Estimados colegas,

Ya que ha surgido el nombre de José Ortega y Gasset, me atrevo a hacer 
algunas observaciones, ya que es una de esas figuras complejas y 
malentendidas, al menos en este lado del océano.  De joven leí mucho de 
Ortega, ya que era una figura clave en las universidades 
estadounidenses.  En las clases de lengua (amén de las de literatura) se 
incluía algún ensayo de Ortega (de El espectador, por ejemplo) de la misma 
manera que en siglos anteriores en el mundo angloparlante se incluía alguna 
carta de Cadalso por la pulcritud de su estilo.  La primera vez que leí La 
rebelión de las masas fue en inglés, como obra de requisito en un curso de 
historia contemporánea (siglo XX). Recuerdo aún la inclusión de un capítulo 
de La rebelión de las masas en el libro de lengua que usábamos para enseñar 
español  (Curso intermedio de español, de David L. Wolfe) en la Universidad 
de Michigán, mi alma mater.  En clases de literatura se leía La 
deshumanización del arte, Ideas sobre la novela o Las meditaciones del 
Quijote.  En cursos panorámicos (survey courses) todavía hay la tendencia 
de agrupar a Ortega en la Generación del 98, aunque siempre se menciona 
(acaso con algo de tristeza) de que sólo en espíritu formaba parte de ella, 
como Ángel Ganivet, el otro escritor que suele asociarse (erróneamente) con 
este grupo de escritores.  De nuevo, estas son o han sido las tendencias 
históricas o políticas respecto a Ortega y Gasset en las prácticas 
pedagógicas de este país (EEUU).  Menciono esto sólo porque mientras más 
leía a Ortega (en efecto tomé un seminario graduado en la Ohio State 
University--donde obtuve mi bachillerato--sobre la Generación del 98, y el 
recordado Dr. Babcock no pudo evitar añadir La rebelión de las masas, acaso 
porque los estudiantes graduados lo habrían exigido), más me 
confundía.  Supongo que nunca he tenido la virtud de otras personas de 
simplemente aceptar el mundo como es sin cuestionarlo.

Acaso un problema que se haya tenido en este país respecto a Ortega haya 
sido su política.  Siempre leía que había sido republicano.  Obviamente, en 
este país, ser republicano no es lo mismo que en Europa (de la misma manera 
que ser federales y unitarios no es lo mismo en este país que en la 
Hispanoamérica del siglo XIX).  Por haber seguido varios cursos de 
historia, reconocía la diferencia entre el republicanismo europeo y el 
estadounidense.  Esto me confundía terriblemente al tratar de encajonar a 
Ortega dentro del republicanismo europeo.  Sus escritos simplemente 
reflejaban una mente elitista ajena a cualquier tipo de republicanismo 
(tanto europeo como estadounidense).  El hecho de que algunas de sus ideas 
políticas hubieran tenido resonancia en países europeos de tendencia 
centralista (es un eufemismo) no me preocupaba mucho.  En cuestiones de 
recepción nadie tiene la culpa.  No obstante, tampoco me sorprendía demasiado.

Bueno, todo esto ha sido un largo preámbulo.  A lo que voy es que acaso no 
se sepa (al menos en este continente) que el republicanismo de Ortega fue 
de «centro» (otro eufemismo). Perteneció al Partido Reformista, un partido 
liberal democrático (otro término ambiguo) fundado por  Melquiades Álvarez 
en 1912. Este partido, en 1923, apoyó el Directorio del general Primo de 
Rivera. A la vez, este mismo partido se opuso a la (segunda) República 
federal española (Melquíades Álvarez sería eliminado por la República en 
1936).  El hecho de que Ortega y Gasset se hubiera opuesto a la Dictadura 
de Primo de Rivera, según he leído, me parece curioso.  El que se haya 
opuesto a la República federal no, en absoluto (aunque entiendo 
perfectamente bien por qué en este país esto confunde).  El hecho de que se 
hubiera opuesto a la monarquía confunde  parcialmente (aunque entiendo que 
esto no presentaría problemas a nadie en este país).  Su exilio, sobre todo 
a los países en donde se hospeda en su momento histórico, lo entiendo, 
aunque también me doy cuenta que acaso pueda confundir a otros.  Su vuelta 
a España en su momento apropiado no me confunde en absoluto; su posterior 
silencio político tampoco.

Escribe bonito.

Recomiendo la lectura del Parmenides de Platón.

Saludos cordiales de

A. Robert Lauer


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Prof. A. Robert Lauer
The University of Oklahoma
Dept. of Modern Langs.,  Lits., & Ling.
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Tel.: 405-325-5845 (office); 405/325-6181 (OU dept.);
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