>Date: Mon, 17 Apr 2006 16:15:21 -0600
>From: "K. Sliwa" <[log in to unmask]>
>Subject: Como ensenar las obras de Cervantes
>X-Originating-IP: [63.232.115.106]
>X-Sender: [log in to unmask]
>To: [log in to unmask]
>
>Querido amigo Roberto,
>
>Te pido enviarlo al Coloquio Cervantes, muchisimas gracias por todo y
>recibe un muy fuerte abrazo de Chris.
“La verdad moral es la estrella sin la que el alma humana no es más que noche.”
To teach or not to teach,
to educate or not to educate?
“Los hombres que siempre dicen la verdad son los que más se asemejan a Dios.”
Queridas/os amigas/os,
Después de haber leído sus trabajos, haber enfrentado muchos obstáculos por
la defensa de la verdad en las aulas universitarias, pues “donde está la
verdad está Dios,” así como haber notado con mucha preocupación el
resultado de la masiva producción de la “inteligencia” del Siglo pasado y
venidero, me sigo preguntando cómo se enseñan las obras de Miguel de
Cervantes Saavedra a la futura generación y cuáles son sus resultados.
Tomemos en consideración, a título de ejemplo, la enseñanza del
patriotismo, “es dulce el amor a la patria,” a través de las obras de
Cervantes. ¿Se habla de este tema tan esencial en sus aulas? ¿Cuál es el
resultado de ello? ¿Qué ejemplos utilizan para generar los patriotas? ¿Qué
hubiera pensado Cervantes sobre sus presentaciones en cuanto al asunto? ¿Es
necesario crear a los patriotas o mejor seguir confundiendo con muchas
filosofías e ideologías ya tantas veces mencionadas por algunos sin ningún
fruto?, pues “Dios hizo sencillo al hombre, pero él se complicó con tantos
razonamientos.” Aunque me enseñaron que “la primera virtud, es la devoción
a la patria,” dudo haberlo visto en las aulas universitarias y en la
mayoría de los trabajos críticos; al contrario, asusta muchas veces la
manera de presentar al amor por la patria.
Regresando al concepto de patriotismo, desde el tiempo de Cervantes ya
había cambiado muchísimo el punto de vista según las circunstancias del
agrego social, y si tomo en cuenta las palabras de mi querido amigo Roberto
Lauer, quien escribe, cito: “al escribir estas últimas palabras me doy
cuenta a la vez de las manifestaciones que ocurrieron ayer en varias
ciudades de EEUU en contra de las leyes nuevas de inmigración que
transforman a los 12 millones de inmigrantes ilegales de este país en
criminales culpables de delito mayor,” no me maravilla en absoluto que
muchos de mis amigos después de haber dedicado casi toda su vida a este
gran país hayan decidido regresar a su tierra, ya que “la sabiduría ilumina
el rostro del hombre, y transfigura sus facciones severas.”¿Por qué no se
incorporaron a esta cultura?
Creo que todos debemos reconocer que el patriotismo no es lo único, y que
no debemos odiar a nadie. Y no lo digo solamente porque tuve mucha suerte
de ser inmigrante en cinco países, tener experiencias muy duras, poco
valoradas y muy despreciadas. Por si alguno lo duda, sugiero experimentar
al menos los 10 años del exilio de Cervantes, cinco como soldado y los
otros en la cárcel de Argel. Me pregunto si un cervantista está obligado o
debería ser obligado a comportarse como un hombre cabal o es sencillamente
una palabra “cervantista” la que le identifica con una organización, cuyo
nombre no siempre aprecia.
Es una estupefacción que todavía en el Siglo XXI haya, quienes no se dan
cuenta de que el valor de una nación no es otra cosa que el valor de los
individuos que la componen y, por ejemplo, que todos los que viven en EEUU
están relacionados con esta gran tierra, labrándola, trabajándola con sus
manos y engendrando el sentimiento de patriotismo. A todos los opuestos a
mi punto de vista, recomiendo volver a leer con más cuidado las obras de
Cervantes enfocándose en lo que pensaba el genio sobre los extranjeros o la
economía del país y quien la levantaba durante la guerra de Lepanto o la
salida de la Gran Armada contra Inglaterra.
Ahora bien, cómo reflexionan ustedes sobre el camino por el que va nuestra
vida: enseñanza, educación, estudiantes, familia y amigos, a título de
ejemplo, que son la constante indispensable para medir nuestro patriotismo.
¿Cuántas veces pensamos, rara vez o nunca, en nuestro actuar como
ciudadanos al llamar a los inmigrantes “criminales.”? Y si ya estamos con
los criminales de veras, por qué no los investigan, por ejemplo, en las
cárceles, cuántos de ellos son los nacidos en este país y cuántos son los
extranjeros. El resultado es asombroso y antes de criticar, porque uno
llegó más temprano que otro, sugiero investigar la contribución de los
inmigrantes a su patria. Aparte de ello, según la Sagrada Escritura todos
hemos sido inmigrantes.
