>Date: Sun, 22 May 2005 00:12:02 +0200
>From: "=?us-ascii?Q?Jesus_G._Maestro?=" <[log in to unmask]>
>Subject: =?us-ascii?Q?De_nuevo_la_alegoria_y_Cervantes?=
>To: "A. Robert Lauer" <[log in to unmask]>
>Cc: [log in to unmask]
>Reply-to: [log in to unmask]
>X-Mailer: Microsoft Outlook IMO, Build 9.0.2416 (9.0.2911.0)
>Importance: Normal
>Original-recipient: rfc822;[log in to unmask]
>
>No hay ningún fenómeno natural ni de la vida del ser humano que no pueda
>ser objeto de una interpretación alegórica. Del mismo modo que hay
>disciplinas que están dignificadas por su objeto de estudio (dios
>dignifica a la teología, el hombre a la antropología, la mujer posmoderna
>al feminismo, la identidad disociativa a los nacionalismos separatistas
>europeos, etc.), hay alegorías que están dignificadas por el suyo: el
>Cervantes y su obra literaria dignifican las alegorías que se formulan
>sobre el Quijote. Paralelamente, no conviene olvidar que toda alegoría
>constituye en última instancia una interpretación abductiva, nunca
>científica, desde el punto de vista de lo que es el cierre categorial de
>una ciencia. La alegoría no nos ofrece realmente una interpretación
>científica del objeto de estudio (en este caso el Quijote), sino una
>expresión ética del sujeto que estudia, interpreta o simplemente alegoriza
>(el crítico literario, por ejemplo). No nos sirve tanto para conocer la
>obra (el Quijote), sino el intérprete de la obra (Unamuno, por ejemplo, en
>su Vida de don Quijote y Sancho). Una interpretación alegórica es, en
>suma, una invitación a discutir un problema no en términos científicos,
>sino en términos morales. (Éste es el camino por el que circula toda
>teoría literaria posmoderna, al sustituir la ciencia y la filología por la
>ética y el moralismo correcto). En este sentido, la alegoría funciona como
>una retórica de la ética. En última instancia expresa la superstición
>simbólica de ideales morales, con frecuencia supremos. Reduce la
>literatura a un fetichismo ético.
>
>
>
>Jesús G. Maestro
|