El libro consiste de tres partes: I) Antecedentes: judíos y conversos en el teatro de los dramaturgos anteriores a Calderón. Se estudia aquí la aparición de los primeros personajes concretos, así como de personajes abstractos sobre el judío y el judaísmo; asimismo, se estudia el teatro de Juan de Timoneda, el eucarístico y el de colegio, así como el auto sacramental y la comedia nueva. Se analiza aquí el personaje concreto del judío como ser incrédulo, sacrílego y homicida (v. gr., en El niño inocente de La Guardia de Lope de Vega), como gracioso y como abstracción. II) Los judíos y los conversos en el teatro de Calderón. Aparte de estudios generales sobre los autos sacramentales calderonianos, se profundiza aquí en varios autos historiales y de circunstancias (v. gr., El nuevo palacio del Retiro). III) La dramaturgia: este apartado se concentra en los personajes dramáticos de los autos calderonianos, diferenciándose las personificaciones masculinas (el judío errante, el médico y la metáfora vegetal) de las femeninas (la amazona, la esposa abandonada, la pareja Hebraísmo-Sinagoga [v. gr., en El tesoro escondido]). Se estudia también la figura del gracioso y el vestuario de estas obras alegóricas.
Garrot Zambrana llega a varias conclusiones afines al final de cada una de las tres partes del libro. En general, opina que la representación del judío en el teatro español, iniciándose con las obras de los ciclos de Navidad y Pasión (v. gr., la dramaturgia de Sánchez de Badajoz y Alonso del Campo) es altamente negativa. Si bien un autor como Valdivieso no escenifica el deicidio, otro como Tirso de Molina, quien no da pruebas de su antijudaísmo en sus autos, «reserva sus dardos para las tragicomedias» (p. 214). En el caso de Calderón, los judíos y conversos aparecen casi exclusivamente en los autos sacramentales como abstracciones. Se atenúa aquí el «humor» grotesco respecto al judío (v. gr., sobre su apariencia y sus preferencias dietéticas) pero se mantiene el uso de estereotipos morales como la usura y la avaricia (p. 447). En su conclusión, Garrot Zambrana indica, por un lado, que Calderón no lleva a las tablas el criptojudaísmo: «Más que aludir a los falsos cristianos mostrando el obcecado Judaísmo, se predica el verdadero amor a quienes sinceramente entran en la Iglesia» (p. 450). No obstante, el autor se abstiene de calificar a Calderón de «filosemita». Al contrario, según Juan Carlos Garrot Zambrana, «Debemos situarlo en el campo de los intolerantes, de los intransigentes defensores de la superioridad de su fe con respecto a las otras» (p. 450).
Éste es un estudio vasto y cumplido sobre la representación del judío en el teatro hispánico desde la Edad Media hasta finales del Barroco, con especial énfasis en la dramaturgia alegórica de Pedro Calderón de la Barca. Es también un estudio que indudablemente provocará necesarias discusiones sobre tan importante tema.
Saludos cordiales de
A. Robert Lauer