¿Y cómo enseña y educa Cervantes sobre el valor que procura cultivar el
respeto y amor que debemos a la patria, mediante nuestro trabajo honesto y
la contribución personal al bienestar común. Cervantes nos instruye
ejemplarmente lo que significa haber nacido en un país y la responsabilidad
que se desprende de este hecho. Al tomar en cuenta estos acontecimientos,
me pregunto, ¿cuánto hemos fallado al enseñar y educar a la joven
generación y por qué? Si todos siguen siendo los máximos expertos en la
filosofía e ideología, cómo es posible que no se respete los fundamentos
principales de la nación. ¿Por qué los hipócritas ignoran, como decía
Cervantes, que la verdad es la condición fundamental de la virtud?
Siempre pensaba que al enseñar a Cervantes, era un gran honor y privilegio,
y revelar su espíritu de la verdad, así como el de la libertad, los dos
pilares fundamentales en la vida humana. Obviamente, me equivoco, pues
continúo confrontando a la gente que no le importa ni un pito el
patriotismo y de esta manera sigo disfrutando de muchos palos en nombre de
la verdad y del amor por la nación donde vivo, y por las donde viví en el
pasado, pues cada una ha contribuido un poco a mi crecer, y seguramente no
soy el único, de lo que sé.
Cervantes enseña y me confirma que el ser patriota consiste en el orgullo
de haber nacido en un país; ¿pero pueden ser los inmigrantes patriotas? Por
ejemplo, ¿quiénes son los 60 mil extranjeros que en el momento sirven como
soldados estadounidenses en Irak y Afganistán, ¿“criminales”?, porque
todavía no recibieron la ciudadanía de este país. ¿Qué nos hubiera dicho
Cervantes sobre este comportamiento? ¿Lo encuentran en sus obras y documentos?
De nuevo, sorprende cómo se ve la vida de Cervantes en la actualidad cuando
uno toma en cuenta que el autor de las “Novelas ejemplares,” había servido
bajo las banderas italianas y del Papa San Pío V (15661572, Michele
Ghislieri, 15041572). Entonces, qué dirían ahora algunos, que Cervantes no
era patriota porque al vivir en Italia la vida soldadesca derramaba sangre
bajo las banderas italianas y no españolas. En el «Prólogo» de la Segunda
Parte del Quijote aseveró que “si mis heridas no resplandecen en los ojos
de quien las mira, son estimadas, a lo menos, en la estimación de los que
saben dónde se cobraron; que el soldado más bien parece muerto en la
batalla que libre en la fuga; y es esto en mí de manera, que si ahora me
propusieran y facilitaran un imposible, quisiera antes haberme hallado en
aquella facción prodigiosa que sano ahora de mis heridas sin haberme
hallado en ella. Las que el soldado muestra en el rostro y en los pechos
estrellas son que guían a los demás al cielo de la honra” En mi humilde
opinión no solamente era patriota de España, sino de Europa, y por fin el
patriota de la humanidad.
Según la documentación y las obras cervantinas el autor del “Quijote” era
orgulloso de haber tomado parte en la batalla de Lepanto que no solamente
fue la batalla de España, sino de todo el mundo cristiano. ¿No es éste el
ejemplo digno de seguir, meditar y agradecer? ¿No es éste el ejemplo del
símbolo del amor a la humanidad, a la patria lejana que vivía dentro del
corazón y que se debería escribir y enseñar en las aulas universitarias en
vez de otros muchos disparates.
¿De qué depende y cuándo ocurre el verdadero patriotismo? Sorprende, cómo
se despierta la conciencia del patriota durante los desastres, por ejemplo,
el bombardeo de la ciudad de Oklahoma, y otros sucesos extraordinarios que
resultan en el patriotismo y la solidaridad.
¿Pero cómo lograr ser patriota en un país que sólo tiene problemas de toda
índole? Debemos asumir la responsabilidad de la enseñanza y educación de la
joven generación a través de las obras ejemplares como las de Cervantes y
enfrentar la ignorancia, arrogancia, así como la falta del amor por su
patria? ¿No se obtiene el patriotismo por adquirir las cualidades que
admiramos y elogiamos en otras partes del mundo, colaborando al
enriquecimiento de nuestra cultura y nuestro desarrollo intelectual,
social, moral y económico? ¿Cuántas veces lo mencionaba Cervantes sobre
Italia, Argelia, o Alemania?
¿Por qué se ven muy poco en los trabajos críticos estos puntos tan
importantes exhibidos por Cervantes gracias a su experiencia en el
extranjero que ha transformado a sus compatriotas?, pues “el que lee mucho
y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.” ¿Se teme reconocer a Cervantes como
un gran patriota del universo? ¿Por qué hemos entrado en las décadas de
desprecio y humillación de los extranjeros en vez de admiración,
reconocimiento e imitación?
