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Tue, 18 Apr 2006 19:46:45 -0400
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Elvira

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LA RADIO LATINA EN EU, CLAVE DE LA RESISTENCIA

Locutores de origen hispano movilizan a migrantes contra la ley
Sensenbrenner

ALBERTO NAJAR

Elías Bermudes, conductor del programa La Voz del Inmigrante, de
Phoenix, Arizona, recurrió a medidas extremas para convocar a la
marcha contra la iniciativa HR 4437, conocida como ley
Sensenbrenner.

"Tuve que decir al aire: 'ya nos mentaron la madre, y ahora qué
esperamos, ¿a que nos la maten?'", cuenta. "Nos criticaron mucho
por usar esas palabras, pero, caramba, ya no podíamos esperar
más".

El método rindió frutos. El 24 de marzo 30 mil personas tomaron
las calles de Phoenix y Tucson, en la mayor concentración de este
tipo en la historia de la entidad donde más leyes antimigrantes se
han promulgado en el país.

Bermudes no fue el único con ese poder de convocatoria, pues en
el debate sobre una eventual reforma migratoria en Estados
Unidos, la radio en español se ha convertido en actor central de
un movimiento ya considerado el más importante de las pasadas
tres décadas en ese país.

Detrás de cada una de las marchas efectuadas en una decena de
ciudades estadunidenses hubo una alianza de locutores hispanos
quienes, por medio de sus programas, lograron reunir a casi un
millón de migrantes, la mayoría indocumentados.

La radio fue clave para las movilizaciones, explica Javier Salas,
conductor del programa Un Nuevo Día, que la cadena Univisión
transmite en Chicago, Illinois. "Es el medio de comunicación más
fuerte de la comunidad latina en Estados Unidos", dice.

De hecho, fue gracias a este medio que las movilizaciones se
efectuaron en paz, sin caer en la provocación de grupos
supremacistas como Minuteman, que trataron infructuosamente de
sabotear la marcha en Chicago.

"Fue mi programa el que pidió que se usaran las banderas
estadunidenses, a sugerencia de un radioescucha, y también
nosotros convocamos a guardar un minuto de silencio por los
muertos en la frontera y en la guerra de Irak", afirma.

La importancia de la radio en la movilización de migrantes se
reiteró el pasado martes, cuando un grupo de organizaciones
convocó al Gran Boicot Americano 2006, que incluye dejar de
asistir a escuelas y centros de trabajo, además de cancelar la
compraventa de mercancías.

Uno de los convocantes del movimiento es Ricardo Sánchez, El
Mandril, locutor de la estación Qué Buena de Los Angeles, y
responsable, junto con Eduardo Sotelo, El Piolín, y Renán
Armendárez Coello, El Cucuy, de la exitosa movilización de Los
Angeles.

Los programas de ambos locutores registran la mayor audiencia en
la comunidad hispana de Estados Unidos y por ello su
participación en la marcha se ha considerado fundamental, según
Alberto Avilés, columnista de La Opinión de Los Angeles y
consejero del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME).

"Nos inspiramos en el caso de Chicago, pero los sindicalistas y
los clubes de oriundos no se habían puesto de acuerdo en la fecha
de la movilización", cuenta. "Finalmente imperó la cordura y
gracias a la promoción de los medios de comunicación se batieron
varios récords".

Por lo pronto, la participación de la radio hispana y sus
locutores no se agota con el boicot del próximo primero de mayo.

Especialistas como Demetrios Papademetriou, codirector del
Instituto de Políticas Migratorias, advierten que el movimiento
contra la HR 4437 vive su momento más crítico, especialmente con
las marchas de estudiantes.

"Un solo error que se cometa, un pleito, una bandera que se
queme, y la simpatía ganada hasta el momento se transformará en
horror", explicó a los consejeros del IME. "Ahora tienen la
atención de todos los medios, incluso los no afines a la
migración, que están esperando captar esas imágenes para colapsar
todo".

El papel de la radio, pues, es convocar a la calma durante las
movilizaciones, reconoce Javier Salas. "Cualquier organizador,
club o federación que participe debe tener como prioridad la
seguridad de nuestra gente, el respeto a las banderas, y evitar
lo que sucede en otros países, como Francia, donde se rompen
cristales y se cometen robos", explica.

"Mucha gente está enojada con nosotros porque el Senado nos da la
razón, porque entiende que los migrantes no somos criminales ni
terroristas sino trabajadores y padres de familia. Eso no gusta a
los xenófobos, y por eso no debemos darles armas para que nos
ataquen."

Los pasos siguientes

En la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) le llaman march
momentum, un latinajo mal compuesto para definir al movimiento
que líderes migrantes e investigadores comparan incluso con la
lucha de Martin Luther King por los derechos civiles de la
comunidad afroamericana.

Y con esta premisa, explicó a consejeros del IME Miguel
Monterrubio, coordinador de asesores de la Subsecretaría para
América del Norte, la dependencia emprendió "una serie de
acciones de impacto" que concluyeron en la pasada reunión en
Cancún de los jefes de gobierno de Estados Unidos, Canadá y
México.

Tales acciones, sin embargo, no incluyeron la consulta a los
migrantes, quienes han seguido su propio camino, señala Alberto
Avilés. "Lo más importante de las marchas es que los mexicanos ya
nos dimos cuenta de que nuestro destino no está en manos de las
organizaciones sino en las nuestras".

Paradójicamente, el activismo de la radio hispana es un riesgo
para las agrupaciones pro migrantes, que podrían ser rebasadas
ante el poder de convocatoria de los locutores cuyo interés
-advierte Avilés- es otro.

"Los programas de vaciladas y de chistes lo que hicieron fue
aprovechar el momento para elevar el rating. Esos locutores no
son nuestros líderes, al menos no en la comunidad de Los
Angeles", señala.

Una posición que comparte Javier Salas, de Chicago. "La
responsabilidad de los medios es básica, pero no debemos ser
protagonistas". Los comunicadores, insiste, están obligados a ser
profesionales; "no podemos dejar el liderazgo a los comediantes,
eso daña a la comunidad".

La advertencia no está de más, sobre todo ante la certeza de que
el movimiento por los derechos civiles de los migrantes apenas
comienza. "Es algo muy grande que se puede salir de control
-advierte el consejero Avilés-. Pronto lo veremos: las marchas de
Chicago y Los Angeles quedarán chicas ante lo que viene".


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http://www.jornada.unam.mx/2006/04/15/032n1soc.php

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