En este momento, pido no acusarme por haber tratado de despertar los
sentimientos nacionalistas, que es un sentimiento de superioridad, ésta no
es mi meta, al contrario, lo que me interesa es saber, cómo cultivan los
valores cívicos expuestos por Cervantes para educar al público. ¿Qué
significa el respeto y el amor a la patria que asegura la estabilidad de
vida que carecemos para seguir progresando, en particular, cuando los
valores cívicos están muy bien erigidos? El problema de enseñar los valores
cívicos en la universidad está fuera de moda y los estudiantes no cuentan
con muchos ejemplos por parte de los adultos. ¿Es ésta la forma de enseñar
a los jóvenes el amor a la patria? El éxito se obtiene con un esfuerzo
continuo, en nuestro caso, al estudiar la obra cervantina, enseñando y
educando a nuestros estudiantes sobre el verdadero patriota, quien también
se quejaba de su nación indicando los errores y deficiencias y, a su vez
ilustrando los medios para poder solucionarlos.
Pero para ello, adquiría la conciencia de unidad y pertenencia en sus
obras, y era capaz de respetar su entorno, sin ello, jamás se despertará
dentro de Cervantes el amor a la patria, y eso es exactamente lo que nos
enseña Cervantes, cuando nos presenta los valores, costumbres y tradiciones
nacionales, cuando procura conocer la historia, nos revela el esfuerzo para
construir una nación.
Se nota que el patriotismo de Cervantes es el amor por España y por su
cultura a la que se sintió ligado. Sus acciones llamadas patrióticas son
acciones que nos sirven para ejemplificar el amor que tuvo Cervantes hacia
su país en las aulas universitarias. Desde luego vivimos en unos tiempos en
que mostrar banderas u otros símbolos patrióticos, está mal visto por
algunos individuos que lo consideran jingoísta, poco culto e incluso racista.
Cervantes era orgulloso de su herida: “perdió en la batalla naval de
Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo; herida que, aunque parece fea,
él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta
ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros,
militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la guerra,
Carlos V, de feliz memoria.”
Demuestra que el amor a la patria es uno de los afectos más nobles de todo
corazón, y que la apelación al patriotismo es uno de las más eficaces
conjuras para excitar y dirigir a las muchedumbres, basta recordar su pelea
en el barco donde recibió sus famosas heridas. Sus acciones prueban que el
nombre de España era sagrado para él, y que él era capaz de sacrificarse en
aras de la virtud y del bien moral, pues donde hay una vida moral intensa,
es posible que haya un patriotismo fervoroso y capacidad de los grandes
sacrificios como nos comprobó, al menos eso confirmo después de haber leído
todas sus obras.
Cervantes señaló que “no hay otra cosa en la tierra más honrada ni de más
provecho que servir a Dios, primeramente, y luego, a su rey y señor
natural” e indicó que “es escuela la soldadesca donde el mezquino se hace
franco, y el franco pródigo, y si algunos soldados se hallan miserables son
como monstruos que se ven raras veces.”
Aparte de ello, se advierte que Cervantes habla en nombre de la patria,
examinando sus costumbres, para apreciar los grados de intensidad de su
vida moral y su patriotismo se conoce gracias a sus resultados, o como dice
la sentencia evangélica: Ex fructibus cognoscetis eos por sus frutos los
conoceréis, pues lo que le preocupaba era ver la salud de la patria, pues
sabía perfectamente que sólo una cosa puede producir más daño que la
mentira, la verdad.
Estas heridas de Cervantes fueron inmortalizadas por Lope Félix de Vega
Carpio (15621635) en los versos de su Laurel de Apolo (1630)
“En la batalla donde el rayo austrino,
hijo inmortal del águila famosa,
ganó las hojas del laurel divino
al rey del Asia en la campaña undosa,
la fortuna envidiosa
hirió la mano de Miguel Cervantes;
pero su ingenio, en versos de diamantes,
los del plomo volvió con tanta gloria,
que por dulces, sonoros y elegantes,
dieron eternidad a su memoria,
porque se diga que una mano herida
pudo dar a su dueño eterna vida”.
Antes de terminar quiero agradecer a mi querido amigo José Luis Gotor, un
observador perspicaz de siempre, quien reconoce mi preocupación seria por
el rumbo equivocado de la enseñanza incorrecta de la vida y de las obras
cervantinas en las aulas universitarias. En fin de cuentas, prueba de
nuevo, como muchos otros que: “el amor a la verdad por la verdad misma, es
parte principal de la perfección humana en este mundo y el semillero de
todas las demás virtudes.” Krzysztof Sliwa
Laus in Excelsis Deo.
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